El presidente del PP, Pablo Casado, tiene clara cuál es su mayor baza para intentar llegar a la Moncloa después de las elecciones del 10-N. Así, y ante un auditorio lleno en el centro de Sevilla, arropado por el presidente de la Junta de Andalucía, Casado ha arrancado la campaña electoral con un mensaje constante: a sus ojos, él es el único que puede disputarle el Gobierno a Pedro Sánchez. Sólo él tiene opciones serias para poder desalojar a los socialistas: "Estamos rozando la posibilidad de ganar".
El candidato de los populares ha afirmado que es "la única garantía de desbloqueo". "Sánchez fue incapaz de llegar a acuerdos, Sánchez es sinónimo de bloqueos, traicionó a Rivera, a Iglesias y a Rajoy. Una persona que ha traicionado a todos y que no ha pactado con nadie es síntoma de bloqueo. En noviembre no va a conseguir lo que no ha conseguido en abril, mayo, junio y julio".
Así, Casado ha planteado el 10-N como unas elecciones-referéndum, donde tan sólo caben dos opciones. "España está bloqueada porque ha querido la izquierda, porque ha querido el secretario general del PSOE, si el PP saca un escaño más habrá gobierno. Estas elecciones son un referéndum, son una consulta, y los referéndum solo tienen dos opciones: sí o no".
"Desbloquear, pactar y evitar la parálisis"
Si el PP saca un escaño más en las urnas, el PP conseguirá "desbloquear, pactar y evitar la parálisis que está desangrando la economía, la prosperidad y la unidad nacional de España". "Cualquier voto que no vaya al PP hará posible que el PSOE pueda volver a ser investido con su candidato Pedro Sánchez", ha enfatizado Casado, ante un auditorio de un millar de personas que se mostraba entregado.
Las encuestas arropan al PP, que se ve con el viento de cara. Pero no por ello ha dejado el presidente del partido de incidir en el eje clave de su campaña electoral, el discurso económico. Tampoco se ha olvidado del conflicto catalán, donde ha repetido que es necesario hacerle un requerimiento a Torra como paso previo a la aplicación del 155, o de las consecuencias de que el bloque de centroderecha vote dividido.
Recibido entre gritos de "presidente, presidente", Casado no ha dudado en presumir de capacidad negociadora. Su partido, ha aducido, siempre ha negociado con todas las formaciones "menos con los independentistas y los batasunos".