Un policía nacional ha testificado en el juicio que el acusado de yihadismo Mustaphá E.F. le dijo cuatro días más tarde de los atentados de Barcelona del 18 de agosto de 2017 a un agente encubierto que le investigaba y que contactó con él en Facebook haciéndose pasar por una mujer: "Ahora toca en Madrid".
La Audiencia Nacional ha iniciado este lunes el juicio de Mustaphá E.F., que residía en la localidad madrileña de Parla y que fue detenido en diciembre de 2017 ante la sospecha de que planeaba cometer un atropellamiento masivo en una zona peatonal y céntrica de Madrid en las Navidades de aquel año, alentado por el atentado yihadista de las Ramblas de Barcelona.
El fiscal pide en sus conclusiones provisionales 31 años de prisión para Mustaphá E.F. como presunto autor de los delitos de proposición (conspiración) para asesinato terrorista e integración en organización terrorista.
Lo niega todo
Mustaphá E.F. ha negado que tuviera planeado un atentado en Madrid así como que viajara a Marruecos para reclutar a doce personas para cometerlo y que se hubiera desplazado a Salamanca con el objetivo de adquirir una furgoneta para cometer la acción terrorista.
Ha asegurado que lleva en España desde 1996, que no tiene relación alguna con yihadistas y que ni siquiera frecuenta mezquitas radicales, ha negado que tuviera previsto viajar a Siria para combatir con el Dáesh y ha explicado que se desplazó a Marruecos porque tiene familia de Tetuán.
"Soy normal, mi equipo es el Barça"
"Yo estaba con gente normal, iba a bares y soy aficionado al fútbol, mi equipo es el F.C. Barcelona", ha comentado Mustaphá E.F., que ha negado que tuviera conversaciones en las redes sociales de carácter yihadista.
Dos policías nacionales han explicado que la investigación se inició al detectarse en 2016 perfiles de Facebook de Mustaphá E.F. en las que difundía contenidos yihadistas, que contaban con unos seiscientos amigos.
Ha añadido que decidieron que un agente encubierto contactara con él primero con un perfil de varón y luego con otro de mujer.
Han recordado que en la primera toma de contacto del agente encubierto con perfil masculino ya le envió seis vídeos con contenido yihadista cuando le preguntó cuál era su ideología.
Los testigos han señalado que posteriormente al perfil femenino le envió otros vídeos "más duros", incluso uno en el que un menor ejecuta a un preso del Dáesh, y le intentó convencer para que se sumara al atentado terrorista que pretendía cometer en Madrid.
Uno de los agentes ha comentado que el acusado puso la foto de su hijo mayor en el perfil de Facebook con propaganda terrorista ya que entendía que los niños tenían que formarse para hacer la yihad.
Según el fiscal Mustaphá E.F. consideraba a España como enemigo del califato universal y así se lo hizo saber al agente encubierto.
Atropellamiento masivo
Añade que su voluntad de atentar en España se vio reforzada tras los atentados de Cataluña y planeó llevar a término en las Navidades de ese año un atropellamiento masivo en alguna zona céntrica peatonal y muy concurrida de Madrid, como la Puerta del Sol, el Museo del Prado, el Matadero o el Museo del Ferrocarril, y ya se había descargado mapas de estos lugares.
También se sientan en el banquillo de los acusados los hermanos marroquíes Mohsin y Anouar H., para los que el fiscal pide doce años de prisión por integración en organización terrorista y que han negado las acusaciones.
Fueron detenidos en su vivienda de Figueres (Girona), donde en un ordenador fue encontrado contenido yihadista como vídeos para formarse en la confección de explosivos y en técnicas de decapitación y, según el fiscal, tenían también la intención de pasar a la acción.
Según el fiscal "esta determinación llevó a Mohsin H. a grabarse mientras conducía su vehículo entonando un cántico yihadista en el que anunciaba su muerte como mártir". El acusado ha asegurado en el juicio: "No es lo que pienso yo y eso se canta en Marruecos incluso en las bodas".
Un policía ha recordado la preocupación que causó encontrar una fotografía de Mohsin montado en el asiento del conductor de un camión realizando el signo de la unicidad habitual de los miembros de Dáesh.