"Santpedor es otro mundo". Es uno de los 790 municipios catalanes adheridos a la Asociación de Municipios por la Independencia y en las elecciones municipales el 77% eligió un partido separatista. En el Ayuntamiento sólo hay tres concejales de formaciones constitucionalistas, a sus habitantes les gustan las vaquillas y los toros y el nivel de paro es de los más bajos de Cataluña. La "paz y la tranquilidad" que viven los no independentistas es palpable. Todos en su familia tienen a alguien de otro partido que defiende otras ideas opuestas. Nadie es señalado por ello porque casi todos se conocen.
Santpedor no sólo es el pueblo natal del entrenador de fútbol Pep Guardiola, también el del promotor del nuevo partido Lliga Democràtica y expresidente de Sociedad Civil Catalana, Josep Ramon Bosch, que denuncia que la CUP, tercer partido en el Ayuntamiento con dos concejales, "quiere cargarse todo lo que huele a español" generando unas tensiones y un odio que hasta ahora no existían. Sólo hechos puntuales que le han tenido como foco a él y a su familia. Pintadas en su casa y agresiones físicas a su hija, a la que en unas fiestas le pegaron dos puñetazos "por ser la hija del hijo de puta facha". Ella no denunció y se marchó a estudiar al extranjero. Estas agresiones, cree, estaban alentadas por la CUP.
Todo comenzó hace unas semanas cuando JxCAT y ERC claudicaban a una petición de los ediles independentistas antisistema para consultar a los habitantes de Santpedor si mantener o no las vaquillas de la Fiesta Mayor. "En Santpedor jamás se ha cuestionado esto. Hasta que han llegado los veganos y los animalistas apoyados por la extrema izquierda [en referencia a la CUP]", afirma Bosch en conversación con EL ESPAÑOL.
Las vaquillas, una tradición muy arraigada que no entiende de ideología, son la seña de identidad de la Fiesta Mayor de Santpedor. Cientos de personas de la comarca del Berge, muchas de ellas independentistas, se acercan cada año para ver las tres sueltas y cómo los corredores saltan a una plaza en la que les esperan una vaquilla y un jamón en lo alto de un palo untado en grasa de cerdo. Su origen no es otro que los Sanfermines, cuando hace más de 40 años un grupo de navarros se trasladó a vivir a Santpedor, donde el boca a boca de lo que se hacía en Pamplona hizo que algunos de los habitantes viajaran hasta allí cada mes de julio y copiaran a su modo esta fiesta tradicional que no termina con la muerte de los animales.
Contaminación española
Pero esta celebración podría tener los días contados. Este domingo se ha celebrado una consulta popular para prohibir o no las vaquillas y sólo la CUP ha hecho campaña para eliminarlas. "Quieren eliminar el último símbolo de contaminación española, lo que huele a España", denuncia Bosch, que afirma que "estos partidos de extrema izquierda sólo defienden los castellers y la sardana como elementos de Cataluña".
"Generan un odio y una tensión que no existen aquí. Jamás se ha planteado esto", continúa. Y es precisamente la CUP quien está detrás de esta tensión. Pero no de los dos concejales de Santpedor sino "desde fuera, de la CUP de Manresa", donde se encuentra en núcleo duro de los cupaires en Barcelona.
Esta imagen de Santpedor nunca ha existido. De hecho Bosch repite casi como un mantra que su pueblo "es otro mundo". "Celebra los toros, de aquí es Guardiola y hay muchos independentistas. Somos muy diferentes y hay paz y tranquilidad", asegura. Y va a más: "Es un pueblo muy catalán, muy apegado a sus tierras y muy rico con un paro casi de cero". Eso es Santpedor, unos 7.500 habitantes entre los que "el respeto ha existido siempre".