El grupo de históricos socialistas que diagnostica un abismo entre el actual PSOE y la "verdadera socialdemocracia" es cada vez más grande. Muchos de ellos engrosan una plataforma de nuevo cuño titulada "La España que reúne". Su manifiesto aboga por un pacto entre Sánchez, Casado y Arrimadas que "aleje" Ferraz del "populismo y el nacionalismo".
Manuel Valls -ex primer ministro francés-, Nicolás Redondo Terreros -ex secretario general del PSE-, Joaquín Leguina -expresidente de la Comunidad de Madrid-, José Rodríguez de la Borbolla -expresidente de la Junta de Andalucía-, César Antonio Molina -ministro con Zapatero-... Una lista que crece casi al ritmo que se cocinan las noticias.
Más allá de divergencias estratégicas, el nacimiento de este tipo de movimientos esconde un debate de cariz ideológico: ¿cómo es posible que tantos socialdemócratas no encuentren acomodo en el PSOE? ¿Qué ha pasado para que el partido que un día integraron camine por una acera tan dispar? El "desasosiego" es más patente esta semana, cuando el Gobierno ha abierto la puerta a una negociación con Esquerra Republicana.
Valls: "No se puede ser de izquierdas y nacionalista"
Manuel Valls (Barcelona, 1962) militó casi cuarenta años en el Partido Socialista francés. Fue ministro del Interior y primer ministro en el país vecino. El ejercicio de sus responsabilidades le convirtió en espectador privilegiado de la evolución del PSOE español. Ha tratado a González, Zapatero, Sánchez...
Sería "demasiado fácil" -atina Valls en conversación con este periódico- tildar a Sánchez de principal y único responsable de la deriva del PSOE. "El problema viene de fondo y la raíz afecta a casi todas las formaciones socialdemócratas europeas", introduce. A ojos del francés, el origen de la "indefinición ideológica" padecida por el PSOE es consecuencia de la crisis identitaria que arranca en los 2000 como respuesta a una globalización galopante.
Esa "inseguridad" castiga al actual partido, que "no es capaz" de proponer un proyecto de país: "El PSOE no da una respuesta al envite del nacionalismo". Y esa premisa conlleva esta realidad: "Que el PSC diga que Cataluña es una nación".
"Meter el dedo en la trampa del nacionalismo con tal de gobernar... Nos llevaría al desastre. Con Felipe y Aznar eso no sucedía. Aquellos pactos no suponían un riesgo inmediato para la quiebra de España", razona Valls.
"El PSOE ha perdido el rumbo y el relato. Prefiere agarrarse a un debate caducado, situado en el eje izquierda-derecha. Con la irrupción de Vox, piensan que eso puede ser rentable electoralmente. Patriotismo, nacionalismo, nación.... Debido a los factores comentados, son palabras trampa para Sánchez", arguye.
Valls se define como "social-liberal", aunque no le incomoda la tradicional etiqueta de "socialdemócrata". Le gustaría que el PSOE se alejara de los marcos de debate impulsados por el nacionalismo y que viajara al centro para pactar con PP y Ciudadanos. "No se puede ser de izquierdas y nacionalista al mismo tiempo. La izquierda tiene una vocación internacional... Y el nacionalismo entraña un fuerte componente de exclusión. Claro que España es una nación. Cataluña, no", concluye.
Molina: "Me siento huérfano"
César Antonio Molina (La Coruña, 1952) es escritor, traductor y profesor universitario. Llegó a encarnar la dirección del Instituto Cervantes. Carambolas del destino, en 2007 Zapatero lo nombró ministro de Cultura en sustitución de... Carmen Calvo. Nunca fue militante del PSOE, pero siempre se ha definido "socialista". Lleva casi una década alejado de Ferraz, principalmente por los coqueteos nacionalistas.
"Claro que me sigo considerando socialista. Mi familia lo ha sido durante mucho tiempo. ¡Parte de ella murió en el exilio de París!", contestó a este diario en la presentación de "La España que reúne".
"Se hacen pasar por lo que no son. Desconocen la tradición del partido", asevera en relación a la actual dirección del PSOE. "Me entristece, me siento huérfano... Me alejé en 2009 precisamente por discrepancias territoriales. Y eso ha ido a peor", afirmó.
"Coincido y participo absolutamente con el PSOE en temas de otra índole, por eso me da tanta pena sentir esa orfandad", insistió Molina. Una "orfandad" que el exministro palpa cada vez en más militantes.
¿Su conclusión? "El nacionalismo y el populismo son el veneno que ha destrozado el PSOE. Queda tiempo. No podemos transigir".
Redondo: "El PSOE no debe bailar al son de Iceta"
Nicolás Redondo Terreros (Portugalete, 1958) tiene carné del PSOE. Fue secretario general del PSE entre 1997 y 2002. Dos veces candidato a la presidencia del País Vasco. Buscó un acercamiento al Partido Popular para librar Ajuria Enea de influencias nacionalistas. Se orquestó una campaña interna en su contra. En esa tesitura, dijo adiós a la primera línea.
Ahora, como lo hizo entonces, vuelve a reclamar a Ferraz que busque el centro "y se aleje de Podemos y Esquerra Republicana": "Sería la alianza más lógica y natural". Irónico, advierte del peligro de que el PSC "carcoma" el ideario del PSOE: "No podemos bailar al son del chispeante Iceta".
En un momento como este, Redondo considera "muy grave" que los socialistas catalanes hablen de "nación" y que Ferraz, al mismo tiempo, calle: "¿De verdad vamos a estar jugando a estas alturas a ver cuántas naciones hay?".
"Este país sufre una tendencia a crear trincheras. Muchas de ellas sangrientas. Un Gobierno de una mitad no puede solucionar los problemas del conjunto", finaliza Redondo Terreros.