El 43,9% de los españoles decidió su voto influido por la situación de Cataluña, mientras que el 55,6% niega que las protestas tras la sentencia del procés cambiara la dirección de su voto en las elecciones del 10-N, según el último barómetro del CIS.
La preocupación por la independencia de Cataluña se disparó entre la ciudadanía después de la sentencia y de los disturbios que se produjeron en las calles. De hecho, el 19% de los encuestados la independencia como el principal problema, la cifra más alta hasta ahora y nueve puntos más que en el barómetro anterior, lo que le coloca como la cuarta preocupación para los españoles.
La publicación de este CIS se produce en el día en que los equipos negociadores del PSOE y de ERC se reúnen en el Congreso para sondear si los independentistas catalanes facilitan la investidura de Pedro Sánchez.
iciliarias realizadas en 402 municipios de 51 provincias entre el 28 de octubre y el 9 de noviembre. Es decir, el trabajo de campo se realizó mientras se desarrollaban las protestas en Cataluña y la campaña electoral de las generales.
El equipo que dirige José Félix Tezanos ha renunciado a incluir una estimación de voto en esta encuesta, ya que coincidió con el barómetro electoral previo a las elecciones generales del 10N, y ha preferido apostar por hacer una doble oleada de casi 2.500 entrevistas, una a finales de octubre y otra en vísperas de los comicios.
Votar a la contra
"Es una oportunidad excepcional para analizar el comportamiento electoral de los españoles", alega. Y una de las cosas que se comprueba es que la murad de los españoles vota en contra de alguien: un 37,3% para evitar que gane la derecha y un 16,7% para que no lo haga la izquierda.
En el barómetro, el paro continúa como primer problema nacional con un 60,3% de menciones, en línea con los últimos meses. La segunda plaza es de nuevo para la clase política que, en vísperas de las generales, se anotó un 45,5%, aumentando 7,7 puntos respecto al mes anterior y superando en dos décimas el récord que había logrado el pasado mes de septiembre.
La tercera preocupación siguen siendo los problemas económicos, con un 30,4% de menciones, subiendo también respecto a octubre, y el cuarto la independencia de Cataluña, cuyas menciones aumentan en nueve puntos porcentuales en comparación con el barómetro anterior.
La tabla se completa con la sanidad (15,2%) en quinta posición, seguida de los problemas relativos a la calidad del empleo, que suben más de tres puntos y figuran en el 13,3% de las entrevistas. Los problemas sociales aparecen en el 12%, mientras que las pensiones y la inmigración están casi empatados en el 11,3%.
La falta de acuerdo para la investidura y la consiguiente inestabilidad política que, en octubre era el sexto problema con un 13% en los días previos a la repetición electoral había caído a un mínimo 1,8%.
Preocupación económica
Respecto a los problemas que afectan más personalmente a los ciudadanos, el primero son los de índole económica en general (30,2%), seguidos del paro (25,1%), la sanidad (18,5%), la calidad del empleo (17,1%), las pensiones (16,6%) y los políticos (14,7%).
La situación política era descalificada antes de las elecciones por el 78,6% de los entrevistados, un porcentaje similar al del mes anterior. Para la mitad era peor que un año antes y sólo el 3,1% la veía mejor. Un 15% confiaba en que mejorase en doce meses, frente a un 28% que auguraba lo contrario.
En cuanto a la situación económica, la mitad la calificaba como "mala o muy mala", mientras era "buena o no muy buena" para el 5,6%. El porcentaje de quienes la veía peor que un año antes estaba en el 38,6%, el más alto desde diciembre de 2014, y sólo un 7,4% consideraba que había mejorado.
Con la vista puesta en noviembre de 2020, los que auguran una peor coyuntura económica suben hasta el 37,3% marcando la cota más alta desde junio de 2013, mientras que quienes esperan que la economía mejore en los próximos 12 meses no llegan al 10%, el porcentaje más bajo de los últimos años.
Por otro lado, sólo un 11,1% de los encuestados tiene buena opinión de la gestión del Gobierno socialista, frente a un 51,7% que la descalifica. Pedro Sánchez es el preferido para presidir el Ejecutivo, con un 27% de partidarios frente al 13% que desearía a Pablo Casado (PP), pero aún así sólo inspira confianza a un 21,3% frente a un 76,1% que recela de él. El líder del PP no saca mejores registros, pues sólo un 14,7% asegura confiar en él frente a la desconfianza del 81.8%.
Ningún líder aprueba
La tabla de líderes de ámbito nacional nadie aprueba y sigue encabezada por Sánchez, con una nota de 4 puntos, por delante del presidente del PP, Pablo Casado, y del coordinador federal de IU, Alberto Garzón, ambos con 3,3.
El expresidente de Ciudadanos, Albert Rivera, que hasta junio 2018 era el político mejor valorado, ya sólo tiene una nota de 3,1 puntos, es superado por el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias (3,2), y encima ya es la quinta opción preferida para liderar España, con sólo un 6,1% de adeptos, por debajo incluso de Iglesias (11,1%) y hasta de Santiago Abascal (6,7%).
Además, Sánchez es visto como el líder político más moderado y más preparado para gobernar, con porcentajes de alrededor del 24%, mientras que Pablo Iglesias le supera como el más dialogante (17,5 frente al 17,4%). Según los encuestados, el más agresivo es el líder de Vox, señalado así por un 42,4%, por encima de Iglesias (16,3%) y de Rivera (10,1%).