Parece evidente que Quim Torra debe de estar informado de todos los movimientos bajo la mesa que se están desarrollando para que "el diálogo" facilite la investidura de Pedro Sánchez. Los votos que necesita el líder del PSOE para permanecer en la Moncloa pasan obligatoriamente por eso que pasó de un día para otro de "problema de convivencia" a "conflicto político". Lo que iba de la campaña electoral "centrada y constitucionalista" al día después del 10-N, con elección urgente de la vía frankenstein para formar Gobierno.
Y si el president está informado, pero Sánchez no le coge el teléfono, este sábado se ha desquitado mandándole un mensaje claro: si los socialistas van a anunciar hoy que hemos quedado el martes, yo aprovecho para elevar la apuesta y que el regateo comience con los míos ne ventaja.
Porque poco antes de que el PSOE anunciara que había cerrado una cita con Laura Borràs y Míriam Nogueras -ambas diputadas de los exconvergentes- este martes a las 16.00 horas en el Congreso, Torra hablaba delante de un micrófono en el Palau de la Generalitat: "La Unión Europea debe establecer un mecanismo que pueda permitir la integración de nuevos estados independientes nacidos por vías democráticas" dentro de la UE.
Otro Pedralbes
Y Torra estaba contento, porque además soltaba esta andanada el primer día de Josep Borrell como Alto representante de la Comisión Europea -ahí lo llevas, y tanta paz lleves como descanso dejas- y acompañado a su izquierda por el presidente de Flandes, Jan Jambon, en una comparecencia conjunta en catalán, inglés y flamenco con el nacionalista líder del N-VA, único apoyo que han hallado los separatistas catalanes en el mundo, y soporte logístico de Carles Puigdemont en su fuga a Waterloo.
A Torra no le cuesta dejarse ver con Jambon, agradecidos como están en Junts per Catalunya por la cobertura que le dan en Flandes a su líder huido. Y eso que el líder de los nacionalistas flamencos tiene un pasado tan "fascista" como el que le atribuye el president al "Estado represor" del que quiere separarse.
El presidente de la región de Flandes y líder del N-VA es un nacionalista famoso por haber participado y dado discursos en reuniones de asociaciones declaradas filonazis en el pasado y por asegurar que "los belgas que colaboraron con Alemania [durante la II Guerra Mundial] tendrían sus razones".
Pero eso no tiene coste para Torra. Aunque sí eleva la medida de la crítica que recibirá el presidente en funciones por buscar su apoyo. Si la cumbre de Pedralbes le salió cara en imagen a Sánchez, la de este martes puede ser similar para su delegación, encabezada por Adriana Lastra, pero no en lo intangible, sino en lo real: mesa de "negociación bilateral", sin "líneas rojas", amnistía para los presos del procés... Muy clarito lo había dejado por la mañana su consejera de Presidencia: "Sánchez y Torra tienen que hablar fuera de la Constitución".
Meritxell Budó, de Junts per Catalunya -los que se citan con el PSOE el martes a primera hora de la tarde- y portavoz del Govern, aseguraba eso y que la "mesa sin condiciones" tiene unas cuantas condiciones para constituirse. A saber: que el "conflicto político" en Cataluña es tan importante que "se requiere el liderazgo de los dos presidentes", es decir, que Sánchez tendrá que aceptar otro Pedralbes con Torra, el que quiere que Borrell le arbitre un modo de entrar en la UE si consigue independizarse.
Y que para que JxCat se imagine siquiera bajar el pistón -lo que redundaría en votos de investidura y, sobre todo, en que ERC pueda hacer lo propio, y los 13 escaños de los de Oriol Junqueras son la verdadera clave-, la nueva condición que aceptar que el acuerdo de Pedralbes "es un punto de salida". Porque, si "se aceptó hablar de todo para poder afrontar el conflicto, es necesario hablar con toda libertad, fuera de la Constitución".
Esquerra no tiene prisa... ni necesidad
Este mismo sábado tampoco han perdido la oportunidad de recordar sus exigencias los líderes de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC). Su líder en el Parlament, Sergi Sabrià, ha aclarado que a los republicanos -bautizados como "izquierda histórica" por Carmen calvo- les da igual "esperar un mes o dos meses".
Es más, que teniendo en cuenta que su objetivo es irse de España, no la "gobernabilidad del Estado", tampoco coinciden en intereses con los socialistas en esa mesa que compartirán, de nuevo, este martes una hora después que los exconvergentes.
Para cerrar un pacto de investidura con el PSOE, Sabrià recordaba las condiciones: que acepten abrir una negociación entre iguales, sin condiciones, con garantías y con un calendario. "Nadie nos puede hablar de prisa ni nos puede decir que se tiene que cerrar en 10 días", declaraba a la prensa el líder de ERC, asegurando que a su partido no le incumbe la estabilidad institucional en España sino dar con una solución política al "conflicto catalán".