El PSOE ha aprovechado este lunes la ausencia de Vox en la Diputación Permanente del Senado para sacar adelante con el apoyo de todos los grupos la misma declaración institucional contra la violencia de género que el Congreso no pudo aprobar por el veto de la formación encabezada por Santiago Abascal.
Han sido tres las declaraciones aprobadas hoy por la Diputación en su última reunión de la legislatura, referidas a la violencia contra las mujeres, a los derechos de la infancia y a la lucha contra la pobreza infantil y sobre el cambio climático, justo cuando acaba de arrancar en Madrid la Cumbre del Clima de Naciones Unidas.
El portavoz del grupo socialista en el Senado, Ander Gil, ha subrayado en rueda de prensa que son declaraciones sobre "asuntos capitales" que la Diputación Permanente del Congreso no pudo aprobar debido al rechazo de Vox, pero que la Cámara Alta sí ha logrado proclamar, a instancias del PSOE, por la ausencia circunstancial de este partido.
Y es que el único representante de Vox en la Diputación Permanente del Senado, Francisco José Alcaraz, ha sido elegido diputado por Jaén pero hasta ahora no había renunciado a su escaño de senador autonómico por Andalucía, de manera que el Parlamento andaluz no ha tenido tiempo de nombrar a su sustituto.
Se abre "una ventana"
Sin Alcaraz en el hemiciclo, el órgano que sustituye al pleno cuando las Cortes están disueltas ha aprobado sin problemas las tres declaraciones, algo que según Gil ha sido posible porque la ausencia de Vox ha abierto "una ventana" que lo ha facilitado.
Todo ello demuestra, según el senador socialista, que, cuando se deje "a un lado" a la "ultraderecha", será posible "llegar a acuerdos en cuestiones fundamentales" y se facilitará "que este país avance".
Ander Gil ha aprovechado para acusar al PP y a Ciudadanos de "blanquear" el discurso de Vox y de no querer limitar su "acceso al poder" cuando "la ultraderecha es un obstáculo al acuerdo y al avance social y democrático en nuestro país".
Para salir adelante, las declaraciones institucionales deben contar con el apoyo de todas las fuerzas representadas en la Cámara, ya que no son textos sometidos a debate.
Lo habitual es que un grupo proponga una redacción que puede corregirse, enmendarse o ampliarse hasta que la firman todos los portavoces para después ser entregada a la Presidencia y leída en el pleno.