La probable apertura de una causa penal a Laura Borràs por parte de la Sala Segunda del Tribunal Supremo por la supuesta adjudicación de contratos irregulares por valor de casi 260.000 euros cuando presidía la Institución de las Letras Catalanas (ILC) complica sobremanera el horizonte político de JxCAT.
Si los cargos por prevaricación, malversación de fondos, fraude administrativo y falsedad documental citados por el fiscal Javier Zaragoza en contra de Borràs prosperan, el escenario catalán sufriría un seísmo político cuya onda expansiva podría acabar afectando incluso a un hipotético pacto del PSOE con ERC.
La situación es endiablada. Muy probablemente Quim Torra sea finalmente inhabilitado por el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña. Si Borràs, líder del grupo de JxCAT en el Congreso de los Diputados, es imputada por el Supremo, el partido heredero de Convergencia Democrática de Cataluña se vería descabezado a las puertas de una más que probable convocatoria anticipada de elecciones autonómicas en Cataluña. Y ello en medio de una guerra no precisamente fría en el seno del partido entre los partidarios de la línea dura –agrupados en torno a Carles Puigdemont y Quim Torra– y el sector de la formación que se inclina por evitar la confrontación con el Estado.
Un 'plan premeditado'
La coincidencia en el tiempo del juicio por desobediencia a Torra y el brote del escándalo protagonizado por Laura Borràs podría despejar el camino de ERC hasta la Presidencia de la Generalidad. Una coincidencia que en JxCAT no atribuyen al azar, sino a un plan premeditado de los poderes del Estado para descabezar al partido nacionalista e, indirectamente, facilitar el pacto del PSOE con ERC.
Según la tertuliana Pilar Rahola, que suele expresar en público las reflexiones que los líderes del partido expresan en privado, "se trata de una represión planificada, sostenida y minuciosa".
La posible imputación de Borràs se añade a la ya larga lista de delitos de todo tipo protagonizados por los líderes de la formación a lo largo de los últimos cuarenta años. Desde los atribuidos a Jordi Pujol y a su familia, y especialmente a Oriol Pujol por el caso de las ITV, hasta aquellos por los que se ha juzgado –o pretende juzgar en el futuro– a Artur Mas, Quim Torra y Carles Puigdemont, pasando por los casos Palau, el caso Adigsa, el caso Casinos, el caso del 3% o el ya lejano caso Banca Catalana, el caso fundacional del ADN delictivo convergente.
Un escándalo que cambia todo
Un currículo que deja poco espacio para la duda acerca de la verdadera naturaleza de la vieja Convergencia y que no ha tardado en ser aprovechado por algunos políticos republicanos para hurgar en la sempiterna herida de la formación. Es el caso de Pep Quintana, concejal de ERC en el Ayuntamiento de Olot, que sólo tardó unos minutos tras el estallido del escándalo en pedirle a JxCAT que no se "esconda detrás de la estelada" para ocultar "posibles prácticas irregulares convergentes".
La posible imputación de Laura Borràs abre sin embargo la puerta al retorno al liderazgo del partido de Artur Mas, cuya condena de inhabilitación para cualquier cargo público finaliza en febrero de 2020. Borràs era la evidente candidata a suceder a Quim Torra al frente de JxCAT y contaba con la aprobación de Carles Puigdemont y los sectores más ultramontanos de la formación, fascinados por la retórica beligerante, casi despectiva, con la que la portavoz del grupo parlamentario suele despachar sus intervenciones públicas. Pero con Borràs fuera de la ecuación, Mas ve su retorno mucho más cerca.
Borràs era, sin embargo, la elegida por Torra y Puigdemont para tomar las riendas del partido durante la segunda fase del procés. El buen resultado relativo que JxCAT obtuvo en las elecciones del pasado 10 de noviembre –un escaño y 25.000 votos más a pesar del descenso de la participación– avalaba la apuesta por la exconsejera autonómica de Cultura, habituada a bregar en los debates televisivos con rivales de tanta pegada como Cayetana Álvarez de Toledo o Inés Arrimadas. Pero el escándalo lo cambia todo. Quienes carecen, a día de hoy, de cualquier opción, sea o no imputada Borràs, son los candidatos del PDeCAT. Y entre ellos Àngels Chacon, actual consejera de Empresa del Gobierno regional.