Para Inés Arrimadas, el obstáculo es Pedro Sánchez, y no Pablo Casado. A pesar de que ambos le han trasladado que no contemplan aceptar su propuesta. A día de hoy, el "gran pacto constitucionalista entre PSOE, PP y Ciudadanos" sólo cuenta con el apoyo de quien lo impulsa. No obstante, la portavoz de los liberales "hará todo lo que esté en su mano" para que el presidente del Gobierno "rectifique". Si eso ocurre, cree que Génova "cederá".
"La vía Arrimadas es una llave de judo al PP", discurre un importante mandatario de Ciudadanos. Uno de los miembros más cercanos en su día a Rivera apostilla: "Pablo se enfrenta al problema que acabó con Albert". Dicho de otra manera: el líder conservador tiene la posibilidad de acordar a su izquierda para desbloquear el país pero, si lo hace, corre el riesgo de perder un buen puñado de votantes en dirección a su competidor a la derecha: Vox. "¿Ves? Es el mismo esquema. Nosotros pudimos pactar con el PSOE. No lo hicimos. Sufríamos el riesgo de que nos devorara el PP", constatan estas fuentes.
De ahí que Inés Arrimadas conciba que Casado se abrirá al pacto a tres en cuanto Sánchez rompa con Podemos y los nacionalistas. Pero eso, en estos instantes, es más deseo que realidad. Los socialistas siguen avanzando en sus reuniones con Esquerra Republicana. Ninguno de los actores ha hecho amago de quebrar esa mayoría tan parecida a la de la moción de censura.
"Los 221 escaños son la única propuesta sensata que podría aportar estabilidad y moderación a España. Es la opción preferida por la mayoría de los ciudadanos", desgranó Arrimadas tras haber transmitido al Rey sus intenciones.
De puertas hacia fuera, Arrimadas insiste en que "es Sánchez quien debe mover ficha": "Él ganó las elecciones, y no Casado. Nosotros nos adelantamos porque nos da pavor un Gobierno de Podemos sostenido por los nacionalistas".
Internamente es consciente de que no cuenta con el beneplácito del conservador, alguien con quien mantiene "una buena relación". "Hablan casi todas las semanas", detalla un dirigente naranja. En el Congreso, durante el homenaje a la Constitución, mantuvieron una conversación de varios minutos.
"Nuestra propuesta les genera una situación muy incómoda. Para ellos es muy difícil argumentar la negativa. En estos momentos -a nosotros nos ocurrió algo muy parecido- lo que le importa a la gente es el desbloqueo", razonan altos cargos de Alcalá 253 en conversación con este periódico.
Algunos de los dirigentes que tomaron las decisiones del descalabro, en conversación con EL ESPAÑOL, arguyen que éste fue uno de los principales factores de la derrota: "Debimos haber ofrecido a Sánchez un pacto de decenas de medidas muy concretas cuando todavía había tiempo suficiente para negociar. Eso le habría retratado". Un movimiento que, precisamente, realizó Inés Arrimadas con su carta al presidente del Gobierno en busca de una reunión a tres bandas.
A ojos de Arrimadas, según fuentes oficiales del partido, el relanzamiento que ha hecho el PP estos días de su propuesta "España Suma" es una "campaña de desinformación". "Una prueba más de que nuestro marco les incomoda y de que tratan de imponer el suyo", relata alguien que trabaja codo a codo con la nueva líder.
Tras las elecciones de abril, en pleno bloqueo y con la propuesta in extremis de Albert Rivera sobre la mesa, el expresidente naranja se reunió con Pablo Casado en el Congreso. El PP, algo incómodo, rechazó la toma de imágenes. No hubo siquiera comunicado conjunto. Tras aquel encuentro, Rivera siempre creyó que su adversario conservador habría movido ficha en caso de haberlo hecho Sánchez. Un argumento que sigue manteniendo su sucesora.