El Congreso del PSC ha puesto sobre el papel lo que venía reivindicando Miquel Iceta: la concepción de España como "una nación de naciones". El documento original mencionaba la "plurinacionalidad", pero no incluía esa expresión. "En este partido nos tiramos dos horas para matizar una frase y eso es algo admirable", llegó a decir Carmen Calvo en su discurso de este sábado.
La vicepresidenta del Gobierno fue la máxima autoridad en el cónclave barcelonés que reeligió a Iceta. En esa "discreción" -a veces sustanciada en ruedas de prensa limitadas- que ha decretado Sánchez mientras duren las negociaciones con Esquerra Republicana, Calvo describió la estrategia socialista como "racional". Enarboló las "dos elecciones ganadas en un año" como prueba de que el PSOE "acierta" y de que su "ideario es imbatible".
Entre líneas, Calvo mandó un mensaje a los separatistas. Una advertencia que, al mismo tiempo, abría la puerta a una reforma: "Lo más progresista (...) y lo más prudente es producir normas democráticamente y cumplirlas. Nadie es más valiente ni más listo por saltárselas".
O lo que es lo mismo: el Gobierno avisa de que no tolerará ningún incumplimiento, pero -en plenas negociaciones con ERC- se abre a reajustar el marco actual. El propio PSC, en los documentos sellados este fin de semana, habla de reformar la Constitución.
Calvo recibió una ovación al subir al escenario por ser la "autora de sacar al dictador del Valle de los Caídos". Así la presentó su compañera y presidenta del Congreso, Meritxell Batet. La mano derecha de Sánchez repitió continuamente el término "diálogo" y recriminó a las "derechas" no "mover ni un solo dedo por España".
Muy en sintonía con los postulados del PSC, Calvo entonó aquello de que el socialismo representa "los matices" en los tiempos de la política "blanco-negro": "Somos gente que construye puentes".
Las negociaciones con ERC, tal y como informó este periódico, han soliviantado a varios barones del PSOE, entre ellos algunos presidentes autonómicos, como Javier Lambán (Aragón) o Emiliano García-Page (Castilla-La Mancha). No obstante, ninguno de ellos ha osado enfrentarse directamente al secretario general.
Tanto en los documentos acuñados en este Congreso como en los comunicados salidos de las últimas reuniones con ERC, Sánchez ha vuelto a emplear el lenguaje de la cumbre de Pedralbes: esa continua apelación al "diálogo" y el reconocimiento del "conflicto político en Cataluña".
La "nación de naciones" que ya procura oficialmente el PSC enfada igualmente a estos barones. De ahí que el discurso de Calvo insistiera en mostrar un acercamiento con Iceta, pieza clave en las conversaciones con los nacionalistas. Fue el primero al que abrazó tras abandonar el estrado.
La investidura, teniendo en cuenta los factores comentados, se encuentra en este punto: ERC exige un "diálogo entre gobiernos" para otorgar su apoyo a Sánchez, pero de momento ese "diálogo" no es posible debido a los encontronazos entre Torra y Moncloa. El presidente del Gobierno ha ofrecido llamar al líder de la Generalitat este lunes a las 10:30, pero ha recibido esta respuesta: "Estará reunido. Si quiere, que telefonee a las 8".