Pablo Casado tiene reunión, por fin, con Pedro Sánchez este lunes a primera hora. Después de que la semana pasada el rey designara al líder del PSOE como candidato a la investidura, el presidente en funciones anunció una ronda con los líderes políticos de cada grupo parlamentario y otra con los presidentes autonómicos.
Pasados exactamente dos meses desde la última ocasión en que se vieron, Casado y Sánchez se sentarán en las dependencias del Congreso de los Diputados... en su primer contacto desde que en la noche del 10-N la llamada del líder del PP para felicitar a su contrincante se quedara sin respuesta.
El pasado 16 de octubre, un Sánchez urgido por la publicación de la sentencia del procés llamó a la Moncloa a Casado, Rivera e Iglesias. Entonces, en precampaña electoral, el presidente en funciones había girado su mensaje con dureza contra el independentismo. Ahora, sin embargo, fuentes de la dirección popular advierten de que "se ha echado en manos de Esquerra, guiado por su hermano útil del PSC para proponer eso del federalismo que aún no sabemos lo que es".
Por esa razón, Casado llegar este lunes con un "no rotundo" a estrecharle la mano al líder socialista. "Lo que hay que decirle es que ustedes han roto el pacto constituyente y han iniciado un nuevo proceso sin contar con nadie", explican estas fuentes. Y es que "el PSOE juega con las palabras, trata de confundir la nación española y las nacionalidades de las que habla la Constitución, que son regiones con singularidades identitarias", explica, "pero nosotros no estamos en ese juego".
"El origen de España, en duda"
A la ronda de reuniones con Sánchez fue invitado por primera vez Santiago Abascal, líder de Vox... como compensación a que también estuviera Bildu en la agenda. Por esa razón Abascal ha rechazado "el circo". También será llamado Quim Torra, en cuanto que presidente de la Generalitat, otro al que Sánchez no cogía el teléfono hasta ahora. Y eso ha alarmado en Ciudadanos. Este fin de semana, su líder en Cataluña, Lorena Roldán, insistía en que sigue abierta la llamada "vía Arrimadas, para que Sánchez rectifique"... en la confianza de que así el PP también se avendría al "acuerdo de constitucionalistas".
Pero los populares entienden que el momento es muy grave y temen que el PSOE esté cayendo, por permanecer en el poder, en una especie de "proceso constituyente sobrevenido". Aunque, eso sí, admiten que les está costando explicarse, "porque al ciudadano medio le puede parecer que es una discusión de nombres", pero "en realidad estamos discutiendo de la base de todo, están poniendo en duda el origen de España".
Casado va a la cita con Sánchez reforzado con el aval de sus socios europeos, a quienes ha explicado la situación y, sobre todo, según las mismas fuentes, "con su mensaje incluso endurecido después de la orgía federalista de este fin de semana". En el PP están "verdaderamente preocupados" y aseguran que, después de ver este fin de semana cómo es Iceta el que marca el camino de Sánchez, "no hay ninguna puerta abierta, y mucho menos ahora".
Pocos días antes del inicio del 14º Congreso de los socialistas catalanes, el primer secretario del PSC afirmaba que había "echado cuentas" y le salían "ocho o nueve naciones en España" porque "es lo que ponen sus estatutos de autonomía, y nacionalidad y nación son sinónimos". Para el PP, esto supone una cesión intolerable para acercar al PSOE a las tesis de Esquerra Republicana de Cataluña (ERC) en la negociación para recabar sus apoyos en la investidura.
Bronca con los barones
La afirmación le valió a Iceta una bronca pública con algunos de los barones regionales del PSOE, como Emiliano García Page (Castilla-La Mancha) y Javier Lambán (Aragón). Pero el silencio de la dirección federal del PSOE se culminó con un cierre del Congreso del PSC a la búlgara, con unanimidades absolutas en la reelección de Iceta -quien, exultante se encargó de remarcar la palabra "fe-de-ra-lis-mo" en varias ocasiones en su discurso este domingo- y en la votación de todos los documentos programáticos.
Minutos antes, José Luis Ábalos culpaba a "la derecha", en referencia a PP y Cs, de que el PSOE tenga que pactar con ERC. En un discurso durante el Congreso del PSC, el número tres socialista aseguraba que "no nos dejan otra" porque ni Casado ni Inés Arrimadas ofrecen su ayuda para que haya Gobierno.
"A Oriol Junqueras le conviene que el PSC sea el que marque el discurso socialista", responden desde el PP, "pero Casado le va a dejar claro a Sánchez que este país no vive de discursos, sino de hechos". Porque todo esto "tiene un recorrido corto", añade en referencia a que el PSOE estaría en una huida hacia delante para asegurar la investidura y luego marear con una negociación con los separatistas catalanes.
Pactos de Estado
Por eso, el líder del PP quiere dejar clara su posición de alternativa de gobierno. Por un lado, reforzado con que el resto de populares europeos entienden que una gran coalición sería un riesgo, porque dejaría la oposición a Vox. Y por otro, con el catálogo de "hasta once pactos de Estado que llevamos ofreciendo desde las elecciones del 28-A", recuerdan las fuentes del partido.
"Hay una mezcla de frivolidad, desconocimiento y atrevimiento en el PSOE, y este país no se lo merece", explica esta fuente, con acceso directo a Casado. "Hasta el Estatuto admite que Cataluña es una nacionalidad según la Constitución", añade. "Pero todos los constitucionalistas dicen que de una nacionalidad no puede nacer un Estado-nación... hasta los del PSOE lo decían, pero ahora no están, se han perdido todos".
La reunión entre los dos líderes políticos más votados el pasado 10 de noviembre promete ser muy tensa, según anticipan estas fuentes del PP. Y es que Casado cree que la discusión derecha-izquierda es posterior a lo que estará sobre el mantel de la mesa en el Congreso: "Si realmente Sánchez reconoce que España se compone de varias naciones estaríamos ante un nuevo modelo", advierte alarmado el dirigente popular. "Y ojo, que además lo habría reconocido en una negociación con independentistas".
La clave para el líder de la oposición, pues, es evitar que el presidente deje de estar en funciones a cambio de abrir un melón constituyente sin contar "con más de la mitad de los españoles, que ni le han votado a él ni a los separatistas". Porque el PP cree que "si alguien dice que España está conformada por naciones, en realidad estamos dando pie a considerar que se pueden formar siete estados. ¡Pero que lo digan claro!".