El pasado 12 de noviembre, Evo Morales claudicó y huyó de Bolivia, renunciando al cargo de presidente, al menos de palabra. Aunque advirtió: "Volveré con más fuerza". Ahora, se sigue considerando el legítimo mandatario del país andino, y alega que la Asamblea Plurinacional (Parlamento) no ha aceptado su renuncia.
La diputada Jeanine Áñez asumió, entonces, el cargo de presidenta interina. La crisis vino dada por las pruebas que presentó la misión observadora de la Organización de Estados Americanos (OEA) en las elecciones presidenciales del 20 de octubre. Podemos, socio de Pedro Sánchez en el preacuerdo de Gobierno firmado precisamente ese mismo día con Pablo Iglesias, acusó a "la oligarquía boliviana" de haber dado "un golpe de Estado" contra Morales, uno de sus referentes ideológicos en Latinoamérica.
Desde ese momento, no han dejado de salir publicadas en Página siete y La Razón, los principales diarios bolivianos, informaciones sobre la presunta vinculación económica de Podemos con el Gobierno de Morales. Bajo su mandato, Bolivia habría traspasado subrepticiamente fondos de "hasta seis millones de dólares" al partido español, según fuentes de la oposición boliviana consultadas por este periódico. Pero hasta el momento, no hay pruebas. Y las fuentes consultadas en Podemos lo niegan categóricamente.
Tanto como el Ministerio español de Exteriores, ahora dirigido interinamente por Margarita Robles, rechazaba "rotundamente" en un comunicado que la intención de la visita "de cortesía" de la encargada de Negocios, Cristina Borreguero, a la embajadora mexicana, María Teresa Mercado, tuviese como intención "facilitar la salida de las personas que se encuentran asiladas en aquellas dependencias".
"Están muertos de miedo"
Este sábado, Jorge 'Tuto' Quiroga, expresidente y hoy delegado del Gobierno interino para la comunidad internacional, acusó directamente al Ejecutivo español de "estar muertos de miedo" por si alguna de las personas que están refugiadas en la residencia de la embajadora mexicana en La Paz tienen información sobre esos pagos. "Hicieron colonialismo ideológico y ahora quieren hacer colonialismo criminal", dijo Quiroga, "pero no podrán con Bolivia".
El conteo de los resultados se vio truncado y paralizado el escrutinio de los sufragios electrónicos durante días. Cuando las cuentas se paralizaron, Morales se veía obligado a someterse a una segunda vuelta con el candidato opositor, Carlos Mesa. Cuando los números volvieron a ser publicados, dieron una victoria aplastante del Movimiento al Socialismo (MAS), el partido del exmandatario andino.
El "alzamiento popular", según Mesa, se saldó con disturbios reprimidos por las fuerzas de seguridad, y llegó a ser calificado de "golpe de Estado" por los Ejecutivos venezolano, cubano y nicaragüense. Además, la administración de Andrés Manuel López Obrador en México recibió en asilo a Evo Morales. Y desde suelo mexicano, el exmandatario ha anunciado reiteradamente que quiere volver a su país, pero que teme por su seguridad.
Ahora, hasta nueve personas, entre ellas cuatro exministros de su gabinete, se refugian en la residencia de la embajadora de López Obrador en el país. Estos cuatro tienen órdenes de detención por delitos de sedición y terrorismo. Con todo esto, la visita de la encargada de Negocios española, Cristina Borreguero, este viernes a la residencia de la embajadora mexicana, en el residencial de lujo La Rinconada, de La Paz, se vio en vuelta en la polémica.
"Protegen su golpe de Estado"
La inteligencia boliviana informó de la presencia de hombres "presuntamente armados" y embozados junto a la representación diplomática española. "No pueden violar la soberanía boliviana", alegó el ministro de Gobernación, Arturo Murillo. La canciller, Karen Longaric, acusó a los funcionarios españoles de querer entrar de forma clandestina.
Desde Podemos niegan la preocupación y alegan que lo que está ocurriendo es que "han dado un golpe de Estado y lo que están haciendo es tratar de protegerlo". Fuentes del partido aseguran que "están disparando contra la gente que estaba allí", en referencia a las investigaciones anunciadas sobre la relación de la consultora Neurona con Juan Carlos Monedero.
El propio fundador de Podemos asegura, en declaraciones a este periódico, que "de esa empresa no soy accionista, ni tengo ninguna vinculación orgánica". Sí admite haber "colaborado" en algunos trabajos con Neurona, "porque forma parte de mi trabajo y es una consultora de izquierdas".
Todo esto, afirma "forma parte del fango" con el que se pretende dañar a la formación morada, ahora que está a punto de entrar en el Gobierno. "Hemos sufrido mucho estos seis años para ello", dice Monedero, "y ahora nos quieren volver a dañar... Dicen que estoy vinculado a Neurona, ¿pero vinculado cómo? No tienen nada".