Entre gritos de "¡Sí se puede, sí se puede!" recogió su cartera de vicepresidente segundo del Gobierno y ministro de Derechos sociales y Agenda 2030 el activista intelectual y tertuliano de barricadas que hace sólo cinco años y medio plantó su cara y su coleta en una papeleta para las elecciones europeas y logró cinco escaños y una revolución. A los pocos meses abdicó Juan Carlos I, él estuvo a punto de entrar en un gobierno minoritario que habría sido a tres con Ciudados y el PSOE y asistió esperanzado al descalabro de quien hoy es su jefe en Moncloa, Pedro Sánchez, expulsado por el PSOE hasta nuevo aviso.
Pero este lunes sí era el día señalado por el destino, el día era histórico. El auditorio del Ministerio de Sanidad estaba a rebosar, de gente y de sonrisas, de emoción.
Juan Carlos Monedero, Pablo Echenique, Juanma del Olmo, los secretarios generales de CCOO y UGT -a los que citó en su discurso, reclamándoles que le apretaran y le "criticaran" como única garantía de hacer bien su propio trabajo-, la ministra Reyes Maroto, la presidenta del Congreso, Meritxell Batet; la nueva titular de Trabajo, Yolanda Díaz... y quienes junto a él se iban a hacer cargo de tres de las cuatro carteras en las que se divide el Minsiterio de Sanidad: Salvador Illa (PSC) y Alberto Garzón (IU).
Iglesias, junto a su compañero del pacto de los Botellines -el inicio público de las distancias con Íñigo Errejón, por cierto-, no cabían en sí de gozo. "Estoy de acuerdo con lo que dijo Pedro Sánchez", comenzó la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, alocución, "de que este Gobierno será plural, pero con una sola voz, la voz de la normalidad democrática. Nos sentimos muy orgullosos de que el gobierno tenga dos partidos de coalición".
Y antes de darle la palabra, la número dos del Ejecutivo le dijo con un guiño: "Estimado vicepresidente, haremos un tándem importante de trabajo. Las políticas sociales, la solidaridad, está amenazada por algunos desde la miopía, pero nosotros no tenemos duda de tu trabajo y acierto".
A los aplausos siguió al emoción de un Iglesias en traje de arriba abajo -por primera vez desde que se vistió de gala para aquellos Premios Goya-, aunque eso sí, sin corbata.
Iglesias, "agradecido"
"Va a ser un honor trabar junto a ti, Carmen", recogió el líder morado, que agradeció a quienes le han llevado hasta ahí pero, sobre todo, al líder del PSOE que hace sólo tres meses confesaba que no podría dormir -ni él "ni el 95% de los españoles"-, si acababa llegando un día como este lunes. "Gracias al presidente por su generosidad, por armar un gobierno muy capacitado política y técnicamente, que hará un gran trabajo democrático".
Sus palabras fueron muchas más cortas que la espera, ya que el acto se había visto demorado en casi media hora. Quizás esperando que llegaran todos los invitados, como por ejemplo su mentor, Monedero. Sentado en los asientos reservados para familiares, el profesor de Ciencia Política, fundador de Podemos, amigo y consejero, no dejaba de hacer gestos, sacarse selfies y mover el cuello en busca de a quién más saludar.
Iglesias se comprometió a basar su ejecutoria como ministro para la Agenda 2030 y los Derechos sociales en dos pilares: "Luchar contra el cambio climático y defender siempre la paz", el primero. Para el segundo, quiso citar a Antonio Machado y hacer un guiño a la palabra que más repitió -y repite- Sánchez mientras negociaba la investidura con los separatistas de ERC y ahora que se empieza a hablar de que los de Oriol Junqueras deben comprometerse para una urgente negociación de los Presupuestos: "Para dialogar, preguntad primero; después escuchad".