El PP vasco pierde uno de sus líderes más destacados. Borja Sémper (Irún 1976) ha decidido abandonar la política y deja el partido conservador liderado por Pablo Casado tras protagonizar una larga serie de desencuentros con el ala más dura del partido y discrepar abiertamente de la política de pactos marcada por Génova en los últimos ciclos electorales.
Repasamos los desencuentros más sonados de Sémper que le han llevado hasta el portazo final.
Contra Vox
"Vox no es un partido constitucionalista, es un partido que quiere cambiar la constitución y sólo cree en una parte de ella. Es un partido nacionalista y yo no quiero más nacionalismo en el País Vasco ni en España", decía sobre el partido de Santiago Abascal en una reciente entrevista con este periódico.
El dirigente popular nunca se ha molestado en ocultar su opinión sobre el partido de ultraderecha y tampoco ha escatimado en críticas veladas a los pactos entre PP y Vox para facilitar la gobernabilidad en Ayuntamientos y Comunidades autónomas. "No merece la pena", llegó a decir sobre la necesidad de Moreno Bonilla de contar con los votos de la formación de extrema derecha.
El político vasco también mostró una gran preocupación por la contaminación del discurso político de su partido. Si el “populismo reaccionario” arrastra a otros partidos a “las trincheras”, él no pinta “nada en política”. El que avisa no es traidor.
Contra Cayetana
Sin lugar a dudas, el más agrio desencuentro de Sémper en su última etapa en las filas populares lo protagonizó con Cayetana Álvarez de Toledo. La actual portavoz del PP en el Congreso, fiel a su máxima de no morderse la lengua, deslizó que los dirigentes vascos de su partido habían caído en la "tibieza". Las palabras de la mano derecha de Casado en la cámara baja sentaron como un tiro y Sémper tampoco se cortó: "Mientras algunas caminaban sobre mullidas moquetas, otros nos jugábamos la vida defendiendo la Constitución".
Apoyo a Soraya Saénz de Santamaría
La moción de censura que desalojó a Mariano Rajoy y llevó a Pedro Sánchez a Moncloa obligó al PP a una catársis para renovar su liderazgo. Durante el proceso, los dirigentes se alinearon en torno a sus predilectos en un convulso proceso de primarias. Sémper apoyó claramente a Soraya Sáenz de Santamaría para liderar el partido.
La derrota de la exvicepresidenta dejó a los suyos en el alambre y, de nuevo, el honesto Sémper lamentó que la división del PP se tradujera en la creación de varios bandos. El hasta ahora portavoz del Grupo Popular en el Parlamento vasco criticó que Pablo Casado utilizase la integración como "un eslogan" más que como "una realidad", tras ofrecer el nuevo líder únicamente dos secretarías de área del PP al equipo de la exvicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría.
Así lo ha expresado en una entrevista en RNE en la que ha señalado que "es una pena" que el nuevo líder 'popular' no cuente con "gente valiosa" y haya decidido "prescindir de la capacidad de gente del equipo de Santamaría" porque considera que era una oportunidad para "reforzar el partido".