Fuentes cercanas a Carles Puigdemont han revelado a EL ESPAÑOL que la batalla que preocupa ahora al nuevo eurodiputado no es tanto la hipotética concesión o denegación de su suplicatorio solicitado a la eurocámara por el Tribunal Supremo como la de en qué grupo del Parlamento Europeo se integrará.
Y es que el camino lógico –integrarse en el grupo de Los Verdes, el mismo en el que figura ERC– parece de momento vetado por el rechazo de los propios republicanos a compartir grupo con el expresidente catalán.
Según las mismas fuentes, Puigdemont baraja cuatro opciones. Por orden de prioridad, la primera de ellas sería su integración en el GUE/NGL, el Grupo Confederal de la Izquierda Unitaria Europea/Izquierda Verde Nórdica. Es el grupo de Podemos, de Bildu y del PCE. También del irlandés Sinn Féin, del partido de extrema izquierda alemán Die Linke, del griego Syriza y del Partido Comunista Francés.
La segunda opción, si el GUE/NGL decide rechazar a Carles Puigdemont y Toni Comín, es la integración en un subgrupo parlamentario dentro de otro grupo parlamentario madre. Esa ha sido la opción escogida por ERC, que forma parte, junto a otros partidos regionalistas e independentistas minoritarios europeos, del subgrupo Alianza Libre Europea, parte a su vez del grupo de Los Verdes.
Parias del Parlamento
La tercera opción de Carles Puigdemont y Toni Comín es la de convertirse en europarlamentarios no inscritos, también llamados no adscritos. En la práctica, esa opción convertiría a los dos prófugos en parias dentro del Parlamento Europeo.
Los no inscritos son europarlamentarios que no pertenecen a ningún grupo del Parlamento. Cuentan con oficina propia, presupuesto y asistentes, pero por lo demás son considerados y tratados como radicales, y ni siquiera cuentan con los mismos turnos de palabra que el resto de los miembros de la eurocámara.
Esta ha sido durante la última legislatura la opción de los euroescépticos, de los parlamentarios de la ultraderecha o de partidos populistas de todo tipo, como el Frente Nacional francés, el Vlaams Belang belga, el Partido Comunista griego o la Liga Norte italiana.
La cuarta y última opción de Puigdemont es la de integrarse en Los Verdes o en el subgrupo de ERC. Pero prueba de la escasa confianza del expresidente en la complicidad de ERC es que esta sea, precisamente, su cuarta opción por detrás incluso de la de convertirse en un parlamentario no inscrito. Es decir, por detrás de la que le convertiría en un apestado del Parlamento Europeo.
Horizonte electoral
Este lunes, Puigdemont y Comín fueron arropados en el Parlamento Europeo por Quim Torra, Laura Borràs o Elsa Artadi, de JxCAT, y por el presidente del Parlamento autonómico catalán Roger Torrent, el excandidato a la alcaldía de Barcelona Ernest Maragall o el consejero de Acción Exterior de la Generalidad Alfred Bosch, de ERC.
Pero más allá de la propaganda y de los gestos de aparente unidad, la batalla entre ERC y JxCAT sigue en el mismo punto en el que estaba. Es decir, con la vista puesta en las próximas elecciones autonómicas catalanas.
No habrá resolución por la vía rápida del caso Carles Puigdemont. Si algo dan por hecho los europarlamentarios españoles en Estrasburgo, donde ayer ocupó su escaño por primera vez el expresidente autonómico prófugo, es que el Parlamento Europeo no se dará prisa alguna en responder al suplicatorio que el presidente del Tribunal Supremo, Carlos Lesmes, ha enviado al presidente de la eurocámara, el socialista David Sassoli.
"Podrían tardar tres meses o tres años, dependiendo de lo que se les permita demorarlo", afirman los grupos constitucionalistas españoles del Parlamento Europeo. "Pero nadie espera que tarden menos de un año".
El porqué de la tardanza tiene un nombre: la JURI. Es decir, la Comisión de Asuntos Jurídicos del Parlamento Europeo. "El suplicatorio será estudiado en primer lugar por la JURI, que debe elaborar un informa recomendando o no la concesión del suplicatorio" recuerda un europarlamentario español. "Y la JURI puede pedir la comparecencia de testigos, exigir la elaboración de informes de todo tipo y demorar su resolución durante todo el tiempo que desee".
Ayer lunes, los únicos suplicatorios en trámite que figuraban en la página web de la JURI eran los de los europarlamentarios Elena Yoncheva, Gunnar Beck, Guy Verhofstadt y Álvaro Amaro. Los de Verhofstadt y Amaro tienen fecha del 13 de noviembre. Los de Yoncheva y Beck, del 25 de noviembre. La JURI tiene entre manos otros sesenta y cinco asuntos de todo tipo entre manos, a los que se sumarán en breve los suplicatorios de Puigdemont y Comín.
El PSOE es duda
La presencia de los parlamentarios Esteban González Pons (PP), Jorge Buxadé (PP) y Javier Nart (Ciudadanos) en la JURI garantiza un mínimo apoyo a la concesión del suplicatorio. Pero la presencia de Nacho Sánchez y, sobre todo, la del vicepresidente de la comisión Ibán García del Blanco, ambos del PSOE, pone en duda que ese apoyo español vaya a ser unánime.
Los complejos equilibrios políticos en el Parlamento Europeo, además, hacen muy difícil prever lo que pueda decidir la comisión, presidida por Lucy Nethsingha, de los liberaldemócratas (Lib Dem) británicos.
La batalla es doble. En primer lugar, conseguir que la JURI dé su visto bueno a la concesión del suplicatorio de Carles Puigdemont y Toni Comín, algo que está muy lejos de estar garantizado. En segundo lugar, conseguir que el propio Parlamento Europeo, visto el informe de la JURI, conceda el suplicatorio. Algo que tampoco lo está.
Ni siquiera el propio Carles Puigdemont parece mostrar intranquilidad alguna respecto a las decisiones de la JURI y del propio Parlamento Europeo. El expresidente prófugo parece de hecho dar por sentado el apoyo del PSOE. "Estoy convencido de que, si hay un tiempo nuevo en el Gobierno, eso se va a demostrar" dijo el principal responsable del procés, mostrando su confianza en el voto negativo del PSOE a la concesión de su suplicatorio.