La polémica empezó a larvarse el pasado jueves, cuando PP, Ciudadanos y Vox llegaron a un acuerdo para sacar adelante los Presupuestos de la región de Murcia. La formación de Santiago Abascal exigía la implantación definitiva de lo que ellos llaman el pin parental en la Educación autonómica. Y Vox presumió públicamente de haber logrado que los dos partidos del centro derecha se plegaran a su exigencia.
Que él partido más a la derecha del arco político sea imprescindible para impulsar leyes en Murcia, Madrid y Andalucía ha colocado a los populares y, sobre todo, a los liberales de Cs en una situación de máxima dificultad ante sus electorados. Y le ha dado munición fácil a las izquierdas. Normalizado ya Podemos, con el paso del tiempo -el partido acaba de cumplir seis años de vida- y la rebaja de su diapasón -al inicio, Pablo Iglesias y los suyos reivindicaban abiertamente el ideario bolivariano-, el nuevo Gobierno de coalición hace por venderse como moderado y reformista, en tono socialdemócrata.
Y todo lo que no es del centro hacia la izquierda es "fascismo". Así lo dejaba claro este sábado por la mañana José Luis Ábalos. Precisamente a Murcia, a la zona cero de la polémica del pin parental, se desplazaba este fin de semana el ministro de Transporte, Movilidad y Agenda Urbana. Y el mano derecha de Pedro Sánchez se despachaba a gusto en un discurso incendiario y como de desahogo tras las tensiones de la negociación y la investidura.
Ábalos también es maestro de escuela y en su mitin en Murcia era muy didáctico: no hay que hablar de "pin parental", sino de "veto parental". Sin remilgos, culpaba a Partido Popular, Vox y Ciudadanos de haber convertido Murcia en "un banco de pruebas de la ultraderecha y el fascismo". A ojos del socialista valenciano, estos tres partidos "no respetan la Constitución ni los derechos de la infancia".
Así lo señalaba al ser preguntada por si su partido facilitaría la implantación de la iniciativa en alguna de estas comunidades. "Es una medida en la que nosotros no creemos", zanjaba Villacís, una de las personas más cercanas a Inés Arrimadas, quien sin duda liderará a los liberales tras el mes de marzo.
Pero Ábalos, secretario de Organzación del PSOE estaba en Murcia con todo su arsenal de invectivas y ataques. Sobre todo, a Cs, partido al que ninguneó afeándole que se alinee con Vox y PP, razón a la que atribuyó su desplome electoral. "Tengo hijos. A mí jamás se me ha ocurrido decirles a sus maestros cómo les tienen que enseñar [...] No hace falta que sean socialistas, me basta con que crezcan en libertad", apostillaba visiblemente encendido.
"Gritan libertad mientras atentan contra la igualdad. Me produce bastante sonrojo... Es espeluznante. Quieren llevar el conflicto a las escuelas y enfrentarse a los maestros", clamaba Ábalos ante un auditorio entregado: el Congreso Regional del PSOE murciano.
De hecho, y siguiendo con los símiles ultraderechistas, el ministro aseguraba que el "veto parental" le recuerda a "cuando estudiábamos formación del espíritu nacional" durante el franquismo: "No vamos a consentir que nos lleven a esa España en blanco y negro".
"Cortina de humo"
Lejos de allí, en Santa Cruz de Tenerife, era el vicesecretario de Política Territorial del PP, Antonio González Terol, el que desviaba los ataques afirmando que el PSOE usa la polémica del pin parental como una "cortina de humo" para que no se hable de asuntos como el nombramiento de Dolores Delgado como fiscal general del Estado.
Terol coincidía básicamente con las palabras del jefe de Villacís en el Ayuntamiento de la capital, el alcalde José Luis Martínez Almeida (PP), a quien la idea no le parecía mal este viernes. Así, Terol insistía en que la medida, se refiere a las actividades extracurriculares, "las que no son dadas por el personal docente propio del centro, es decir, las de después del currículo ya fijado por el Ministerio, para que los padres podamos opinar sobre si queremos o no que esas lecciones, esas clases o esos cursos se les den a nuestros hijos", comentó.
¿Todo cabe en la Constitución?
Lo cierto es que unos, otros y los de más allá dicen estar más en la Constitución que los demás. Así, desde Vox se recuerda que el artículo 27.3 de la Carta Magna dice claramente que "los poderes públicos garantizan el derecho que asiste a los padres para que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones". Mientras, el Gobierno de PSOE y Podemos sube un párrafo y exhibe el 27.2) "La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana en el respeto a los principios democráticos de convivencia y a los derechos y libertades fundamentales".
Y por eso, Ábalos continuaba en su mitin, convencido de tener toda la razón y de que todos los partidos a su derecha están en una deriva totalitaria: "La derecha se lo permite todo cuando está fuera del poder. ¡Y luego se dicen constitucionalistas! Esto -el pin parental- es preconstitucional", continuaba.
El ministro de Fomento -ahora Transporte, Movilidad y Agenda Urbana- encuadra el pin parental en un plan más amplio fraguado por el "ultraderecha", en la que engloba a PP y Ciudadanos como "zombis inoculados por su alma". Y, medio en broma medio en serio, ampliaba el espectro de su crítica: "Lo siguiente será la insumisión fiscal, una especie de objeción de conciencia para no pagar impuestos".
Sibilinamente, el número tres del PSOE parecía tratar de preparar el terreno para cuando los gobiernos regionales referidos presenten sus medidas con el objetivo, ya anunciado, de sortear una posible subida impositiva por parte del Ejecutivo central.
Palabras para Arrimadas
Ábalos recordaba a cada frase que el Gobierno de la Región de Murcia está formado, en coalición, por Partido Popular y Ciudadanos. Lo sostiene Vox desde fuera. Un motivo que usaba para cargar continuamente contra los de Inés Arrimadas.
El ministro ha recurrido a un mitin de la actual líder de los liberales en Murcia, en el que, según Ábalos, prometió un cambio para que no "gobernaran los mismos". "¡Es que no se me borra! Me martillea la memoria. Ni siquiera son los mismos. Ahora van de la mano de la ultraderecha y el fascismo".
"Si siguen así", concluía con Cs, "acabarán en la nada o en las filas del PP. Yo ya no hablo de las tres derechas. Son dos y un cuarto, porque para lo que queda... Ya se ha demostrado que útiles no son, pero ¿inteligentes? Son aventureros irresponsables".