La consigna de Génova es clara: no se puede confirmar a Alfonso Alonso como candidato a lehendakari. Así ha quedado de manifiesto en las últimas intervenciones de los altos cargos del partido. El último en rehuir las preguntas fue el número dos de Casado, Teodoro García Egea, que esquivó todo lo referido a la lista unitaria que el PP cocina con Ciudadanos y distintas plataformas de cara a los próximos comicios autonómicos.
Si se cumple la quiniela que maneja la matriz vasca del PP, las elecciones se celebrarán la primera semana de abril. Aunque Íñigo Urkullu, de momento, guarda silencio. Dicho de otra manera: a apenas cincuenta días de la cita con las urnas, la dirección nacional no tiene clara su apuesta.
Mientras, el propio Alonso -exalcalde de Vitoria, exministro de Rajoy y presidente del PP vasco desde 2015- dice tener la "confianza" de Casado. Casi a modo de súplica, aseveró este viernes ante los medios que espera ser ratificado pronto. Además, mostró obediencia: "No vamos a dar ningún paso unilateral".
Pero fuera de micro, el ambiente es distinto. El silencio de Génova solivianta a los populares vascos. Uno de sus más importantes dirigentes, en conversación con este diario, se muerde la lengua: "Sin comentarios".
Cabría pensar que el interrogante acuñado por Casado se debe a la negociación con Ciudadanos, todavía en un estado muy incipiente. Pero un portavoz naranja confirma a EL ESPAÑOL que ellos no han vetado a Alonso: "Es lógico que, allí, nosotros tengamos menos que decir en relación al candidato. Si ellos no lo promocionan, es cosa suya".
La diferencia entre un partido y otro es palmaria. Mientras el PP pide "calma" y guarda silencio, Arrimadas expresa en ruedas de prensa su confianza en Lorena Roldán para Cataluña -aunque su nombre también se cuestione internamente-.
"Tiene que ser Alfonso"
Alfonso Alonso es el único sorayista que mantiene un cargo reseñable en el PP. Casado no lo purgó tras su llegada, pero ahora se resiste a darle su bendición como candidato.
Las chispas entre Génova y su delegación vasca empezaron a saltar en la campaña de las generales. Fuentes de la formación regional, en charla con este periódico, critican el "escoramiento a la derecha" de Casado por la presión de Vox: "La sociedad aquí ha cambiado mucho desde el fin de ETA. Con ese discurso no íbamos a ninguna parte".
El PP vasco apuesta por la "transversalidad", el "centro" y un "reformismo posibilista". Y a veces albergan dudas de que eso se implante desde Génova. Ahí queda la bronca entre Cayetana Álvarez de Toledo y Borja Sémper a cuenta de la "foralidad". Un valor al que los vascos no están dispuestos a renunciar.
En Euskadi, los populares creen que la actitud del núcleo duro de Casado -reacios a acabar con las especulaciones- debilita la candidatura de Alonso. Y eso es lo que más les inquieta.
"Alfonso tiene que ser el candidato. Foralista, vasco hasta la médula, moderado, con arraigo...", trasladan desde su equipo. Hay dos circunstancias evidentes: Casado ya dirige Génova como a él le gustaría... y Alonso, desde 2015, ha trabajado y convencido a las bases que sostienen allí el partido.