El exportavoz de CiU, Josep Antoni Duran i Lleida, ha cargado por enésima vez contra el presidente catalán, Quim Torra, al que ha calificado de "pésimo" y de estar incapacitado para continuar al frente de la Generalitat mientras que ha alabado la posición de Pedro Sánchez en la situación en Cataluña.
En una entrevista en Ràdio 4 de RNE, Duran i Lleida reconoce que la situación actual "es muy compleja" y que la estrategia del Gobierno es la correcta por su predisposición al diálogo. "Valoro mucho que Sánchez se moje. Le pido que aguante", ha dicho para añadir que se siente "huérfano" de un partido político que le represente, aunque ha reconocido que en las últimas elecciones votó al PSC.
El también expresidente de Unió Democràtica de Catalunya se ha mostrado muy duro con el independentismo catalán, al que acusa no solo de dividir a los catalanes, también de romper Cataluña. "El procés ha dividido al país de una manera diferente a la de siempre. No es una división de partidos, la división ha roto la comunidad", ha asegurado.
Puigdemont, un "radical"
Y entre los culpables de esta situación está Quiim Torra, al que ha definido con un presidente "pésimo" que no tienen "ninguna capacidad" para dirigir la Generalitat y, por tanto, no es digno de su cargo. De hecho, ha llegado a afirmar que "muchos independentistas" sienten "vergüenza" de él.
Pero Duran i Lleida no se ha quedado ahí. Cree que Torra es un mero títere de Puigdemont, "que hace lo que él le dice". "Es un ser manejable", continúa para tachar de "radical" al expresidente de la Generalitat, huido de la justicia desde hace más de dos años.
Sobre el ejercicio de la autodeterminación, explica que este no se ejercerá "porque no está reconocido" en la Constitución española "ni en ninguna Constitucion europea" y cierra la puerta a cualquier posibilidad de reforma constitucional para dar respuesta al soberanismo catalán.
El exdiputado de CiU se ha referido también al papel protagonista que está teniendo ERC y considera que están jugando ahora "el papel pragmático" que siempre había tenido CiU apostando por la "moderación" y el "diálogo" como única posible vía para salir del conflicto. Eso sí, se ha mostrado muy escéptico ya que cree que los republicanos no serán capaces de ocupar el espacio que dejó Convergència, que era del catalanismo moderado y no independentista.