Torra sentará en la mesa de diálogo a Josep Maria Jové, imputado por el 1-O y "arquitecto del procés"
Es considerado uno de los 'arquitectos del procés'. En la mesa estarán Torra, Aragonès, Jordi Puigneró, Alfred Bosch, Artadi, Marta Vilalta y Josep Rius.
24 febrero, 2020 10:15Noticias relacionadas
La Generalitat ya tiene lista la delegación que se sentará en la mesa de negociación sobre Cataluña que arrancará este miércoles en La Moncloa. Junto al president Quim Torra y el vicepresident Pere Aragonès, estarán también otros seis nombres: los consellers Jordi Puigneró y Alfred Bosch, los diputados Elsa Artadi, Marta Vilalta y Josep Maria Jové, y el exjefe del gabinete de Torra y Puigdemont, Josep Rius. De estos ocho nombres, solo cuatro pertenecen al Govern y la mitad son fieles a Carles Puigdemont, algo que no ha gustado al Gobierno ni al PSC.
De entre esas ocho personas que se sentarán a la mesa destaca el de Jové, uno de los investigados por el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña en la causa del 1-O y considerado uno de los arquitectos del 'procés'. En su vivienda la Guardia Civil halló una agenda Moleskine que contenía la hoja de ruta y nombres en clave de los responsables del referéndum ilegal.
En un comunicado, la Generalitat informa que Torra y Aragonès formarán parte de esta delegación solo en la reunión de este miércoles y las que sirvan para acerrar acuerdos. Los otros seis asistentes acudirán a todas las reuniones y serán la "delegación permanente" que enviará la Generalitat.
Estos seis nombres son el plan B del Govern, ya que consideran que la representación catalana debería ser otra, la integrada por Carles Puigdemont, Oriol Junqueras, Jordi Sànchez y la secretaria general de ERC, Marta Rovira. "Estas son las cuatro personas que el Gobierno quiere al frente de la negociación", explican para recordar que su situación de "prisión y exilio" como consecuencia de la "represión política" hace imposible su presencia el miércoles en La Moncloa.
Este anuncio despeja así una de las incógnitas sobre la mesa de diálogo, que cumple con el principio de paridad que exigía ERC, ya que hay tres representes de JxCAT -Puigneró, Artadi y Rius- y tres de los republicanos -Bosch, Vilalta y Jové-.
El negociador de ERC para investir a Sánchez
El que fuera número dos de Oriol Junqueras en el departamento de Economía en su etapa como vicepresident, Josep María Jové, es actualmente diputado de ERC en el Parlament de Cataluña y los tribunales deben aclarar aún su papel en el 1-O. Mientras, tras las elecciones del 10-N formó parte de los negociadores de ERC para investir a Pedro Sánchez.
Su nombre comenzó a ocupar portadas cuando el 20 de septiembre de 2017 fue detenido el marco de la operación Anubis por su presunta implicación en el referéndum del 1-O. Un día después fue puesto en libertad, sin embargo, el TSJ catalán debe decidir todavía qué papel tuvo Jové en la organización del referéndum ilegal.
Por ahora, relaciona a Jové "con la hoja de ruta prevista para alcanzar la independencia de Cataluña por la vía unilateral, contra las sentencias y mandatos del Tribunal Constitucional y con la asistencia al referéndum convocado por el Govern". Presuntamente, Jové habría participado en el "comité ejecutivo del entramado" que estaría activo desde el año 2015.
Además, en las pesquisas, la Guardia Civil encontró un cuaderno de notas que incluía las tripas del procés. Aparecían los nombres clave del núcleo político que impulsó la hoja de ruta para la ruptura, entre ellos la secretaria general entonces de ERC, Marta Rovira, huida a Suiza, y Anna Gabriel, también fugada al país helvético.
Descontento en el Gobierno y en el PSC
Tras conocerse la composición de esta mesa por parte del Govern, la vicepresidenta del Gobierno, Nadia Calviño, ha criticado que esta incluya miembros que no forman parte del Ejecutivo catalán. "Lo correcto es que los miembros de la mesa del diálogo sean de los gobiernos respectivos, del Gobierno y la Generalitat", ha dicho en un acto celebrado en Barcelona.
Sobre el contenido de la mesa, la también ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital ha asegurado que desde que gobiernan han puesto la palabra "diálogo" en el centro de su acción política, y espera que estas negociaciones avancen "en la dirección de una agenda de reencuentro que permita restablecer los puentes y los marcos de diálogo, escucha y entendimiento que nunca debieron romperse".
Misma línea mantiene el PSC, cuya portavoz en el Parlament, Eva Granados, ha reconocido estar "decepcionados" por la configuración de esta mesa. "Al lado de la decepción, también hay un ruego de que el Govern de Cataluña actúe pensando en el interés general y no en las familias del independentismo".
"En un momento en el que la apuesta es claramente por el diálogo, parece que el Gobierno de España se lo toma más en serio que el de Cataluña", ha aseverado Granados, que ha agregado que los catalanes merecen que el Govern esté a la altura y aproveche esta oportunidad por el diálogo.
Ante esto, desde ERC su secretaria general adjunta, Marta Vilalta -que estará en la mesa- ha defendido la "legitimidad" de la delegación del Govern y ha exigido que se respete que haya miembros externos en la mesa.
Ocho contra seis
El Gobierno de Sánchez acudirá a la mesa en condición de inferioridad ya que su delegación será menos numerosa. Al menos el miércoles, cuando se sienten en la mesa seis personas: la vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo, la ministra de Política Territorial y Función Pública, Carolina Darias, y el ministro de Sanidad, Salvador Illa. También el ministro de Universidades, Manuel Castells, y el vicepresidente segundo, Pablo Iglesias. La liderará el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
La primera reunión tendrá lugar finalmente este miércoles por la tarde después de que Quim Torra rechazase por problemas de agenda la convocatoria del Gobierno de celebrar la mesa el lunes 24 y propusiese otros días, entre ellos el 26 de febrero.
Se desconoce si esta delegación será la permanente y si Sánchez estará presente en cada una de las reuniones que mantenga dicha mesa. De no estar, el Gobierno estará en situación de inferioridad, ya que se quedaría con cinco puestos en la mesa frente a los seis de la Generalitat.