La mesa de negociación "entre iguales" comienza desequilibrada. Hay un topo de Quim Torra en la delegación que comanda el presidente Pedro Sánchez. El ministro de Universidades, Manuel Castells, defenderá las posiciones de Catalunya En Comú. Y éstas no son otras que un referéndum de autodeterminación de la región catalana, la derogación del delito de sedición en el Código Penal y el avance hacia una Constitución catalana dentro de una república de Estados libremente asociados a un ente que ya no sería la monarquía parlamentaria española.
Así lo asegura Gerardo Pisarello, secretario primero del Congreso pero que ejerce de portavoz del Grupo Confederal de Unidas Podemos - En Comú Podem - Galicia en Común antes de las reuniones de la Junta de Portavoces.
Pisarello, que se hizo famoso por quitarle una bandera de España al popular Alberto Fernández en el balcón del Ayuntamiento de Barcelona cuando era teniente de alcalde de Ada Colau, aseguró expresamente este martes, en los pasillos de la Cámara Baja, que "las diferentes piezas que estamos en la mesa, todas, hemos manifestado ya nuestras posiciones de partida".
De hecho, aclaró los papeles de PSOE, Unidas Podemos, JxCat y ERC, las cuatro patas de "la mesa Cataluña-España" -en sus palabras- afirmando que "ahí estará sentada gente independentista, soberanista, independentista y republicana". Respectivamente, se entiende.
Preguntado por el punto de inicio de la negociación, el compañero de Pablo Echenique en las labores de portavocía de los martes no dudó en dejar claro que "los Comunes vamos representados por el ministro Castells, y vamos para hablar de todo", en la cita de este miércoles a las 16.30 horas en Moncloa.
"Con su visión compleja y profunda de la realidad catalana", el sociólogo siempre defendió antes de ser ministro que la solución al conflicto político "pasa indudablemente por que el pueblo catalán vote en referéndum, ¡y no pasa nada!". Así lo justificó en TV3 en los días de las algaradas de octubre tras la sentencia del 1-O en el Supremo, que calificó como "expresión de la frustración de unas gentes indignadas que no hallan respuesta a sus reivindicaciones". Lo cierto es que Pisarello aclaró este martes que ésa y no otra sigue siendo la postura de Catalunya En Comú a día de hoy.
A la orden
Hay que recordar que Pablo Iglesias sí que ha dejado de defender, al menos estratégicamente, esas posturas. Su acuerdo de coalición con los socialistas se basó tácitamente en que el espacio morado dejaría la iniciativa al PSOE en la cuestión territorial.
De hecho, EL ESPAÑOL ya informó en exclusiva hace meses de que en los primeros días de negociación posteriores a las elecciones del 28-A, el líder de Podemos comunicó personalmente por mensajes telefónicos a Sánchez que la cuestión catalana no iba a ser obstáculo para el entendimiento. "Somos conscientes de nuestra relación de fuerzas", aclaró después de la información de este periódico, "y ésta es una de las cuestiones que debe liderar el partido mayoritario de la coalición".
En todo caso, en las elecciones del 10-N, Unidas Podemos no borró de su programa -calcado al del 28 de abril- que su solución al desafío separatista sea la de que "los catalanes voten qué quieren ser", en palabras de una fuente cercana a Iglesias. Pero si el vicepresidente se sienta a la mesa, por expreso deseo de Sánchez, es porque su labor será la de mediar entre las partes y dar credibilidad al Ejecutivo central.
Superar el Estatut
Ni JxCat ni ERC le dan verosimilitud a las posiciones que ahora mantiene Pedro Sánchez. El presidente ganó las elecciones, aun perdiendo tres escaños, apostando por recuperar el delito de referéndum ilegal, la repatriación de Carles Puigdemont "para llevarlo ante la Justicia" y la intervención de TV3.
Que ahora el líder socialista haya accedido a convocar una "mesa de gobiernos" se toma en el campo separatista como un movimiento táctico para permanecer en Moncloa, dados los resultados electorales, que obligaban al PSOE a optar entre echarse en manos del PP o de Esquerra. "De Sánchez todo es esperable, Iglesias está ahí porque sabe hablar con unos y con otros", explica una fuente cercana a la negociación. Ya que Moncloa se niega a nombrar un "relator", el mediador será el vicepresidente.
Pisarello también reveló que las pretensiones de su formación soberanista son incluir entre los temas de discusión la "desjudicialización de la política, la libertad de los presos" del 1-O, pero también de la "reparación de los agravios del franquismo, aún no abordados en Cataluña; la regulación de los alquileres y la falta de inversiones en infraestructuras y ferrocarriles" por parte del Estado. Es decir, que la mesa, según los Comunes, pretende sustituir las funciones delegadas a la comisión bilateral que contempla el actual Estatuto, para superarlo.
El soberanismo de los Comunes
Este punto es clave, porque demuestra que el planteamiento de partida que lleva Castells es el de revisar todo el marco de relaciones entre Cataluña y el resto del Estado. "Si al final los catalanes tienen que votar lo que se acuerde, deben votar sobre todo", concluía el portavoz adjunto de los Comunes, "del desbloqueo político y del cambio social".
El caso es que los de Iglesias ya han facilitado este entorno negociador. Las tensiones internas en el espacio de las alianzas de Unidas Podemos llevaron, hace sólo una semana, a que fuera fulminada la secretaria territorial de Podem Catalunya, Noelia Bail -de baja maternal-, cuyas posiciones están muy lejos del soberanismo.
Un movimiento que ha sido interpretado en su entorno como una táctica acordada desde el partido de Colau para controlar las listas de la confluencia catalana en las próximas elecciones autonómicas, anunciadas -aunque sin fecha- por Torra, que ayude al sostenimiento del Gobierno de Madrid... que depende de que la mesa que se inaugura este miércoles dé pasos, y ERC se sienta cómoda como para apoyar unos Presupuestos Generales vitales para Sánchez.
Ya lo dijo el propio Gabriel Rufián en los pasillos del Congreso: "Estaremos apoyando desde fuera, yo mismo lo haré, ésta es una oportunidad única". Y lo corroboró Gerardo Pisarello: "Castells será puente en esa mesa, hay que construirlos y no tirarlos, demos tiempo para que la mesa dure".