En el despacho de Marina Bravo (Zaragoza, 1978), hay un tren en miniatura. Es el reflejo de la profesión que abandonó para dedicarse a la política. Trabajó como ingeniera de Adif hasta 2015, cuando fichó por Ciudadanos.
A las puertas del Parlament, donde está ese despacho, reposa casi todos los días la misma bicicleta. Porque Bravo, dedicada al estudio de las infraestructuras, se aplica a sí misma el programa que motoriza sus intervenciones: transporte público, ecologismo, vehículos sostenibles...
Desde hace unos días, Bravo también conduce en bicicleta por la calle Alcalá. En concreto, a la altura del número 253. Y, a partir de marzo, lo hará con mucha más frecuencia. Inés Arrimadas acaba de nombrarla su número dos. Pretende convertirla en la nueva Villegas. Su cargo, una vez acontezcan las primarias, será el de secretaria general.
Bravo, también con estudios en antropología social, entraña una paradoja que disolverá el paso del tiempo: la mujer -a excepción de la sucesora de Rivera- que más poder aúna en Ciudadanos... es una completa desconocida.
No se prodiga en las tertulias, no interviene demasiado en el Parlament, tampoco es una entrevistable habitual en los medios de comunicación. Su labor viene siendo -apuntan algunos de sus compañeros en conversación con este diario- de "gestión".
Estrechó amistad con Arrimadas en la Cámara catalana. "Le da mucha seguridad a Inés. Marina es fiable. Se estudia los temas, los trabaja... Y todo con mucho metodismo. Es un perfil en el que se puede delegar", cuenta un diputado naranja.
"Quizá sea un tópico, pero Marina tiene el partido en la cabeza. De verdad, conoce las propuestas de Ciudadanos en un sentido muy transversal". Precisamente, Bravo se encarga del área de programas desde que la dupla Roldán-Garicano dejara de funcionar. Esa labor le abrió hueco en la Ejecutiva todavía en tiempos de Albert Rivera.
En Adif, su eficiencia en la gestión, la aupó hasta ser jefa de coordinación en la red comercial noreste. Allí aprendió que las empresas públicas requieren de una "fuerte despolitización".
Desembarco en Madrid
Arrimadas encarna un perfil muy político y parlamentario. Situándola a su lado, razona otro diputado liberal en el Parlament, "da al partido un carácter pragmático, eficiente". "No es déspota, tiene un carácter conciliador y pactista, incluso dulce".
Estas últimas cualidades pueden ser un obstáculo en el ejercicio de la secretaría general. "Eso es verdad. Pero el que se hace temer... puede que lo haga porque no consigue ser amado. Marina tiene el respeto de sus compañeros", argumenta uno de ellos.
Sus mayores defectos, detectan las fuentes consultadas, tienen que ver con "hablar en público": "A veces he percibido en ella algo de miedo escénico. Deberá acostumbrarse a la relación con los medios".
La intención de Arrimadas, conciben en el grupo naranja del Parlament, es "llevársela a Madrid". Bravo es diputada en la Cámara autonómica desde 2015. Se afilió a Ciudadanos en 2016. "Dentro de poco, Torra convocará elecciones. Imaginamos que ella no repetirá en las listas y que se dedicará plenamente al partido".
Tras las primarias, Arrimadas -probable vencedora- recogerá una organización dividida. Paco Igea ha canalizado a los críticos y la integración se antoja complicada. "Quizá por eso Inés haya elegido a alguien de perfil tan consensual. Nos vendrá bien de puertas hacia dentro y hacia fuera. Sus formas son exquisitas, así lo reconocen, por ejemplo, los líderes independentistas", concluye otro diputado.