Pablo Iglesias ha sabido sacar rédito de la última y más grande crisis que ha sufrido el Gobierno compartido entre PSOE y Unidas Podemos. Toda una semana de enfados, filtraciones, acusaciones y hasta insultos cruzados entre ministerios a cuenta de la Ley Orgánica de Libertad Sexual, le han servido para arrancar a Pedro Sánchez una ampliación del acuerdo de coalición. El anuncio fue adelantado a EL ESPAÑOL y otros medios, pocos minutos antes de que se hiciera pública una nota oficial, el mejor método para que una noticia cobre importancia en los medios.
Según ha podido saber este periódico, el mérito es totalmente atribuible al secretario general de Podemos. Iglesias ha conseguido para los desahucios por ejecuciones hipotecarias y, en el caso de impago de rentas de alquiler a "fondos buitre" y otros grandes tenedores de viviendas. Logra así que una de sus banderas, la de parar los desahucios en España, sea utilizada por el presidente como el ejemplo de que los morados y los socialistas trabajan "mano a mano". Así, con esa expresión, explicaba el comunicado que habían trabajado Iglesias y Carmen Calvo, -muy debilitada políticamente- precisamente una semana después de que empezara la bronca a cuenta del anteproyecto del Ministerio de Irene Montero.
Pero más mérito hay que atribuirle al vicepresidente segundo del Gobierno si se atiende a las cifras oficiales que, minutos después, hacía públicas el Consejo General del Poder Judicial.
Las ejecuciones hipotecarias disminuyeron un 30% en 2019 y, con un total de 17.411, alcanzaron la cifra más baja de los últimos 12 años. Es decir, que los impagos de las letras a los bancos que, cuando se completan tres meses seguidos, inician el proceso contra el cliente -eso es una ejecución- han regresado a los niveles anteriores a la crisis económica. De hecho, ya en los inicios de la recesión, en 2007, las ejecuciones hipotecarias fueron de 25.943.
Caídas generalizadas
Una ejecución es sólo el comienzo de un desarrollo en tres pasos, que se completa con el lanzamiento y, después, el desahucio. Pues bien, los lanzamientos, que así se llama al momento en el que, por decisión judicial, el banco desposee al cliente de la propiedad del inmueble, también cayeron, en este caso un 17,2% en el caso de los derivados de ejecuciones hipotecarias. Y se redujeron asimismo en un 6% los derivados del impago de alquileres.
El total de lanzamientos durante el último año fue de 54.006, es decir, un 9,5% menos que en 2018, cuando alcanzaron 59.671. Todos estos datos están recogidos en el informe Efectos de la crisis económica en los órganos judiciales, que hizo público este lunes la Sección de Estadística del Consejo General del Poder Judicial.
En el caso de los lanzamientos por impago hipotecario, cayeron un 25,1% en este último año, de 18.945 a 14.193 y, en todo caso, siempre por debajo de cualquier dato desde que se inició esta serie desglosada, en 2013. También bajaron, pero menos, en el caso de los lanzamientos por impago de alquiler: fueron 36.467 en 2019 frente a los 37.285 de un año atrás, es decir un 2,2% menos.
Fuentes de Unidas Podemos consultadas por este periódico explican la importancia de esta medida. "Estamos hablando de 55.000 familias en 2019", apuntan. "Sobre todo bajan los desahucios por impago de hipoteca, porque las familias que se sobreendeudaron y sufrieron la crisis financiera e inmobiliaria, en su mayoría, ya han perdido la vivienda". Pero la formación morada pretende atender la emergencia de los desahucios por impago de alquiler, "que son ya casi el 70%".
Y, como defendió Pilar Garrido, diputada de Unidas Podemos y secretaria de Políticas Sociales del partido de Iglesias, la formación asegura que se dan muchos "desahucios invisibles", es decir, que no son contabilizados en las estadísticas porque provienen de subidas abusivas de las rentas.
De ahí que -a falta de que se haga publico el vehículo legislativo de la medida y su textualidad- se haya puesto el foco en los alquileres donde el casero es un "fondo buitre" u otros "grandes tenedores", dejando fuera de la iniciativa "el mercado privado".
Subidos a la PAH
Todo esto significa que la reunión que el pasado 21 de febrero mantuvo Iglesias, junto a su equipo, con los representantes de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) en la sede de su vicepresidencia ha logrado el objetivo... pero tarde. Al menos, así lo interpretan desde la PAH y, sin duda, desde Unidas Podemos.
Los morados prometieron "mejorar las condiciones de vida de la gente" con su llegada al Gobierno. Y presumen de haber arrancado esta "ampliación del acuerdo de coalición", como de una victoria.
Entre otras cosas, por la presión que empezaba a sentir la formación morada proveniente de sus tradicionales apoyos en la calle. No sólo es que el partido se subiera a estas reivindicaciones, acompañando con la presencia de sus líderes y con logística y estrategia comunicativa, sino que Unidas Podemos hizo suyas las proclamas de estos colectivos.
El último miércoles el vicepresidente sufrió un escrache en su regreso a la Facultad de Políticas donde fue profesor y él mismo los instigó. Entre otras cosas, los universitarios del Frente Obrero, le reprocharon que era un "vendeobreros" por no haber hecho nada ante el desahucio de un miembro del partido en Castellón: "La concejala de vivienda es de Podemos y engañó a nuestro compañero Jorge, le prometió soluciones habitacionales y ahora está en la calle", explicaba a este periódico César Fernández, el aspirante a FP que lideró la acción.
En público, Iglesias les dio la razón a propósito de que "en este país hay demasiados desahucios", pero les conminó a escuchar a "un humilde reformista" como él. Lo cierto es que en su charla, cuando la pudo retomar, no anunció ninguna iniciativa gubernamental en este sentido... Y es que aún no imaginaba el líder de Podemos cuánto se recrudecería la polémica interna en el Ejecutivo ni tampoco que la solución del presidente Sánchez, cinco días después, sería regalarle una baza como ésta.