¿Obligará el coronavirus a paralizar los permisos a los presos del 1-O? Anulan ya las salidas colectivas
La secretaría de medidas penales de la Consejería de Justicia deniega la primera solicitud de salida tutelada de un grupo de internos por el virus.
10 marzo, 2020 04:04Noticias relacionadas
La amenaza del coronavirus ha provocado la primera restricción de movilidad en las cárceles catalanas. La secretaría de medidas penales, reinserción y atención a la víctimas ha empezado a denegar las últimas solicitudes de salidas grupales de internos para tratar de frenar la expansión del virus.
Según ha podido saber EL ESPAÑOL, una de las salidas grupales al Museo de Historia de Cataluña solicitada por el equipo de educadores de uno de los centros penitenciarios de la región se ha anulado bajo el motivo de “Covid-19”.
Desde del Departamento de Justicia afirman a este medio que “no hay ningún caso de coronavirus” en las prisiones catalanas y que se ciñen al protocolo establecido por la Consejería de Salud. Hasta este martes, explican desde el sindicato IAC-CATAC de prisiones, los servicios penitenciarios no presentarán al personal de prisiones el protocolo específico contra el virus.
“Se están aplicando las recomendaciones de la población general”, responden desde la Consejería de Sanidad. Sin embargo, entre la población catalana de momento no se aplican medidas de restricción de movilidad ni tampoco en las salidas individuales de los presos, así que no afecta a los presos del procés, como Oriol Junqueras.
Solo se han aplicado en las salidas grupales, conformadas por 3 o 4 internos, y es una decisión que depende de las Juntas de prisión, que son independientes en cada centro penitenciario.
Los educadores, ya sean de los programas de reinserción o de la Escuela de adultos, son los encargados de proponer salidas en función del perfil y los intereses de los internos. Estas salidas suelen durar medio día y se realizan con distintos objetivos: dar una charla en una escuela, visitar museos, asistir a una obra teatral o pasear por el mercado, entre otras actividades.
La solicitud de los educadores pasa al equipo de tratamiento del centro, que valora si pueden salir y, posteriormente, la Junta de prisión -liderada por el director del centro- aprueba la salida siguiendo el criterio del equipo de tratamiento, como un mero trámite. La secretaría de medidas penales, reinserción y atención a la víctimas es quien se encarga de devolver al centro la aprobación o denegación de la salida.
Los internos que se benefician de estas salidas se encuentran en la cuarta parte de su condena, han gozado anteriormente de algún permiso de semilibertad y han demostrado tener un buen comportamiento.
La cancelación de una solicitud es siempre individual. Si hay alguno de los candidatos por los educadores a participar en la salida que ha tenido una mala conducta, ha dado positivo en un test de toxicología o hay una orden de protección de su víctima pueden ser motivos para que la Junta de prisiones no les confiera el permiso.
Sin síntomas
En el caso concreto, el motivo ha afectado en bloque a todos los internos seleccionados para salir y se ha justificado bajo el virus procedente de China. Aunque ninguno de los internos tiene síntomas de estar infectado por el coronavirus.
“Estas salidas son una forma de empezar a pisar calle -como aquí se llama salir de la cárcel- y si han cancelado esta visita habrá más casos, ya que todos los centros se atañen al mismo protocolo”, explica uno de los educadores a este medio.
La solicitud para la salida se realizó hace dos semanas y la negativa ha llegado este lunes, según ha podido saber este medio. Los tiempos son los habituales en cualquier petición de los educadores, pero es la primera vez que se encuentran que se deniega la salida de todos los internos propuestos para la salida. Y bajo la amenaza de una epidemia.
Motines en cárceles italianas
Esta medida en cárceles catalanas adquiere mayor relevancia después del motín que han protagonizado grupos de presos en varias cárceles del norte de Italia, uno de los principales focos del virus.
Ante la negativa de las autoridades penitenciarias de poder recibir visitas de sus familiares, grupos de internos se han rebelado. Los motines se han saldado con muertes de internos y fugas de la cárcel.