Pablo Casado ha cerrado filas en torno al Gobierno y le ofrece los votos del Partido Popular para poner en marcha cuanto antes el Real Decreto aprobado por el Ejecutivo este martes. "Encontrará en nosotros más lealtad que en sus socios de investidura y de Gobierno", le advirtió como una profecía, minutos antes de escuchar el discurso más duro de todo por parte del portavoz de ERC, Gabriel Rufián, socio de investidura de Pedro Sánchez.
El presidente del PP se presentó ante un Parlamento prácticamente vacío como un hombre de Estado que está donde se le necesita en los momentos más duros. "Este hemiciclo vacío es el símbolo del triunfo de las instituciones hasta en las peores circunstancias, como antídoto democrático ante las peores zozobras de nuestra historia". Las responsabilidades llegarán cuando se controle la pandemia. El líder del PP también apeló a la responsabilidad individual de cada español, "porque somos una gran familia unida", para sacar adelante "la casa común, esa que llamamos España".
El líder de la oposición le tendió desde el principio la mano a Pedro Sánchez, que se dedicó durante los treinta minutos que duró su discurso a leer los papeles que tenía encima de la mesa. "No está solo en esta batalla contra la pandemia. Para combatirla puede contar con el jefe de la oposición y con el Grupo Parlamentario Popular", arrancó Casado. El presidente del PP reprochó a Sánchez que en su discurso faltó más "autocrítica" y "humildad", pero optó por cerrar filas en torno al Estado, porque lo más importante es vencer al virus.
Casado quiso destacar los valores de España como país. "Es ahora cuando más orgullosos debemos sentirnos por vivir en un país que dispone de unas capacidades humanas, técnicas y científicas para derrotar una pandemia. Y con unas instituciones que se sitúan a la vanguardia en defensa de los ciudadanos, con el Rey a la cabeza". Y apeló a la responsabilidad individual de cada español para salir, juntos, más fortalecidos de esta crisis. "Es responsabilidad de todos los españoles que combatan esta crisis desde sus casas. Sobre todo los más vulnerables, los que están solos o los que están confinados con menos ventanas o con menos despensas".
"Ponernos en pie"
Casado entrelazó su dureza con el inconsistente plan de choque del Gobierno -"el fondo de contingencia se queda corto, y las comunidades ya contaban con el adelanto de entregas a cuenta. Lo que necesitan es que les devuelva los 2.500 millones de euros que les adeuda el Gobierno"- con alguna cita heroica que recordó al histórico discurso del primer ministro británico Winston Churchill ante la Casa de los Comunes el 13 de mayo de 1940. "Estamos celebrando esta sesión en el Parlamento vacío de una nación herida, que libra una guerra no convencional. Ahora solo podemos ofrecer esfuerzo, sudor y lágrimas. Pero volveremos a ponernos en pie, a ponernos de nuevo en marcha", pronunció Casado.
El jefe de la oposición recordó que España es "un pueblo formidable" e hizo un alegato a la España que dejaron los mayores y la que debemos dejar a los más pequeños. "Es la hora de la España eterna", dijo textualmente Casado desde la tribuna. "Esa España de la que han sido, de los que somos y de los que serán, que nos permite confiar en nuestra capacidad de superar la adversidad, que requiere el máximo esfuerzo individual para alcanzar el éxito universal. Esa España que nos dieron y la que debemos dar. Por esa España debemos sumar lo mejor de nosotros mismos a lo mejor de todos ustedes".
"Más unidos"
Casado animó a todos los españoles a seguir confinados en casa hasta que la curva de infectados desciende y subrayó que todos "tenemos dos casas: la casa de cada uno y la de todos, esa que llamamos España. Nos quedan semanas muy difíciles por delante. Pronto llegará el día en que abriremos las puertas de nuestras casas, que volveremos a estrechar las manos de nuestros amigos y que volveremos a abrazar a nuestros padres y abuelos. Miraremos hacia delante y nos daremos cuenta de que superaremos la crisis y que estaremos más unidos".