El portavoz de ERC, Gabriel Rufián, ha lanzado un durísimo discurso contra el Gobierno que su grupo apoyó para formar Gobierno. "Llegaron ustedes tarde al confinamiento territorial, y ahora están llegando tarde y mal al confinamiento individual... ¿resultado? 500 muertos. Hace una semana eran 200".
El líder de la formación independentista catalana culpó directamente a la "incompetencia y la demora" del Ejecutivo el resultado muertes, contagios y colapso económico de esta emergencia por el coronavirus, que las cifras oficiales ya cifraban en 13.716 infectados y 558 muertos durante la sesión del Congreso. Minutos después ascendieron a 13.910 y 623, respectivamente.
"Que nadie cuente con ERC para echarnos este virus a la cabeza, porque no estamos ni de lejos de acuerdo con todas las medidas adoptadas por el Ejecutivo en esta crisis", dijo en un tono muy agresivo, que mezclaba paradójicamente las invectivas con la invitación a todos los presentes -pocos- a no hacerlas.
"La gente nos ve o con miedo o con esperanza, con indignación o con todo junto", avisó sin relajar el gesto crispado, "pero no es el día de una guerra política más: dejen de lado sus miserias partidistas y seamos útiles". Porque "todo ha cambiado, y la lucha ahora es por ayudar a quienes más están sufriendo y sufrirán" la crisis económica.
"Las decisiones tardías e insuficientes han agravado esta situación", dijo al inicio de su discurso. "Primero nos dijeron que era imposible que llegaran casos de fuera; y cuando llegaron, que era imposible que hubiera casos aquí", comenzó. "Y cuando llegaron esos casos, nos dijeron que se podía parar con medidas muy débiles: el resultado, 500 muertes, en su mayoría ancianos... y la semana pasada antes del confinamiento eran 200".
Sugirió Rufián una culposa obsesión politiquera y electoral en la gestión de Pedro Sánchez y los suyos en esta crisis: "La demora y la incompetencia frente a lo que tenemos enfrente no comporta pérdida de votos, sino pérdida de vidas". Frente al discurso del presidente, que argumentó el ritmo de sus decisiones en que "el Estado del bienestar era demasiado valioso para ponerlo en juego", cree el líder republicano que el problema estuvo en realidad en una obsesión por "explicarlo mejor" por encima de "hacerlo mejor".
Y su tono, supremamente acusador, apuntó a que "lo que se pone en juego no es la fragilidad de la ciudadanía, sino la del sistema". Dijo que "los hospitales no necesitan militares, sino material para los sanitarios", que "las banderas no alimentan ni curan virus" y que "quien crea que con toques de corneta y pandereta, y con portadas con el logo de un Ministerio se soluciona todo esto, pasará a la basura de la historia".
El diagnóstico
El discurso del portavoz republicano fue una enmienda a la totalidad del trabajo del Gobierno Sánchez en la emergencia sanitaria, económica y social por el coronavirus. "Esta crisis es sanitaria, pero prevalecerá como económica, y ninguna de las medidas que hemos propuesto desde ERC está recogida en sus decretos", le espetó al presidente.
Se refería a las sociales de confinamiento: "¿Cómo no cerraron ustedes los dos mayores focos, Madrid y Cataluña? Sólo tenían que copiar a los que nos precedieron, China e Italia". Al contrario de "lo que viene reclamando la Generalitat, ustedes no hicieron caso y España ya es el cuarto país del mundo con más casos".
Y también a la emergencia económica: "Éste es el mayor precipicio económico desde la crisis estafa de 2008", dijo. "Si hace 12 años no se tardó en rescatar a la banca con 60.000 millones de euros públicos, espero que esta vez no tardemos ni un minuto en rescatar a la ciudadanía que más lo está sufriendo y lo va a sufrir". Porque si no se amplían las medidas anunciadas, advirtió Rufián, "Lehman Brothers y el enorme paro, desigualdad, y precariedad que vino después serán un juego de niños".
Las recetas
Así, tras el diagnóstico del líder independentista, vino su receta para parar las infecciones. La sanitaria y la económica. "Es nuestra obligación decirlo, advertirlo y tratarlo".
Según Rufián, hace falta "menos guardia civil y ejército patrullando para dar tranquilidad y más recursos para la Sanidad pública", un personal sanitario que, dijo, "clama para poder ejercer dignamente su profesión, que es salvarnos a todos". Así, citó casos sangrantes del colapso de los hospitales, con gente atendida en pasillos y con "enfermeras con una bolsa de basura como única protección".
Coincidió con Sánchez en que "la única receta es gasto social, gasto social y gasto social" y con que "el mejor aplauso a los sanitarios es no recortar nunca jamás". Así, en ese punto, sacó pecho y pasó a enumerar los seis puntos del plan de Esquerra para esta crisis que, dice, no ha escuchado el Gobierno de la nación:
1. Endurecer el aislamiento y el confinamiento. "En esto no hay etnicismos ni chovinismos", apuntó, "porque si este virus no entiende de territorios, sí lo hace de estadísticas, y si la crisis es global es porque no se trató de forma territorial". Rufían volvió a acusar a los miembros del Gobierno de "irresponsables".
2. Los hospitales no necesita al Ejército. "Sino más medios y personal sanitario, por mucho que les gusten a ustedes los militares". Propuso Rufián "un cambio de paradigma total" en la gestión de la crisis: "Reducir el presupuesto militar en un 40% para que todo vaya al sistema público de salud".
3. Moratoria al pago del alquiler. Recordó el portavoz de Esquerra que "el 70% de los desahucios en este país es de gente que vive de alquiler", pese a que sólo se ha protegido a los hipotecados, recordó, "así que la medida se explica sola".
4. Cuota de autónomos. Exigió, como todos los miembros de la oposición -e incluso el socio de Gobierno, Unidas Podemos- una moratoria general y directa en las cuotas de la Seguridad Social, impuestos e IVA, "y ayudas específicas a los autónomos, tal como ya ha anunciado la Generalitat de Cataluña".
5. Suspensión de los pagos de suministros. Una iniciativa que ya ha tomado Francia, "y recuerden que Macron no es sospechoso de ser un irredento". En España, sólo se prevé su impago en caso de que sumen, junto a la hipoteca, más del 35% de los ingresos familiares, combinado con otras circunstancias.
6. Renta básica de ciudadanía. La idea es cubrir a todos "los que se queden sin ingresos o los vean fuertemente reducidos". Según Rufián, "la izquierda lleva mucho tiempo esperando para debatir esto, y ese día ha llegado".
El discurso del líder republicano se cerró recordando que "en los balcones nos están dando una lección". Como en otras ocasiones, hizo lo posible por hacer suya -de la izquierda independentista catalana- esta movilización patriótica. "Cada tarde están llenos de gente aplaudiéndose, apoyándose y reconociéndose, más allá de banderas e ideas". Y reclamó que la Cámara de diputados "esté a la altura de lo mejor, a la altura de la gente, simplemente".
Y, de paso, pero remarcándolo para que quedara claro, no quiso evitar cerrar su alocución con un tema absolutamente fuera del debate, pero que alimenta a sus electores, del mismo modo que lo había hecho minutos antes Pablo Echenique, portavoz del segundo grupo político que conforma el Gobierno de coalición: la relación del Rey y su padre, el emérito, con los 100 millones cobrados supuestamente en comisiones por Juan Carlos I de los que sería heredero Felipe VI.
"Para acabar, un aviso, una advertencia a quienes hoy usan miserablemente esta crisis como cortina de humo para tapar sus vergüenzas y corruptelas", dijo el republicano. "Investigaremos hasta el último euro de business con sátrapas saudíes, ya sean pretéritos, eméritos o futuros".