La decisión del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de concentrar en cuatro ministerios -todos bajo el PSOE- la respuesta a la crisis del coronavirus ha relegado al vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, en una posición secundaria y en plena cuarentena autoimpuesta por el coronavirus.
Pese a haber anunciado el martes 13 que permanecería "14 días" confinado después de que su mujer y ministra de Igualdad, Irene Montero, diera positivo en las pruebas del virus, el segundo día ya rompió su compromiso para asistir al Consejo de Ministros del pasado viernes.
Este miércoles ha vuelto a incumplir las medidas que se exigen a todos los ciudadanos que han tenido contacto con personas infectadas por el patógeno y ha realizado una comparecencia en Moncloa junto al ministro de Sanidad, Salvador Illa, para explicar las primeras medidas sociales que ha adoptado el Gobierno y que ya fueron anunciadas por el presidente.
Sus dos actos públicos distan de lo que dijo hace apenas seis días, cuando en redes sociales aseguró que le quedaban 14 días de confinamiento: "Por delante me quedan 14 días de cuarentena cuidando a mi familia y trabajando por medios telemáticos".
Críticas recibidas
Su decisión de comparecer en público y poniendo en riesgo al resto de ministros le ha conllevado diversas críticas en las redes sociales. Otros dirigentes de primera línea, como la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, que han dado positivo permanecen en cuarentena e interveniendo solo por vía telemática.
Aunque Iglesias no ha dado positivo, su pareja sentimental y madre de sus tres hijos lo ha dado y tras el estado de alarma decretado por el Gobierno se obliga a los ciudadanos en circunstancias parecidas cumplir las medidas de distanciamiento social para atajar los contactos cuanto antes.
Las críticas a su conducta se unen a las que ya recibieron todos los miembros del Gobierno -Iglesias incluido- por tener prioridad a la hora de realizarse pruebas del coronavirus cuando no hay capacidad para hacerlas al resto de población o al personal médico con sospechas de haber sido contagiados.