El Gobierno telemático: así se resiente el control de la prensa en tiempos del coronavirus
La ausencia física de los periodistas en Moncloa da pie a la Secretaría de Estado de Comunicación a filtrar las preguntas al Gobierno.
23 marzo, 2020 02:53Noticias relacionadas
Uno de los efectos de la crisis sanitaria por el coronavirus es la limitación del control de la prensa en su función de fiscalizar al Gobierno y a los responsables políticos como consecuencia de las restricciones impuestas a los periodistas.
El distanciamiento social ha obligado a adoptar medidas de protección y a evitar la presencia física de los periodistas en Moncloa, lo que ha provocado que el Gobierno se encargue de filtrar las preguntas de los profesionales de los medios de comunicación. O que, directamente, los representantes públicos no contesten a las cuestiones formuladas, sin que haya posibilidad de repreguntar.
Por ejemplo, en la declaración institucional del presidente del Gobierno del pasado 14 de marzo, Pedro Sánchez eludió responder si su vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, exigió estar en el "puente de mando de la gestión del estado de alarma", así como a las informaciones que apuntan a la existencia de fricciones dentro del Ejecutivo.
Cabe recordar que Sánchez ha centralizado la gestión de la crisis sanitaria en cuatro ministerios en manos del PSOE. Hasta este sábado había acaparado 230 minutos de soliloquios en siete comparecencias consecutivas cada dos días desde el 10 de marzo. Aún salió en televisión una vez más este domingo, tras su videoconferencia con los presidentes autonómicos. Es reseñable, asimismo, que Iglesias rompió la cuarentena tan solo dos días después de iniciar su aislamiento para estar presente en el Consejo de Ministros y reivindicar su peso en el Ejecutivo.
El mismo presidente también tiene a su mujer convaleciente de Covid-19. Y aunque las fuentes de Moncloa aseguran que se están siguiendo protocolos sanitarios, el jefe del Ejecutivo sigue reuniéndose con sus cuatro ministros que son autoridad delegada. Ni el líder socialista ni el de Podemos cumplen, así, con lo que exigen a la población. Más allá de que son las autoridades que deben liderar la lucha contra la emergencia, las preguntas que envía la prensa en este sentido, son soslayadas.
Todas estas lógicas internas del primer gobierno de coalición de la historia quedan ahora sin contestar y, aunque desde el confinamiento ha habido una exposición pública de diferentes ministros, no ha servido para conocer datos nuevos o cumplir con la rendición de cuentas.
Tintes propagandísticos
Mientras se impide a los periodistas asistir a las comparecencias y se apela a la responsabilidad de la ciudadanía para que cumpla con la cuarentena, diversos ministros desfilan por Moncloa a diario para dar cuenta de su gestión. A veces, con claros tintes propagandísticos -como ocurrió en la primera rueda de prensa en la que compareció Iglesias durante esta crisis- y sin novedades que trasladar a los ciudadanos.
De esta forma, esas comparecencias ante los medios se convierten en un púlpito, en un mero escenario para difundir mensajes sin contrapesos ni verdadera fiscalización por parte de la prensa, ya que las preguntas que llegan están filtradas previamente por la Secretaría de Estado de Comunicación que dirige Miguel Ángel Oliver. Él decide, de entre todos los medios que desean participar, quién pregunta y qué cuestiones se le trasladan al compareciente.
Antes de la crisis por la epidemia, y como norma habitual, el mismo Oliver designaba por turnos a los periodistas a los que daba la palabra. Esa criba inicial se hacía sin saber cuál era la cuestión que tenía apuntada en su cuaderno el reportero. Ahora, sin embargo, el chat se abre con una o dos horas de antelación, y la Secretaría de Estado tiene tiempo de diseñar la comparecencia de Sánchez, de sus ministros o de sus técnicos.
Hay ejemplos todos los días. En su rueda de prensa del viernes, el ministro de Sanidad no ofreció ninguna fecha concreta acerca de cuándo llegará el material sanitario a las regiones más necesitadas. Salvador Illa se limitó a decir que "en los próximos días". Las preguntas para que concretara en el chat de prensa eran insistentes.
Este domingo, a primera hora, el enfado de los representantes de la prensa ya había saltado al chat de WhatsApp que comparten con Moncloa para enviar las preguntas.
Esta opacidad en la rendición de cuentas afecta también a los gobiernos autonómicos. La consejera de Sanidad catalana, Alba Vergés, optó por no responder a la pregunta de cuántas camas de UCI hay disponibles en los hospitales catalanes o cuántos médicos enviarán al principal foco de contagio de la región, en Igualada.
El cierre del Congreso
El estado de alarma también ha afectado a la labor fiscalizadora del Parlamento. La Mesa del Congreso, controlada por el PSOE y Podemos, ha dado plenos poderes a la presidenta de la Cámara, Meritxell Batet, para que organice las sesiones durante el estado de alarma. De entrada, las iniciativas parlamentarias ya en marcha, como las relativas a la gestión del Gobierno en esta crisis sanitaria, han quedado suspendidas.
La portavoz del PP en la Cámara Baja, Cayetana Álvarez de Toledo, ha denunciado que se "anula el control parlamentario" y que “los parlamentos no se cierran ni en tiempos de guerra". El partido liderado por Pablo Casado propuso en su momento una comisión de seguimiento del Covid-19 como "instrumento" apropiado para que el Parlamento "desarrolle en plenitud su misión de un modo eficaz".
De hecho, justo un día después de que el Congreso acordara suspender la actividad por el estado de alarma, el Grupo Popular presentó un total de 68 nuevas iniciativas parlamentarias, incluyendo la petición de comparecencias de ministros.
En paralelo, el líder de Vox, Santiago Abascal, ha advertido de que si "no hay una rectificación", recurrirán ante el Tribunal Constitucional el cierre del Congreso con el fin de salvaguardar sus derechos políticos.