El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha anunciado este sábado en rueda de prensa un nuevo Consejo de Ministros extraordinario para este domingo contra el coronavirus. En él se prevé aprobar un confinamiento más restrictivo, como sus ministros venían sugiriendo desde hace un par de días: Sánchez impone a todos los trabajadores quedarse en casa dos semanas con un permiso retribuido, a cuenta de sus empleadores.
Y como este mismo sábado ha anticipado Fernando Simón, director del Centro de Emergencias del Ministerio de Sanidad, al asegurar que "hay que hacer esfuerzos extra en el confinamiento, porque las UCIS se verán saturadas en una semana o 10 días".
De hecho, se lo reclamaron los portavoces de los partidos minoritarios el pasado miércoles en el Congreso de los Diputados, cuando acudió a reclamar la prórroga del estado de alarma. Es más, Pablo Echenique, portavoz de la formación con el que forma gobierno, también se lo reclamó "si la cosa empeora".
O la cosa ha empeorado, como dictan las cifras, o Sánchez ha sucumbido a una reclamación que le venían haciendo sus socios morados, en boca de Pablo Iglesias, desde el pasado sábado, como ya informó este periódico.
"Son días muy duros, son tristes, muy amargos. Pero son decisivos porque son los que tenemos para medirnos. Y luego ya toda una vida para recordar que en tiempos difíciles resistimos, unidos: España dio la talla"
Ábalos: "No se puede"
Todos lo trabajadores de actividades no esenciales deberán quedarse en casa. Así lo ha anunciado el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en una nueva rueda de prensa telemática. Para ello, el Gobierno aprobará "un permiso retribuido recuperable" que se aplicará a todos los trabajadores para que no tengan que desplazarse desde el lunes 30 de marzo al jueves 9 de abril, "que coincide con la Semana santa"
Durante estos días, los trabajadores recibirán su sueldo "con normalidad". El objetivo es reducir la movilidad de las personas y reducir el riesgo de contagio. "Hay que rebajar la movilidad a los niveles de los fines de semana, que es excepcional", ha insistido el presidente.
La medida choca con lo dicho hace pocos días en rueda de prensa por el ministro de Transportes, José Luis Ábalos, dijo que no pararían las obras "porque no se puede frenar la economía". ¿Por qué ahora deciden cerrar estas actividades? "Los ciudadanos están preprarados para estas medidas tan contundentes, es un paso más", ha contestado Sánchez, "los sectores son los mismos que los del decreto del estado de alarma, pero es frenar más la movilidad". Entre esos sectores esenciales están los medios de comunicación. "Están haciendo una labor extraordinariamente importante. Sin duda alguna, son un servicio esencial."
Batalla en el Gobierno
Y es que la idea abrió una nueva batalla interna en el Gobierno. Con los mismos bandos de siempre: el vicepresidente segundo Iglesias por un lado, la vicepresidenta tercera Nadia Calviño por el otro. Si uno reclamaba "el cierre de toda actividad no indispensable", al estilo de lo que decretó hace una semana el primer ministor italiano, Giuseppe Conte, la otra aseguraba que esto era imposible, porque "para que funcione lo indispensable tienen que seguir funcionando otros servicios".
Según la también ministra de Economía, no cabía un confinamiento más duro "porque las medidas no tienen que ser sólo palabras escritas, sino que deben ser ejecutables". Así lo defendió Calviño en una rueda de prensa el pasado lunes, junto a Salvador Illa, autoridad delegada final en el estado de alarma, que abundó en los mismos argumentos: "La mejor nueva medida es mantener las que ya hemos decretado".
Permisos remunerados
Pero finalmente, Sánchez ha convocado para este domingo un nuevo Consejo de Ministros extraordinario, la tercera reunión del Gobierno en la misma semana. Y como en la primera semana de la emergencia, deja para esta última reunión el anuncio más duro.
Sánchez ha reconocido que estas medidas que está tomando el Gobierno de España "son de una extraordinaria dureza". "Soy muy consciente del sacrificio que están haciendo todos los ciudadanos", ha dicho, para añadir que espera que estas medidas sirvan para ralentizar el número de hospitalizados y el incremento del número de ciudadanos que están en las UCIs.
Este domingo está previsto que el Ejecutivo apruebe una serie de medidas restrictivas para los días del 30 al 9 de abril, coincidiendo con los últimos del actual estado de alarma prorrogado y con la Semana Santa. La idea es aprobar una serie de permisos remunerados para los trabajadores que se vean afectados por estas medidas.
Y, buscando que ésta no sea una nueva decisión que recaiga sobre los hombros de los empresarios, el Gobierno arbitrará disposiciones para que las horas no trabajadas pero sí cobradas sean recuperadas por los empleados después de levantarse la excepcionalidad.
Palo a los empresarios
Este punto es clave, y un palo más a los empresarios, pues llegará sólo 48 horas después de que los empleadores y autónomos se sorprendieran e indignaran ante el decreto aprobado a propuesta de la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz.
La norma prohíbe los despidos justificándose en "causas económicas, organizativas o sobrevenidas por el Covid-19". Según el Ejecutivo, "los empresarios ya pueden acogerse a los ERTE", cuyos trámites se han facilitado, explicó la titular de la cartera, militante del PCE.
Eso sí, los empleadores recuerdan que un ERTE tiene como contrapartida que el trabajador al regresar a su puesto está "blindado" durante seis meses. Y creen que la recuperación económica puede no ser suficientemente rápida como para poder asumir la misma plantilla de golpe.
Porque, además, este sábado, al publicarse en el BOE el decreto, se ha descubierto que su disposición adicional primera indica que los ERTE en estas condiciones especiales caducan con el fin del estado de alarma: no hay más plazo.
Bronca a la UE
El presidente del Gobierno ha pedido unidad, a las autonomías y a la aUE. A las primeras, les ha lanzado un mensaje. Sobre todo al independentismo catalán, afirmando que con el estado de alarma "no queremos usurpar las competencias de nadie". "Los territorios no son capaces de responder a la pandemia por sí mismos. Somos un Estado respetuoso con las autonomías, pero “somos más fuertes como uno que como 17".
Y a la Unión Europea le ha echado la bronca... concretamente, a los gobiernos de los Estados miembro que este jueves se negaron a "remar todos juntos". Ha reclamado una "economía de resistencia, incluso de guerra" y ha exigido "solidaridad y contundencia".
Pero ha jugado a la confusión, culpando a Bruselas cuando debería haberse referido a los gobiernos alemán y holandés, y no a las instituciones europeas -sin competencias para lo que pide-, ya que fue el Consejo de este jueves el que le negó los coronabonos que exigió un día antes en una carta firmada por él y otros ocho jefes de Estado y de Gobierno.
El presidente afirma que esta es una "crisis simétrica" que afecta a todos los países y la respuesta, por tanto, tiene que ser europea. "O movilizamos todos los recursos o qué pensará la ciudadanía", ha afirmado tajante Sánchez, que ha defendido esos "bonos de reconstrucción", como los ha rebautizado.
Ha considerado que esta pandemia "está poniendo a prueba el proyecto europeo" y ha advertido que la UE "debe estar a la altura de las circunstancias" y "no puede defraudar a sus ciudadanos". “Si Europa quiere, puede”, ha dicho, convencido de que "es la hora de la Unión Europea". Europa se la juega", ha avisado. "Porque está dando oportunidades a los que quieren romper el proyecto".