La ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, comentó en una entrevista en la cadena británica BBC los tres pilares básicos por los que se guiará "la estrategia" del Gobierno de Pedro Sánchez tras el fin del estado de alarma. Una pormenorización que se produjo horas antes de que Salvador Illa, ministro de Sanidad, respondiese en rueda de prensa junto a Nadia Calviño con un contundente "No lo sabemos" a la pregunta sobre los planes gubernamentales para después del 26-M.
La ministra de Exteriores señaló este martes en el programa Newsnight de BBC2 los "tres elementos esenciales" de la "estrategia" que el Gobierno está analizando para "levantar el confinamiento de los españoles".
"El uso masivo de mascarillas y de desinfectantes. Número dos: hacer test. Esto es esencial sobre todo para identificar a aquellos casos asintomáticos pero que portan el virus y pueden ser contagiosos. El número tres tiene que ver con el uso de la tecnología para trazar mejor, empoderar a los ciudadanos y ser responsables en el manejo del virus o en su inmunidad", explicaba la ministra.
Y seguía: "Cualquier desescalada requiere saber dónde están los ciudadanos, cuántos han pasado ya por esto o cuántos todavía no son inmunes al virus. [...] El grado de apertura del confinamiento estará relacionado con el grado de conocimiento que tengas del estado de tus ciudadanos".
Tres medidas fundamentales de una "estrategia" que se ha intuido en los últimos días, pero que desde el Gobierno no han comunicado de ninguna manera a los ciudadanos o a los medios de comunicación españoles. Es más, algunas de esas medidas chocan frontalmente con algunas de las declaraciones más recientes de otros ministros del Gobierno de Pedro Sánchez.
Sin ir más lejos, Salvador Illa reconoció el pasado domingo 5 de abril que el Gobierno "no exigirá nada que no se pueda cumplir" en lo referente a la obligación de los ciudadanos de usar mascarillas durante el periodo de transición en la vuelta a la normalidad. Además, el Gobierno, siguiendo las recomendaciones de la OMS, en ningún momento ha recomendado el uso de las mascarillas para la población general.
La segunda medida, los test masivos para toda la población, se señala en plena polémica por la falta de test ya no para el ciudadano común sino para los sanitarios que se han contagiado ejerciendo su labor y quienes trabajan junto a ellos en hospitales o residencias de ancianos.
Respecto de la tercera medida, tal y como ya publicó EL ESPAÑOL, el Gobierno baraja la posibilidad de instalar una App de autodiagnóstico en los teléfonos móviles de todos los españoles que incluya una función de geolocalización y así poder controlar los movimientos tanto de los curados como de aquellos positivos asintomáticos que podrían seguir infectando al resto de la población.
Tanto la segunda como la tercera medida señalan además en una dirección que, sin embargo, ha sido rechazada de plano este mismo miércoles por Salvador Illa: el 'Pasaporte de Inmunidad'. La realización de test masivos con la identificación de la situación médica de cada uno de los ciudadanos y su geolocalización permanente podría plasmarse en una especie de salvoconducto para aquellos que ya hayan superado la enfermedad y desarrollado anticuerpos a la misma, aunque de momento son muchas las dudas sobre la eficacia de esta medida.
Contradicción en el mensaje
Este 'anuncio' se produce a pocos días de la finalización este próximo lunes 13 de abril de las medidas más duras del confinamiento con la hibernación de la economía aprovechando la Semana Santa. Así, las dudas sobre el proceder una vez el país empiece a superar lo peor de la pandemia surgen en cada rueda de prensa.
Durante este miércoles, el Gobierno compareció hasta en tres ocasiones ante los medios de comunicación con el nuevo formato de ruedas de prensa telemáticas con preguntas sin filtrar. Primero fue el comité técnico en su comparecencia matinal diaria. Después fue el turno de José Luis Ábalos y Reyes Maroto, ministros de Transporte e Industria. Para terminar, Illa compareció junto a Nadia Calviño, vicepresidenta económica del Gobierno.
"No estamos hoy en condiciones de decir qué vamos a hacer el 26 de abril", afirmó Illa en rueda de prensa antes de indicar que el Gobierno tomará "las decisiones oportunas" más adelante, pues "siempre hemos dicho que ésta es una crisis dinámica, hay muchos elementos todavía desconocidos de esta enfermedad y de cómo va a evolucionar la epidemia".
"Vida normal"
Una respuesta comedida y esperanzada en que los datos que se siguen recabando del Covid-19 aporten más información con la que tomar esas "decisiones oportunas", pero que sin embargo refleja, como mínimo, la descoordinación del Gobierno en materia de comunicación y, quizás también, un posible desacuerdo sobre qué hacer a partir del 26-A.
De hecho, este es otro desajuste comunicativo del Gobierno de Pedro Sánchez, quien en 24 horas ha visto cómo la portavoz del Gobierno y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, anunciaba que los españoles podrían recuperar "su vida normal" a partir del fin del estado de alarma este 26 de abril para ser reconvenida pocas horas más tarde por José Luis Ábalos en otra rueda de prensa: "El fin del estado de alarma no implica la vuelta a la normalidad".
Además, y dentro de una política de comunicación que ha sido criticada incluso por Felipe González, este incidente viene a sumarse a la polémica no sólo por las múltiples y continuas ruedas de prensa de los miembros del Gobierno, sino por la gestión de las mismas de Miguel Ángel Oliver, secretario de Estado de Comunicación, quien finalmente ha tenido que ceder ante las quejas de la prensa y abrir las comparecencias a las preguntas de los medios sin filtros de ninguna clase.