Pablo Iglesias tiene una nueva enemiga, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. Contra ella, su partido y el Gobierno han iniciado una durísima campaña de descrédito. También lo ha hecho el PSOE, con tuits agresivos sobre su gestión del coronavirus, mientras Pedro Sánchez parece tratar de abrazarse a Ciudadanos, el socio de Gobierno de la lideresa popular en Madrid.
Y así, con este guión, el vicepresidente segundo se olvidó de la pregunta que le había hecho Teodoro García Egea en la sesión de control. El líder de Podemos se limitó a contestar que "si la señora Ayuso no se paga su apartamento, eso es un caso de corrupción que la ciudadanía no va a acepar".
El número dos del PP le había inquirido por sus responsabilidades dentro del Ejecutivo durante la crisis del coronavirus. Pero Iglesias contestó haciendo una referencia a la historia más o menos reciente de los populares. Se fue a la Gürtel y a la vieja corrupción de los años de Aznar que, más tarde, le estalló a Rajoy.
Aprovechaba el socio de Sánchez que ha quedado en el imaginario social que Francisco Camps, el expresidente valenciano del PP, era un corrupto por haber aceptado que le pagaran sus trajes los empresarios de la trama Gürtel, aunque lo cierto es que si lo era ningún tribunal demostró eso en concreto. Pero fue ese paralelismo el que utilizó Iglesias para arremeter contra Díaz Ayuso en una sesión de control en la que, por supuesto, no estaba presente la presidenta de la Comunidad de Madrid.
Sin datos
Y lo hizo porque su respuesta al secretario general del Partido Popular a la pregunta sobre "¿qué funciones tendrá el Vicepresidente Segundo en el desconfinamiento?" -a la que añadió la petición de que diera algún detalle de las ya ejercidas en estos dos meses largos de confinamiento- no tuvo más respuesta que generalidades: "Coordinar las políticas sociales del Gobierno para que nadie se quede atrás".
Que no se ha logrado eso, amparar a los más vulnerables, lo había intentado demostrar minutos antes el portavoz de Esquerra, Gabriel Rufián, cuando desgranó que "hay 700.000 personas que no han cobrado sus ERTE, otras 300.000 que no lo han recibido sus prestaciones por desempleo" y que "la banca está practicando la usura aprovechando los créditos del ICO".
Y lo cierto es que el propio Ministerio de Derechos Sociales de Iglesias aún no ha logrado dar las cifras de personas atendidas por su departamento entre los sin techo, los menores en situación de pobreza o las empleadas del hogar. Ya tras 60 días de haber empezado el confinamiento, el Gobierno no ha ofrecido esos datos ni, por supuesto, el de ancianos fallecidos en las residencias de mayores, que dependen directamente del vicepresidente segundo.
Y así se lo recordó luego García Egea: "Es que su escudo social es falso, es una tabla a la deriva en su océano de incompetencia", le espetó. "Porque ese escudo se puso hace unos años en Grecia y los pensionistas no pudieron sacar el dinero del banco. Usted se olvidó de la gente cuando entró en el despacho de ministro".
Respuesta preparada
Quizá por esa razón, Iglesias había tenido que desviar el tiro y tirar de una respuesta preparada para pasar al ataque: "Hay una diferencia entre ustedes y nosotros. Que este Gobierno trabaja por el interés general y ustedes por el interés particular, el de la señora Díaz Ayuso".
La presidenta de la Comunidad de Madrid se ha convertido, por mor de su protagonismo en la iniciativa de lucha contra el virus -Madrid fue la Comunidad Autónoma que primero cerró los colegios, antes incluso de la declaración del estado de alarma-, en el objetivo predilecto de las críticas del Ejecutivo.
A eso ha añadido un protagonismo mediático que creció cuando cayó enferma por el Covid-19 y se confinó de inmediato en un hotel mientras seguía trabajando desde esa habitación. Entretanto, el vicepresidente Iglesias no respetaba la cuarentena a la que se veía obligado por el contagio de su pareja, la ministra Irene Montero, y defendía las marchas del 8-M álentadas por él y su equipo a la vez que su equipo filtraba a la prensa que estaba animando con insistencia a Pedro Sánchez para que declarara y endureciera el estado de alarma.
"Nosotros tratamos de defender el interés general... con errores, claro, y debemos ser criticados por ello", admitió como toda autocrítica. "Pero hemos llegado a un pacto con la patronal, con la que estamos en desacuerdo en muchísimas cosas, pero ellos saben negociar y ustedes dicen 'no' a todo mientras la señora Ayuso reside en un apartamento de lujo".
Ante la sorpresa generalizada por que Iglesias se lanzara a tratar sobre viviendas en una Cámara que ya empezaba a ser de resonancia para los murmullos por el patinazo del vicepresidente -famoso por el chalet que le costó el oprobio entre sus partidarios-, Iglesias continuó rápido su intervención para acallarlos: "Puede vivir donde quiera, incluso en un apartamento de lujo, pero es muy grave si la señora Ayuso no se paga el apartamento donde vive. Porque si es así, eso es un caso de corrupción y la ciudadanía, en esta situación de pandemia no va a consentir otro caso de corrupción".
La Venezuela de Chávez
Lo cierto es que García Egea también había recurrido a la historia reciente del líder de Podemos al inicio de su intervención. Su discurso había ido mucho más allá de la pregunta. Los diputados y ministros suelen dejar los titulares para la segunda intervención en las sesiones de control. La cadencia suele ser: pregunta, respuesta, réplica con bofetones, y contrarréplica con directos a la mandíbula.
Pero el número dos del PP ya había golpeado duro desde el inicio a Iglesias emparentando su pasado como asesor del régimen de Hugo Chávez en Venezuela con los "asesores fantasma desconocidos que han decidido el paso de la fase 0 a la 1".
Eso sí, en su réplica el secretario general del PP describió lo que para él sí que son las "competencias" de Iglesias en esta pandemia. "Usted será recordado por su sillón en el CNI, por el control que intenta de los medios de comunicación, por sus peleas con los ministros Calviño y Escrivá, por saltarse la cuarentena, y por mentir de la mano del presidente Sánchez".
Y añadido a las críticas, García Egea recurrió a los autoelogios "porque ustedes, por otro lado se apropian de nuestras medidas", dijo señalando a Iglesias: "Usted se manifestaban contra la reforma laboral y ahora saca pecho de sus medidas, usted criticaba nuestros Presupuestos y ahora gobierna cómodamente con ellos... y usted hablaba de recortes, pero para eso, debe mirar a su derecha, a Pedro Sánchez, que hace 10 años votó como diputado los de Zapatero, que fueron los mayores de la historia, congelando las pensiones y bajando el sueldo de los funcionarios".