Ángel Sanz Briz salvó la vida de 5.000 judíos durante el Holocausto nazi a través de pasaportes, cartas de protección y una red de viviendas que él mismo creó para poner a disposición de las familias. Todo ello por cuenta propia, sin conocimiento del régimen de Franco, para el que trabajaba como embajador en Hungría.
A Sanz Briz se le conoce popularmente como "el ángel de Budapest" o "el Schindler español", pese a que su obra fue incluso más importante que la del alemán. Oskar Schindler salvó a unos 1200 judíos polacos durante la Segunda Guerra Mundial empleándolos como trabajadores de sus fábricas. Su historia dio el salto a la gran pantalla de la mano de Spielberg con el filme La lista de Schindler (1991).
Si Spielberg hubiera contado su historia y los españoles no tuvieran esa tendencia a menospreciar su propio legado, quizá San Briz tendría el hueco que merece en la Historia. Hoy se cumplen cuarenta años de su muerte y distintas instituciones españolas rememoran su vida y obra.
El Centro Sefarad-Israel, en colaboración con el Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, la Federación de Comunidades Judías de España (FCJE), la Comunidad Judía de Madrid y Yad Vashem, homenajean este jueves al diplomático español a través de un acto virtual.
El ángel de Budapest
En 1944, Sanz Briz ejercía como encargado de Negocios y jefe de la legación española en Hungría. Ese año, la persecución hacia los judíos en el país vivía su apogeo. Fue entonces cuando, a través de pasaportes y cartas de protección, salvó a 5.000 judíos de un destino fatídico. El Gobierno de España, aliado de los alemanes, no respondió a sus numerosas peticiones de auxilio, pero el ángel de Budapest decidió que no podía quedarse de brazos cruzados aguardando una respuesta.
Así lo atestiguan sus familiares y el Centro Sefarad-Israel, aunque la implicación de Madrid en la heroicidad del diplomático zaragozano ha suscitado debate entre los historiadores.
"Actuó por su cuenta. Es cierto que meses después de empezar a salvar judíos, recibió una comunicación oficial, un telegrama que le animaba a ayudar en la medida de lo posible. Aun así, él ya llevaba tiempo ayudando muy por encima de lo exigible", cuenta Miguel de Lucas, director general del Centro Sefarad-Israel.
“Él tomó el silencio inicial del Régimen como una respuesta; obró en conciencia”, recuerda una de sus hijas, Ángela Sanz Briz.
Contra la ortodoxia diplomática y actuando por libre, Sanz Briz utilizó un viejo decreto de Primo de Rivera que reconocía la nacionalidad española a los descendientes de los sefardíes, comunidad hebrea expulsada de España en 1492 por los Reyes Católicos. El ángel de Budapest lo desempolvó para repartir pasaportes y cartas de protección como salvoconducto.
Lejos de quedarse ahí, Sanz Briz creó una red de viviendas de alquiler a cuenta de la Embajada en las que cobijó a numerosas familias judías. De este modo, 5.000 húngaros salvaron la vida.
Justo entre las Naciones
Ángel Briz falleció en Roma el 11 de junio de 1980 a los setenta años de edad. Ahí estaba destinado desde 1976 como embajador español en la Santa Sede. El Gobierno español repatrió con honores el cadáver del veterano diplomático, en servicio desde antes de la Segunda Guerra Mundial. Fue enterrado en su ciudad natal, Zaragoza, en el panteón familiar de los Sanz Briz en el cementerio de Torrero.
El memorial del Holocausto Yad Vashem nombró a Sanz Briz como "Justo de la Humanidad" en 1966. Entonces, el Gobierno de Franco no le permitió recibir la distinción y durante años mantuvo la historia en secreto. Póstumamente, en 1991, el Museo del Holocausto Yad Vashem distinguió su acción con el título de Justo entre las Naciones. Además, inscribió su nombre en el memorial del Holocausto. En 1994, el gobierno de Hungría le concedió el título de la Cruz del Orden al Mérito de la República Húngara.
El título "Justo entre las Naciones" es el máximo reconocimiento que la comunidad israelí puede otorgar a una persona que no es judía. Pese a ello, pocos eran en España quienes sabían de la historia del "ángel de Budapest".
¿A qué se debe esto? Ángela Sanz Briz, su hija, lo explica de este modo a EL ESPAÑOL: "España no tenía relaciones diplomáticas con Hungría ni con Israel hasta hace poco. El Gobierno español tenía más amistad y trato con países árabes. De hecho, cuando le dieron el título de Justo de la Humanidad, el Gobierno le dijo que no lo aceptara”. Además, "en España, no se hablaba del Holocausto hasta hace poco".
Ángela recuerda a su padre como un "hombre excepcional, muy inteligente" y como "diplomático vocacional". "Él hablaba de lo que hizo en Hungría si le preguntabas, pero no presumía, no fardaba. Tampoco nos habló del horror, el miedo ni de cómo se jugó la vida. Eso no lo contaba en casa. Él nos contaba anécdotas sueltas", confiesa su descendiente.
El homenaje, por Youtube
Este jueves a las 18.00 horas tendrá lugar un homenaje a través del canal de Youtube del Centro Sefarad-Israel. En la retransmisión, participarán hijos, nietos y bisnietos del ángel de Budapest, que conversarán con Eva Leitman-Bohrer, superviviente al Holocausto cuando era un bebé gracias al auxilio del homenajeado.
También estarán figuras relevantes como el historiador José Antonio Lisbona, el presidente de la Federación de Comunidades judías de España Isaac Benzaquén y otros representantes institucionales. Todo ello con la colaboración del Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, la Federación de Comunidades Judías de España, la Comunidad Judía de Madrid y Yad Vashem.
El evento recordará la figura del diplomático y su gesta, aportando el contexto histórico necesario. “Es una alegría y un orgullo. No solo porque se trata de nuestro padre, sino porque fue un diplomático español, un hombre bueno y su historia debe conocerse”, celebra su hija.