Cuando la ahora candidata de Ciudadanos en Galicia, Bea Pino, era un bebé, su tío Álvaro se batía el cobre en las montañas gallegas. Eran los primeros coletazos de un ciclista que se alzaría con la Vuelta a España en 1986.
Uno de aquellos días, la cuñada de Álvaro -y madre de la mujer que intentará rascar un escaño en las autonómicas del 12 de julio- seguía con el coche una escapada del escalador. "¡Dame algo, que me va a entrar la pájara!". Y recibió lo único que había: un biberón. Hoy, cuarenta años después, el deportista le devuelve el espaldarazo a su sobrina y ahijada.
A este privilegiado gregario, que intentará librar a la candidata de "todo el viento que pueda", se ha unido por sorpresa Óscar Pereiro, ganador del Tour de Francia en 2006. Uno y otro marcharon en bicicleta con Bea Pino la semana pasada en un acto por la defensa de los derechos LGTBI.
En charla con este periódico, ambos desean "toda la suerte del mundo" a la candidata. Reiteran que no apoyan a Ciudadanos como partido, sino a Pino por lazos familiares y de amistad. Pereiro, algo enigmático, esboza una sonrisa: "El voto es secreto".
Alberto Núñez Feijóo, el último superviviente del PP de las mayorías absolutas, no quiso una coalición con los naranjas, como sí sucede en el País Vasco. Las expectativas son muy grises para los liberales en Galicia, pero echarán el resto para lograr un asiento en el Parlamento gallego a través de la lista de Pontevedra. Marcan su objetivo en los 25.000 votos.
Yo no sé si me habría atrevido a afrontar el reto
Álvaro Pino, al contrario de lo que hacía sobre el asfalto, no se escapa cuando le preguntan por Ciudadanos: "No sentía una predilección especial por este partido, pero es mi sobrina y mi ahijada. Para mí, la familia está por encima de todo. La estoy apoyando lo que puedo".
Pereiro, por su parte, arguye: "Bea es mi amiga desde hace mucho tiempo. Su proyecto es muy ambicioso. Se enfrenta a un líder con muchísima trayectoria. Yo no sé si me habría atrevido. Es una valiente".
El empujón mediático de los dos ciclistas a la candidata de Ciudadanos ha sido notorio. Galicia es una de las regiones que peor se le han dado a este proyecto desde que comenzó su expansión nacional. Jamás han tenido representación en la Cámara autonómica. Pino y Pereiro todavía conservan mucho empuje entre los gallegos. Referencia de éxito deportivo en dos épocas distintas.
Por eso, como indica Pereiro, ambos fueron -y son- "un caramelo" para las distintas organizaciones políticas. Según confirman los dos protagonistas a este diario, han sido tentados "varias veces" para entrar en listas de todo color.
"Me lo han ofrecido PSOE, PP, Ciudadanos... Casi todos. Cuando un deportista ha sido, en algún momento, una referencia, se convierte en un plato atractivo para los políticos", incide el ganador del Tour.
"Dije que no. No me veo capacitado. No basta la vocación, hay que tener formación. Creo que tengo cierta facilidad de palabra, pero de ahí a ser político...", responde algo más críptico Álvaro Pino.
Ciudadanos necesita, en los comicios gallegos, algo así como la primera victoria de etapa de Pino en la Vuelta a España: su escapada alcanzó los... ¡doscientos kilómetros! "La política es una carrera de fondo. Se lo dije a Bea el otro día. Llegar a la meta es una cosa, pero hacerlo y levantar los brazos es otra. Ganar a la primera es casi imposible, pero ella no va a tirar la toalla. Confía en lo que hace", reseña el protagonista de aquella histórica carrera.
Arrebatarle un escaño a Feijóo sería algo así como hurtarle una etapa a Miguel Induráin en sus días de gloria: "Es parecido... -se ríe Pino-. A él no le va a suponer mucho, pero para ella será muy importante". "¡Es verdad! Es el combate del ratón contra el león", apostilla Pereiro.