El Partido Popular empieza a estar cansado de la actitud del Gobierno de Pedro Sánchez. Su presidente, Pablo Casado, ha puesto a todo el partido en fila para apoyar la candidatura de Nadia Calviño para el Eurogrupo. Y sin embargo, los populares no dejan de recibir patadas en la espinilla desde el Ejecutivo.
"La estrategia que sigue Sánchez es evidente: si gana es un éxito suyo; si pierde, la culpa será del PP", lamenta una alta fuente del entorno de Casado en conversación con este periódico.
"Medio Gobierno está en contra de su propia ministra, nosotros sí la apoyamos", recuerdan varias fuentes del PP consultadas por este diario. "Sin embargo, los traidores son los populares".
El entorno de Casado insta a Sánchez a que busque declaraciones "o incluso tuits" de su vicepresidente en apoyo a la candidatura de Calviño al Eurogrupo. "No la quieren, porque eso le da poder, y cercenaría la influencia de Pablo Iglesias en las políticas de gasto descontrolado".
La persona que ocupa la presidencia del Eurogrupo, recuerdan otras fuentes europeas, "tiene que dar ejemplo". Y si sale Calviño elegida, finalmente, tendrá que imponer en el seno del Ejecutivo las condiciones que marque la UE, por ejemplo, para el fondo de reconstrucción que se negocia de aquí a la cumbre del Consejo, los días 17 y 18 de julio. "No es que el PP quiera imponer condicionalidad al dinero europeo... es que va a ser así, nadie regala miles de millones de euros sin saber para qué se usarán".
Pero en las filas de Casado se sorprenden de que "Calviño tiene más apoyo nuestro que dentro de su propio Gobierno". Y advierten de que ésa es mala carta de presentación en Europa: "Centeno, el portugués, ha tenido que irse por eso mismo", recuerdan.
"Socialista, ¿por qué?"
Lo cierto es que el comunicado del pasado lunes por la noche en el que la matriz europea del Partido Popular (PPE) se posicionaba en favor del candidato irlandés, Paschal Donohoe, alimentó la ofensiva de Moncloa contra el os populares. El secretario general del PPE es el español Tono López Istúriz, un político que lleva décadas en la gestión internacional desde Bruselas. Su entorno explicó a EL ESPAÑOL la circunstancia: "En ninguna biblia está escrito que el próximo presidente del Eurogrupo deba ser socialista, y lo lógico es que el PPE apoye al único candidato de su partido".
¿Eso quiere decir que los populares españoles hayan abandonado a Calviño? "Al contrario", explica este dirigente del PP, "en Europa no juegan sólo los ejes ideológicos, aquí la pelea también es Norte-Sur". Y además, están los favores cruzados entre países. "Ahora mismo, están cruzándose llamadas unos a otros, recordándose votaciones pasadas, prometiendo apoyos futuros..."
El tablero europeo es un juego mucho más parecido al Risk que al ajedrez: hay miles de frentes abiertos y mucha pose de cara a la galería que luego no responde a la verdad. "Hay intereses muy variados, no es un voto monolítico", recuerda este dirigente popular. "¿Quién dice que Christos Staikouras, el griego conservador, vaya a apoyar al candidato del PP?", se pregunta, como ejemplo de un país con gobierno popular que nadie espera que apoye a Donohoe.
Otro ejemplo es Angela Merkel, líder moral del centro derecha europeo, que ha mostrado su apoyo público a la candidata española: "Pero eso es porque gobierna en coalición, y su ministro de Hacienda es el socialdemócrata Olaf Scholz... ¿Para qué va a abrir un cisma interno la canciller? Otra cosa es lo que luego voten en realidad". Y es que en el Ejecutivo alemán sentaron muy mal las "barbaridades de Iglesias contar Europa en su entrevista con el Financial Times" a principios de mayo.
"Traiciones a España"
Y es que ya ocurrió en julio de 2015: el español Luis de Guindos entró en la reunión del Europgrupo como futuro presidente y salió con las orejas gachas: "Alemania dijo que lo apoyaba y luego pidió a todos los suyos que votaran al rival". Éste era el holandés Jeroen Dijsselbloem, un halcón de la ortodoxia austera para terminar de salir de la crisis financiera. "El voto allí dentro es secreto, todo puede cambiar a última hora y en la puerta de entrada a la reunión".
Además, el PP recuerda las anteriores "traiciones del PSOE a España", una terminología "aplicable si seguimos su argumentario de hoy". Los socialistas de Pedro Sánchez fueron los únicos que anunciaron que no apoyarían al comisario Miguel Arias Cañete, en la anterior legislatura; tampoco apoyaron la candidatura de Luis de Guindos al Eurogrupo; y años antes, los socialistas "exigieron la dimisión de Loyola de Palacio como vicepresidenta de la Comisión por el escándalo del fraude del lino... que era todo falso".
En contraste, esta alta fuente dirigente popular señala que "nosotros sí apoyamos a Josep Borrell para ser Alto Representante, sin fisuras ni dudas... y eso que no nos llamaron para consensuar nada". Ésa es la misma queja que exhibe en la actualidad el equipo de Pablo Casado: "El presidente Sánchez lleva dos meses sin telefonear al líder de la oposición, no nos plantean la unidad, nos exigen sumisión".
La carta intermedia
Desde el Gobierno la resupesta a esta queja es la sorpresa: "¿Dónde está escrito que tenga que marcar el presidente? Ésa es una excusa del PP tras la que se parapeta para no dialogar, y ahora es más urgente que nunca", responde un ministro a este periódico.
Lo cierto es que para la presidencia del Eurogrupo, que se dirime el próximo 9 de julio, se presentan Calviño, el irlandés Donohoe y un tercero en discordia, el liberal luxemburgués Pierre Gramegna, que juega la carta de outsider y vía intermedia. "Yo no lo daría por descartado", explica este dirigente del PP con amplia experiencia en política europea. "Ahora, que Gramegna será liberal, pero es mucho más ortodoxo de la lucha contra el déficit que el conservador Donohoe... su elección no sería buena para los planes de Sánchez".
En el PP creen que Moncloa se ha equivocado lanzando tantos candidatos a puestos internacionales a la vez. Calviño aspira al Eurogrupo, González Laya ha sido impusada a la lista de "favoritos para la OMC" y Pedro Duque no deja de promocionarse para llegar a la dirección de la Agencia espacial Europea. "O te centras en un puesto o puedes acabar perdiendo todos y hacer el ridículo... claro, que la culpa nos la echarán a nosotros".
"Traidores"
Ese ambiente de encono entre PSOE y PP en la escena internacional nació hace unos 10 días, cuando la ministra portavoz, María Jesús Montero, atacó inmisericorde a Pablo Casado en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros: "El PP habla mal de España en Europa para que nos condicionen los fondos" de ayuda a la reconstrucción.
La frase se basaba en un documento firmado por la líder de la delegación popular española en el Parlamento Europeo, Dolors Montserrat, en el que se describían abusos legislativos, de los medios públicos de comunicación; ataques a la libertad religiosa, de manifestación y de expresión; y oscurantismo durante la vigencia del estado de alarma en España.
"Nos llaman traidores, pero lo hicimos porque la Comisión advirtió de que investigaría posibles restricciones de derechos durante la excepcionalidad constitucional por el coronavirus", alega el PP, "y sólo son hechos, no hay más valoración que la de reunirlos todos en un documento". Los populares recuerdan que Bruselas avisó de estas posibles pesquisas tras ser reclamada "por un particular en la Comisión de Peticiones" y que "también investigarán a Italia, que incluso ha cerrado el Parlamento en estos meses, algo aún más grave".