Como si no quisiera ser menos que esa España con la que pretende no tener nada que ver, la Cataluña nacionalista ha visto cómo su monarquía local durante más de tres décadas, la familia Pujol, se colocaba ayer jueves a un solo paso de ser juzgada como organización criminal, la figura delictiva que el Código Penal aplica a mafias y bandas terroristas.
La diferencia entre ambas familias reales salta a la vista. Mientras los escándalos del Rey Juan Carlos I le implicarían sólo a él, los de Jordi Pujol se extienden hasta su familia y hasta un numeroso grupo de socios y colaboradores. Entre ellos varios empresarios de la alta sociedad catalana, la bautizada como la Cataluña de las cien familias.
Este jueves a media tarde, el magistrado del Juzgado Central de Instrucción número 5 de la Audiencia Nacional, Carlos de la Mata, cerraba tras ocho años de investigaciones la instrucción del caso Pujol con la propuesta de enviar a juicio a Jordi Pujol, su mujer Marta Ferrusola, sus siete hijos y 18 personas más.
Carlos de la Mata acusa a la familia del expresidente de haberse aprovechado de su posición privilegiada para acumular una fortuna "desmedida" derivada de actividades corruptas de todo tipo.
Los delitos concretos que, según el juez de la Mata, serían aplicables a los Pujol son los de organización criminal o asociación ilícita, blanqueo de capitales, delito contra la Hacienda Pública y falsedad documental.
Entre los acusados están también varios empresarios catalanes. Entre ellos Carlos Sumarroca Coixet y Carlos Sumarroca Claverol, de la familia Sumarroca, propietaria de las bodegas de cava y vino Sumarroca, entre otras muchas. También Luis Delso Heras, presidente de la energética y constructora Isolux Corsan.
Comisiones ilícitas
Según el juez de la Mata, buena parte de esas actividades corruptas ocurrieron durante la presidencia de Jordi Pujol, es decir entre los años 1980 y 2003.
En el auto, de 500 páginas, el juez resume los ocho años de investigaciones, declaraciones y comisiones rogatorias relacionadas con el caso. También incluye el informe de Hacienda que se conoció la semana pasada y que atribuye a Jordi Pujol Ferrusola, el hijo mayor de la familia, un fraude de 16,6 millones de euros y que De la Mata reduce a 7,3 al contabilizar sólo los últimos cinco ejercicios.
"No existen indicios sólidos que acrediten que el patrimonio acumulado por la familia provenga de una herencia familiar procedente del abuelo Florenci Pujol Brugat", dice el auto de De la Mata. La de la herencia familiar fue la explicación dada en julio de 2014 por Jordi Pujol para justificar los cuatro millones que habían sido detectados en aquel momento en cuentas andorranas.
Según el auto, la base de la fortuna de los Pujol está formada por las comisiones ilícitas pagadas por empresarios a través de mecanismos más o menos sofisticados, y entre ellos sociedades en paraísos fiscales, a cambio de concesiones, adjudicaciones o cambios de calificación urbanística.
Para encubrir los pagos ilícitos, los Pujol habrían simulado contratos de asesoramiento por negocios sin acreditar y que "se engranaban en operaciones económicas reales, a las que se agregaba el pago irregular a los Pujol".
Bandera y cartera
En conversación con EL ESPAÑOL, Carlos Carrizosa, presidente del grupo parlamentario de Ciudadanos en el Parlamento autonómico catalán, ha lamentado "los ocho años de retraso que ha durado la tramitación de la causa". "Esto ha supuesto un perjuicio para la sociedad catalana", ha dicho.
"Con las necesarias reservas, porque todavía falta el juicio, ya hay un auto muy completo de más de 500 páginas que imputa a la familia Pujol la figura de organización criminal. Es decir, que los Pujol se habían organizado, incluso jerárquicamente, para saquear Cataluña aprovechándose de su posición de privilegio, enriqueciéndose de forma desmedida".
En el escrito, el magistrado detalla todas las operaciones orquestadas por los Pujol durante estos años y que les reportaron cantidades multimillonarias sin razón alguna, porque la finalidad no era otra que "obtener multimillonarias beneficios ilícitos mediante actividades falsarias y corruptas".
"Madre superiora"
De la Mata explica que el liderazgo de la organización estaba encarnado en Jordi Pujol y Marta Ferrusola quien, de hecho, detalla, se autodenominaba la "madre superiora de la congregación". Por debajo, Jordi Pujol Ferrusola, denominado "el capellán de la parroquia", cuyas instrucciones seguían a su vez el resto de los hermanos. Él era el responsable de la recepción y distribución de dinero, según el juez.
De hecho, el primogénito ha admitido que todas las operaciones en las cuentas de Andorra y buena parte de los "negocios" en que invirtió durante años estuvieron directamente relacionados con el patrimonio económico que gestionaba para sí y su familia. También tenía capacidad para dar instrucciones a los gestores bancarios sobre las cuentas de los miembros de la familia.
La casualidad ha querido que la noticia del cierre de la investigación coincidiera con la comparecencia de ayer de Artur Mas en el Parlamento catalán. Una comparecencia en la que, según Carrizosa, el expresidente debería haber explicado la sentencia del caso Palau, pero que sólo ha servido para que Mas se sacudiera "las pulgas de la corrupción".
"Mas no reconoce ni asume la corrupción organizada por CiU desde los tiempos de Pujol", ha dicho Carrizosa. "Una corrupción que perduró durante su presidencia y que llega hasta hoy con casos como el de Laura Borràs, que suena como sucesora de Quim Torra como candidata a la presidencia de la Generalidad".
"Dicen que España nos roba, pero los que nos robaban estaban aquí. En el nacionalismo siempre ha predominado la cartera por encima de la bandera, y el procés ha sido sólo un intento de tapar la corrupción del nacionalismo", ha finalizado Carrizosa.
Alejandro Fernández, líder del PP catalán, también ha hecho referencia, en conversación con EL ESPAÑOL, a la lentitud de la Justicia: "La Justicia puede ser lenta, pero segura. Todo nuestro respeto y apoyo a la acción de la Justicia".