Los Presupuestos Generales del Estado (PGE) del año 2021 prometen ser la clave de todo: de la legislatura, de la reconstrucción tras la pandemia y una especie de termómetro del Gobierno de coalición.
Mientras en Moncloa -sinónimo de la zona socialista del Ejecutivo- se lanzan todo tipo de señales al Partido Popular para que acepte sentarse a negociarlos, Pablo Iglesias hace todo lo posible por torpedear esa posibilidad: "Los 35 diputados de Unidas Podemos son incompatibles con unos PGE acordados con el PP", dijo este miércoles al menos dos veces.
Pero la "obsesión del presidente", según fuentes del Minsiterio de Hacienda es sacarlos adelante. Y su consigna a María Jesús Montero, titular de la cartera de Hacienda, ha sido que haga todos los esfuerzos para que se aprueben "como sea", diga lo que diga -y haga lo que haga- el socio de coalición. Montero, de hecho, tiene previsto llamar personalmente a sus interlocutores en el PP este mes de agosto, según estas mismas fuentes.
"Ya tenemos el esqueleto de las cuentas públicas", revelaba la ministra este jueves en RNE, después de desautorizar las palabras del vicepresidente segundo al incluir al PP. "Estábamos a la espera de conocer las partidas que vendrían del acuerdo europeo y ahora falta rematar el borrador", añadió. Una vez que en las oficinas de Hacienda hayan cuadrado las cuentas, y ya entrado el mes de veraneo, Montero descolgará el teléfono para marcar el de los dos responsables económicos de Pablo Casado.
Los interlocutores
Según ha sabido este periódico, Elvira Rodríguez, actual vicesecretaria de Acción Sectorial del PP y ex secrertaria de Estado de Presupuestos en los Gobiernos de Aznar, y Mario Garcés, portavoz adjunto en el Congreso y responsable del programa económico popular ya cuentan con ese telefonazo que los cite para empezar a hablar. Lo primero que dirán ambos, tras el saludo, es "no a subir la presión fiscal en 60.000 millones", como calculan los populares que desea el tándem PSOE-Podemos.
Ambos han sido las cabezas del PP que, bajo el liderazgo de Ana Pastor, han encabezado las negociaciones de los dictámenes de la comisión de reconstrucción. Garcés encabezó las de la mesa de Unión Europea y Rodríguez la de medidas económicas.
Después de los dos meses de trabajos de la comisión de reconstrucción, los populares han salido reforzados: el Gobierno sólo ha sido capaz de sacar adelante los documentos que negoció con ellos, el dictamen social -estrella para PSOE y Podemos- fue rechazado por la Cámara, y el económico deberá repetir su votación por un error burocrático de los morados... y ahora Sánchez arriesga la derrota, como cuenta hoy EL ESPAÑOL.
Fuera ERC, entra Cs
Esas circunstancias han demostrado que la mayoría de la moción de censura y la investidura es mucho más endeble de lo que desearía el presidente. Y en Hacienda, las fuentes citadas, dan por hecho que Esquerra será incapaz de apoyar unas cuentas públicas españolas que coincidan en su negociación con las elecciones autonómicas previstas para otoño. Así, Montero tiene el encargo de cambiar los 13 votos de los independentistas por los 10 de Ciudadanos.
Los de Inés Arrimadas son inversamente proporcionales a los de Oriol Junqueras: son partidos incompatibles en lo económico y en lo político. De hecho, como ya informó este periódico, la primera condición de los liberales para sentarse a hablar de los PGE es que "no haya concesiones a los separatistas en la mesa" de negociación... que, por otro lado parece que ya no podrá convocarse en julio, como anticipó Pedro Sánchez: "Nuestro compromiso es serio", explicaba Montero, también portavoz, "pero el Govern parece no estar interesado, al menos no todo él".
Pero los guiños al PP tienen más que ver con las condiciones que, finalmente sí, acompañan al fondo de recuperación aprobado este martes en Bruselas. Pedro sánchez podrá acceder a los 140.000 millones de euros prometidos hace ya dos meses, pero deberá someterse a varias salvedades: las 10 "recomendaciones específicas" de la Comisión Europea para la economía española se han convertido en la guía por la que deberá transitar el Ejecutivo en el plan de reformas que debe presentar en la UE para que le vayan liberando los dineros.
Sin Casado enfrentado
Y para eso, para cumplirlo, el mejor socio es el PP, miembro de la familia europea de los conservadores que lideran la Comisión de Ursula von der Leyen y grupo mayoritario en el Parlamento Europeo, que aún debe dar el sí definitivo al programa.
Pero no sólo eso. A poco que uno solo de los socios de los Veintisiete crean que España no está cumpliendo con "profundizar" en la reforma laboral, en "complementar" las pensiones o en la "reforma de la Administración" -es decir, rebajar la masa salarial de los empleados públicos-, podrán echar mano del "freno de emergencia".
Esa imposición del club de los países frugales les permitirá paralizar la libración de fondos y someter a una especia de juicio político al Gobierno. Para ese viaje, a Sánchez le ayudará mucho acudir de la mano del PP... o, como mínimo, sin los de Casado enfrentados.
"Hay que sacar los Presupuestos, llevamos tres años sin unas cuentas públicas, y sin ellos no hay dinero europeo", explican las fuentes de Hacienda. ¿Y si a pesar de eso Podemos se niega a acordar nada con Cs y PP? "Tendrán que entender lo que pasa, que éstas no son unas cuentas públicas normales, pero algo podremos diseñar para que ellos capitalicen ante su parroquia". ¿Y el PP ya lo ha entendido? ¿Les han llamado? "Aún no, pero hay conversaciones informales". Las formales, en agosto.