El vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, y la ministra de Igualdad, Irene Montero, se han visto obligados a cancelar sus vacaciones debido al acoso y a la presión a la que se han visto sometidos en las últimas horas.
Los escraches junto a su casa de veraneo les han llevado a abandonar la vivienda en la que estaban pasando unos días de vacaciones en el concejo de Lena, situado en Asturias, una población de 10.890 habitantes.
La pareja se trasladó el pasado viernes al Principado con la intención de pasar unos días de descanso, pero todo se ha truncado después de que un medio local localizara la ubicación de Iglesias y Montero.
Según informa el diario La Nueva España, la llegada de la pareja generó polémica en la localidad de Felgueras, donde aparecieron pintadas despectivas e incluso un bar del municipio sufrió "presiones" tras atender a los políticos.
A partir de ese momento, el vicepresidente y la ministra no han dejado de recibir amenazas e insultos en las redes sociales en las que se comparte la propia localización. Han aparecido pintadas en la carretera que conducía al pueblo donde tenían pensado disfrutar de sus días de asueto con la inscripción "Coletas, rata".
Además de las pintadas amenazantes también ha habido insultos contra la pareja y grupos de personas han llegado a concentrarse en los alrededores de la vivienda realizando escraches.
Ante la imposibilidad de dar siquiera un paseo con sus hijos, Montero e Iglesias han decidido poner fin a sus vacaciones. Se encontraban descansando en Felgueras, en el asturiano Valle de Lena, en una casa de la familia del secretario general del PCE, Enrique Santiago, donde planeaban quedarse unos días más.
Sin embargo, al hacerse pública su ubicación y desencadenarse las protestas, han decidido regresar a su casa de Galapagar (Madrid), donde también han sido objeto de protestas en los últimos meses.
El ministro de Consumo, Alberto Garzón, ha lamentado el "acoso de la extrema derecha" a Iglesias, Montero y sus tres hijos y ha señalado que es "inadmisible en una democracia".
"Dice mucho y nada bueno de la derecha extrema española y su política del odio. Mi solidaridad plena con la familia", ha expresado el ministro a través de Twitter.