El Opus Dei, en términos de opinión pública, sigue definido por numerosos estigmas. El retrato que Dan Brown hizo de la Prelatura de la Iglesia Católica en El código Da Vinci influyó en una gran parte de la sociedad, que percibe a la institución como una secta retrógrada, machista y obsesionada con el poder y la riqueza.
Este relato sigue siendo asumido por algunas capas de la sociedad, tal y como demostró la dirigente de Adelante Andalucía, Teresa Rodríguez, que calificó recientemente de "ultraderecha" al Opus.
Isabel Sánchez (Murcia, 1969), la mujer más poderosa e influyente dentro del Opus Dei, se propone ahora derribar algunos de estos mitos. En conversación con EL ESPAÑOL, la directora del Consejo de mujeres que asesora al Prelado asegura que la extrema izquierda también tiene cabida en la Obra "siempre y cuando defienda los valores del Evangelio". Ese es el único requisito.
-¿Ha conocido a alguien de Podemos dentro del Opus Dei?
-Siempre que defienda los valores del Evangelio, puede estar. He conocido a algunos que fueron del Partido Laborista, por ejemplo. Tampoco he conocido a alguien así como muy radical, pero eso es porque no hablamos mucho de política.
Sánchez también responde a Teresa Rodríguez, que criticó el nombramiento del numerario -miembro célibe de la Obra- Joaquín Fernández-Crehuet como integrante del comité asesor sobre coronavirus de la Junta de Andalucía.
"Yo le diría [a Teresa Rodríguez] que he visto en mis viajes que hay personas de la Obra que militan en partidos políticos muy diversos y con pensamientos muy distintos, que hacen mucho bien desde posturas muy diferentes".
Isabel Sánchez acaba de publicar su libro Mujeres brújula ante un bosque de retos, una obra con la pretende romper prejuicios sobre el papel de la mujer en el Opus Dei y sacudir conciencias. Y pocas mujeres más idóneas para tan ardua labor. No en vano, es la mujer con más poder dentro de esta institución sobre la que aún pesa el estigma del machismo.
Sánchez comenzó a trabajar en 1995 en las oficinas centrales del gobierno del Opus Dei, que se extiende en más de 70 países. Desde 2010 dirige el Consejo de mujeres que asesora al Prelado de la Obra.
El Opus Dei y el poder
La llegada de los llamados "ministros tecnócratas" de Franco en los años sesenta fue interpretada por muchos analistas como un movimiento del Opus Dei por aumentar su cuota de poder. Sea como fuere, supuso con toda probabilidad la cumbre de su permeabilidad en el poder político.
-¿Ha perdido la Obra mucha influencia desde entonces?
-Creo que ha ganado la influencia que quería. Para empezar a desarrollarse como institución, se hubo de construir universidades, residencias, estructuras… tenía que hacerse visible la institución para hacer visible el mensaje. Ahora estamos en un momento en que lo que prima es el valor de la persona singular.
Desde entonces, la presencia del Prelado de la Iglesia Católica en el poder político sólo ha tenido parangón en los gobiernos de Mariano Rajoy, que contaban con varios ministros con una relación muy directa con el Opus: Jorge Fernández Díaz, Ana Pastor o Luis de Guindos.
Ahora, sin embargo, la mujer más poderosa del Opus Dei niega interlocución con el Gobierno actual: "No creo que la Obra quiera una interlocución con el poder".
-Estará de acuerdo conmigo en que la opinión pública identifica al numerario del Opus como alguien de centro-derecha y clase media-alta. ¿Qué opina de esa clasificación?
-En la Obra eso no tiene importancia, no se te pregunta por eso. Yo no sé el partido político de nadie ni su pensamiento político. Eso no importa tanto como que la persona, allá donde esté, quiera vivir en su mundo, comprometerse con él y hacerlo buscando la opción política que considere más conveniente.
-Usted es la mujer con más poder dentro del Opus Dei. ¿Hasta dónde llega su influencia?
-Sí que tengo mayor poder decisional. El Prelado comparte su gobierno con laicos hombres y mujeres y yo soy una de ellas. En ese sentido, eso lo tengo. Por otra parte, me parece que el mayor poder no es de quien está arriba, sino de quien sabe ser mejor y hacer cosas buenas por los demás. En ese sentido hay muchas grandes mujeres en la Obra y en el mundo.
"Feminismo de la equidad"
Isabel Sánchez aboga por un "feminismo de la equidad". Una teoría propia que retrotrae al feminismo de la complementariedad sobre el que ya teorizaron los académicos Jesús Ballesteros o Ángela Aparisi, miembros de la Obra.
Este modelo dice defender la igualdad en dignidad y derechos entre hombres y mujeres a la vez que respeta sus especificidades tanto en el ámbito privado -especialmente, en el familiar- como en el público.
"Yo quiero alejarme de ese feminismo antagonista que se opone al hombre y que quiere reafirmar a la mujer aplastando al hombre", arguye la consejera del Prelado.
-¿Ha pedido cambios en la Obra en relación al papel que juega la mujer dentro de esta?
-No diría cambios, sino seguir en la corriente que instauró San Josémaría: que la mujer cuenta siempre, que la mujer debe ser protagonista. Ha llegado el momento en el que somos muchas mujeres en el Opus Dei y tenemos una gran capacidad de hacer cosas buenas.
-Ustedes ponen en valor los trabajos de servicio: una mujer que trabaja en casa, que administra los centros... ¿Es feminista decir que la mujer puede llevar una vida plena sin un trabajo socialmente reconocido?
-Es feminista decir que hombre y mujer pueden llevar una vida plena realizando un trabajo socialmente no reconocido. Lo que debemos hacer es que se reconozca. Y no sólo para la mujer. Cualquiera, incluido un hombre que cuida a su padre o a un enfermo. Esa persona que decide, hombre o mujer, cuidar de los suyos se merece todo el reconocimiento. El cuidado es un trabajo que puede hacer muy feliz a quien decida hacerlo.
Sobre el cuidado, precisamente, la autora ha reflexionado ampliamente en su obra. Sánchez sostiene que la principal encrucijada a la que se enfrenta la sociedad hodierna es esa: convertirse en una sociedad del cuidado o en una sociedad del descarte.
-¿Por qué se ha considerado tradicionalmente el cuidado como una virtud propia de las mujeres?
-Históricamente las mujeres hemos desarrollado el cuidado durante mucho más tiempo, sobre todo en el ámbito familiar. El problema radica en que se ha desprestigiado el cuidado por considerarse propio de la persona cobarde. Nada más lejos de la realidad. Para cuidar se necesita coraje y fuerza.
-Se habla mucho del problema de la mujer con la conciliación, sobre todo a raíz del teletrabajo que se ha impuesto por la pandemia. ¿Cómo lograr que el hombre se implique más en el cuidado dentro del ámbito familiar?
-No es un problema de que la mujer tenga que conciliar mejor, sino de que todos tenemos que conciliar mejor. Que el hombre sienta que la familia también es un proyecto suyo y prioritario. ¿Cómo se logra? Debemos trabajar juntos. Ministerios de trabajo, empresarios, el empleado, el empleador… es algo que empieza por la conciencia personal. Tenemos que conseguir que mujer y hombre sepan que su prioridad va a ser el proyecto familiar y a partir de ahí ver cómo plantear y cómo reivindicar el cambio.
Mujeres brújula
A lo largo de sus años de trabajo, Isabel Sánchez ha visitado más de 50 países repartidos por los cinco continentes. Esa vida nómada le ha permitido relatar en su libro la historia de mujeres como Pilar Deza (Perú), Tiziana Bernadi (Italia) o Veronique (India). Mujeres brújula, todas ellas, porque son una "referencia para los demás, señalan el norte, marcan el camino y acompañan hasta la meta".
"Todas estas mujeres tienen en común su fragilidad, su vulnerabilidad. No son heroínas, no son diferentes ni superiores. Sus vidas están trazadas por la vulnerabilidad, las heridas, los errores... pero han sabido utilizar todo eso como palanca de cambio para la superación interior", cuenta Sánchez.
-Las llama "mujeres brújula". ¿Cuál es el norte al que apuntan?
-Ese norte puede ser distinto para cada persona, pero hay un norte común que es esa primacía de la persona, el valor de lo humano en un entorno que puede llevarnos a un sobrepeso de la ciencia, de lo técnico, de lo impersonal. La mujer se ha dado cuenta de cuándo en un contexto determinado la persona puede brillar por su valor.
La consejera del Opus Dei ha encontrado esa referencia en mujeres humildes: médicos, profesoras, empresarias o, incluso, una mujer que padeció anorexia. "La mujer que está liderando la transformación social se encuentra en todas las capas de la sociedad. Sus gestas pueden parecer pequeñas pero son grandes porque hacerse mejor siempre es una gesta heroica", defiende.
-¿Necesita la Obra una modernización?
-La Obra es moderna de por sí porque está anclada en el mundo en el que vive. Más que modernización yo diría que es necesaria un mayor protagonismo de hombres y mujeres laicos. Es algo que estoy segura de que veremos en los próximos años en la Obra y en la Iglesia.
-¿Y no debería la mujer tener un papel más destacado?
-Estoy segura de que vamos a ver muchas más mujeres directivas de obras corporativas, de labores que empiece la Obra, pero vamos a ver también teólogas, doctoras de la Iglesia, mujeres en dicasterios… vamos a ver mujeres en muchos nuevos sitios.
*** Isabel Sánchez acaba de publicar Mujeres brújula en un bosque de retos: los desafíos del siglo XXI. La autora donará parte de los beneficios obtenidos por la venta del libro al Programa Becas Guadalupe, que permitirá a cien científicas investigar en universidades españolas o africanas y revertir luego lo aprendido en la mejora de sus respectivos países.