Pablo Iglesias se ha ido a comer este miércoles con la sensación del deber cumplido. Su cumbre con el independentismo más irredento del Congreso, los socios útiles de la investidura Esquerra y Bildu, ha salido bien. Al menos, en lo que respecta a los intereses del líder morado: avanzar hacia el apoyo a los Presupuestos de 2021 por parte de ambas formaciones y, lo que a él más le importa, mantener la vía abierta para intercambiar cromos entre el Gobierno y la dirección de ambas formaciones.
Cuando se supo este martes, durante el Consejo de Ministros, que Iglesias se reuniría con ERC y Bildu para sondear la predisposición de las dos formaciones independentistas a comprometerse en la "estabilidad" del país, el vicepresidente segundo del Gobierno comenzó a recibir palos.
Pero lo cierto es que "en este Gobierno nadie toma iniciativas por su cuenta", dijo Carmen Calvo capeando el temporal. Es decir, que Iglesias había comunicado sus compromisos al presidente... y que éste no había puesto ningún impedimento, tal como pudo confirmar este periódico. Ahora, tras las citas, Pedro Sánchez estará igual de satisfecho que su socio.
"Buena sintonía"
Las dos reuniones, celebradas este miércoles en la sede de la Vicepresidencia segunda, han salido bien, o eso revelan las fuentes del departamento. Según el entorno de Iglesias, el líder de Podemos ha podido confirmar "la buena sintonía" respecto a la necesidad de "mantener la estabilidad de la legislatura" y "el actual rumbo del Gobierno de coalición" en los próximos años.
Los encuentros se han celebrado casi de manera consecutiva. Primero con el portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, y luego con los portavoces parlamentarios de EH Bildu, Mertxe Aizpurua y Oskar Matute. Con ambas formaciones, Unidas Podemos insiste en que mantiene "más similitudes que diferencias". Basando esta afirmación en que los programas sociales son muy similares y en que la condición impugnatoria del modelo de Estado que caracteriza a los republicanos y a los herederos de Batasuna encuentra comprensión en el ala morada del Ejecutivo central.
En ambas reuniones, según las fuentes cercanas a Iglesias, se ha constatado que ERC y Bildu no quieren perderse estos Presupuestos -que vienen acompañados de la primera parte de los 140.000 millones europeos y, sobre todo, de sendas facturas políticas que han pasado sus portavoces al vicepresidente-. Siempre según las mismas fuentes, Esquerra y Bildu se apuntan a ayudar a que se mantenga la "dirección progresista" del Gobierno, "apoyada en la mayoría parlamentaria de la investidura".
Aviso a Cs... y a Sánchez
Así, tanto el portavoz de ERC como los de EH Bildu han compartido con Iglesias la conveniencia de "fortalecer el diálogo como instrumento para abordar la crisis territorial" que dicen las tres partes que sufre España. Aizpurua confirmaba a la salida que la reunión había sido "positiva" y que había servido para "intercambiar posiciones" con "sintonía en cómo salir de la crisis" y que ésta vía sea "perdurable".
La portavoz bildutarra se mostró abierta a "negociar los Presupuestos" porque "la crisis marcará no los próximos años, sino las próximas décadas". A cambio, la portavoz abertzale dejó caer que "hay que cambiar el rumbo del Estado", y que "éste es un momento clave".
Por ahora, no hay cifras, sólo conversaciones políticas. Así, algunas de las piezas que querrán intercambiar los independentistas vascos serán "el desmontaje completo de la reforma laboral", como dijo Oskar Matute a la salida de la cita, o el acercamiento de presos etarras a la región, como advirtió su líder, Arnaldo Otegi, el lunes pasado. ¿La exigencia de Rufián? La reunión de la "mesa negociadora" entre la Generalitat y el Gobierno.
En ese sentido, Aizpurua ha advertido al Gobierno: "Hay que elegir bien los compañeros de viaje". Además, las fuentes de la Vicepresidencia segunda han querido mandar un mensaje a Ciudadanos y, con él, al alma "más a la derecha" del PSOE.
Así, según su versión de las cumbres de Iglesias con Rufián, Aizpurua y Matute, todos habrían coincidido en que las cuentas públicas de 2021 suponen una oportunidad para que el impulso de "la reconstrucción y los fondos europeos" logren "avances sociales y económicos en España en un sentido progresista, frente a las posiciones expresadas por quienes forman un bloque de gobernabilidad con la extrema derecha".