-Somos el Trump español.
La frase fue proferida con orgullo por Javier Ortega Smith, secretario general de Vox, en una entrevista concedida a Intereconomía en 2018. "Es una comparativa, salvando las distancias, que es muy acertada", abundó.
Desde el partido de derecha radical siempre han recibido de buen agrado todo paralelismo con el presidente de Estados Unidos, a quien toman como referencia en muchas cuestiones discursivas tales como la incorrección política o la beligerancia desmedida contra la prensa y los lobbies -impulsores, en su cosmovisión, de la agenda globalista-.
Estas formas populistas han servido para llegar a un nicho electoral similar al que llegó en su día el presidente Trump. Tal y como explicó el politólogo Jorge Vilches en este medio, Vox ha calado en los mismos sectores poblacionales en los que lo hizo el mandatario estadounidense: personas defraudadas o frustradas cuyo voto es símbolo de protesta, indignación y de resistencia "frente a un entorno que perciben como adverso, falso e injusto, creado para beneficiar a otros".
En este sentido, el votante de Vox comparte con el grueso del electorado de Trump su oposición beligerante a dogmas asumidos por la izquierda como el multiculturalismo, la aceptación de la inmigración y la integración en la economía globalizada.
Por ello, no sorprende que el 45% de los simpatizantes de Vox confíe en Trump y en su gestión de la pandemia; el porcentaje más alto de entre todos los partidos de derecha populista en Europa.
Por detrás de Vox, en orden por afinidad a Trump, están el Partido por la Libertad (36%), segunda fuerza política en Holanda; Alternativa por Alemania (34%); Foro para la Democracia (34%), de Países Bajos; Demócratas de Suecia (33%), y el Partido del Brexit (33%). Por último, el Frente Nacional (28%) y Forza Italia (27%).
Nativismo y autoritarismo
Para analizar el porqué de la simpatía de los votantes de Vox hacia Trump, EL ESPAÑOL ha contactado con el politólogo Carles Ferreira (Universidad de Kent), autor de Vox como representante de la derecha radical en España.
En opinión del autor, Vox y Trump se dirigen a un electorado bastante similar: "sus votantes son más bien las clases medias y medias-altas", aunque su "retórica obrerista" también les permite captar "a un pequeño segmento de la clase trabajadora".
"Este no es el caso, por ejemplo, de Le Pen en Francia", abunda el politólogo, que considera que el Frente Nacional "tiene su granero de voto en las zonas obreras". Trump y Abascal se dirigen "a hombres blancos con algo que perder, y por tanto, con algo que proteger: dinero, poder o un estatus que ven peligrar".
Ambos movimientos, enmarcados dentro de la derecha radical, se explican por "el auge del movimiento feminista y de otras corrientes en defensa de las minorías". Esto ha generado "un contramovimiento" que algunos observadores llaman "guerra cultural" y que "a grandes rasgos, es una reacción del hombre blanco autóctono en defensa de sus tradicionales espacios de poder que ahora ven peligrar por la ampliación de derechos hacia otros colectivos".
Entre las similitudes de Vox con el Partido Republicano, Carles Ferreira destaca el nativismo y el autoritarismo. "El nativismo es una combinación de nacionalismo y xenofobia; y el autoritarismo se fundamenta en una visión de la sociedad apegada a los valores de 'ley y orden'", enuncia el politólogo.
Medidas compartidas
En cuanto a cuestiones económicas o morales, Ferreira considera que Vox y Trump también comparten ciertos puntos. "Aunque esgrimen una retórica obrerista, su programa económico no es precisamente lo que se viene llamando chovinismo de bienestar. Ambos abogan desacomplejadamente por una agenda neoliberal de liberalización de la economía y reducción de impuestos", analiza.
En materia económica, Vox mezcla un rabioso liberalismo económico interno con el rechazo a la globalización. Una combinación similar a la del magnate de la construcción devenido en el 45º presidente de EEUU, que también abraza el proteccionismo económico hacia el exterior.
En este sentido, el partido de Abascal propone una "tarifa plana fiscal" que ya funciona en Estados Unidos. En el libro La España vertebrada, Abascal -en conversación con Fernando Sánchez Dragó- defiende que "la tarifa plana ya la aplicaron Trump y Orban y siempre se tradujo en oleadas de prosperidad".
El programa maximalista de Vox, contenido en sus "100 medidas urgentes para España", contiene otras reminiscencias de la política de Trump. Quizá la más evidente se encuentra en el apartado de "Defensa, seguridad y fronteras". Ahí, le medida estrella de los de Santiago Abascal para frenar la inmigración ilegal es "levantar un muro infranqueable en Ceuta y Melilla". Una clara adaptación de la barrera de hormigón fronteriza entre Estados Unidos y México, una de las grandes promesas de Trump para alcanzar la Casa Blanca. Incumplida, por otra parte.
Discursos similares
En abril de 2018, los dirigentes de Vox se reunieron con Steve Bannon, jefe de estrategia de Donald Trump, que identificó a Vox con la tendencia de la nueva derecha europea. De esta reunión, la cúpula de la derecha radical española salió con una hoja de ruta para llegar a su público público objetivo.
Las similitudes -en contenido y continente- con el discurso de Trump no son, por tanto, casuales, sino que responden a una estrategia poco velada.
"Si al decir que somos el Trump en España se quiere decir que nos enfrentamos a los lobbies de la información, sin miedo a quienes marcan lo políticamente correcto, lo somos", sostenía Ortega Smith en la entrevista antes mencionada.
"Queremos hacer España grande otra vez", añadía en referencia al mítico lema de campaña con el que el hoy presidente asaltó la Casa Blanca en 2016 (Make America Great Again).
Desde entonces, los guiños de la formación de derecha radical en España hacia el presidente de EEUU han sido constantes. De hecho, la cuenta oficial de Vox fue la que instigó el hashtag #SpainsupportsTrump (España apoya a Trump), tras las protestas violentas de Black Lives Matter.
Abascal, de hecho, fue acusado de copiar un discurso de Donald Trump en una de sus intervenciones en el marco de la campaña electoral de las elecciones gallegas. "Nuestra gente no es, ni de lejos, tan violenta como la chusma comunista y separatista, pero si alguna vez lo fuera, sería un día terrible para ellos", aseveró Abascal.
Unas palabras calcadas a las pronunciadas una semana antes por Trump en un mitin del presidente de los EEUU en Tulsa (Oklahoma).
Covid-19, China y la OMS
Últimamente, la pandemia del coronavirus ha servido para exacerbar las similitudes en el discurso de Santiago Abascal y Donald Trump. Y es que ambos líderes populistas han compartido análisis con respecto al origen de la Covid-19: que China "ha instigado" una pandemia global y ahora utiliza la OMS, "organismo que controla", para engañar al resto del mundo sobre el origen del virus.
"China es culpable, ocultó los datos, controla y maneja la OMS", sostuvo el líder de Vox en un pleno del Congreso del pasado mes de julio. En este sentido, el diputado vasco también acusó a la Organización Mundial de la Salud de ser un "medio de propaganda chino" y de colaborar con esta dictadura "en la mentira de la pandemia".
Para más inri, Abascal propuso en el Congreso de los Diputados salir de la OMS, al igual que hizo Trump a finales de mayo.
Por último, Abascal exigió "analizar las consecuencias de un virus que tiene un sospechoso componente artificial". Un alegato que apunta a la tesis que el líder americano sostiene sobre el origen del patógeno de la Covid-19. Ésta es, que todo se originó en un laboratorio de Wuhan. La última muestra de connivencia de Vox con el presidente de los Estados Unidos de América.