Comenzó la sesión de control como con sordina. Mientras Madrid se prepara para extender las restricciones, el presidente se iba a Bruselas. Y una de las zonas sanitarias con el color más oscuro en los mapas oficiales de Incidencia Acumulada de la Covid es la de Cortes. Quizás la semana que viene, cada diputado deba acercarse a la carrera de San Jerónimo con su salvoconducto de trabajo a mano.
Así que, ausente Pedro Sánchez y a pesar de las quejas oficiales del PP por la "espantada intolerable", nos perdíamos el highlight de cada miércoles y la primera pregunta fue de la nueva portavoz popular, Cuca Gamarra, a la vicepresidenta primera, Carmen Calvo. Pero no fue hasta que llegó el otro duelo semanal hasta que empezó a subir un poco la temperatura del hemiciclo. Pablo Iglesias no rehúye la bronca, es más, la fomenta para no diluirse en los trajes -en esta ocasión iba en jersey, por cierto-, y con las acusaciones de Teodoro García Egea se sintió en su salsa.
El secretario general del PP dividió el tiempo de sus dos intervenciones entre los reproches a la ausencia de Sánchez y las acusaciones de incoherencia a Iglesias y su formación política: "El Falcon está para llegar a Bruselas a tiempo tras la sesión de control, no para conciertos en Benicasim", comenzó... e inmediatamente, mostró las contradicciones del antiguo agitador de las calles, hoy en el Consejo de Ministros.
"Con lo que gastan ustedes en asesores se pueden pagar 65.000 ingresos mínimos vitales; el empleo se hunde y ustedes colocan a amiguetes; montan protestas y luego se van a comer a restaurantes de lujo, de las barricadas a las mariscadas..." Y remató: "Nos acusan de corrupción y aquí el único que tendrá que ir al juzgado es usted".
El vicepresidente segundo se tomó su tiempo y un poco de aire, utilizando una técnica bastante habitual en él: con una frase despachó su primera respuesta. "¿Señor García Egea, cuál es la pregunta?".
"No volverán a gobernar"
Así se dejó sus minutos para cerrar el debate con su chorreo de argumentario sobre las contradicciones del PP: "Usted, señor García Egea, es un político de altura, así que le propondré un debate", comenzó en tono quedo y sarcástico. "Ahora que ya no se puede gobernar en solitario, el PP ha elegido a la ultra derecha y a nosotros nos dicen que somos un contubernio social-comunista que se junta con los separatistas... lo que lleva diciendo la ultra derecha décadas".
Antes, García Egea tuvo rato para repasar de nuevo a Sánchez -"a ver si aprende hoy algo en Bruselas, que en toda Europa hay comisiones para investigar la gestión de la pandemia"-, para arremeter contra Carmen Calvo -"no le importa gobernar con un partido imputado porque usted es del PSOE andaluz, que robó 700 millones a los parados"-, al Gobierno en general -"que trata mejor a Bildu que al Rey"-. Finalmente, culminó con Podemos.
"En el partido del señor Iglesias, hay que estar imputado para hacer carrera, de Isa Serra a Juanma del Olmo. Usted quiere acabar con la Monarquía y no sabe cómo, llame al señor Errejón, que lo tiene ahí; dice usted que los militares no son útiles, pero son los que apagan los incendios, y los que le guardan a usted la casa todos los días... Señor Iglesias, salve usted vidas y empleos, ocúpese de los ERTE que no se cobran, del IMV que no se cobra y de los autónomos que están en la cuerda floja".
Pero ese debate que le proponía Iglesias era, en realidad, una vuelta al argumentario morado, el de "las lecciones que se sacan de esta pandemia". Un dar por hecho que es "consenso" lo que el Gobierno defiende apoyándose en que "hasta el PP nos ha apoyado alguna de esas medidas sociales".
Para Iglesias hay que "defender lo público frente a las privatizaciones de ustedes"; interpretar el artículo 128 de la Constitución como que lo "único decente es un Gobierno que pone por delante el interés general" y que sea a su modo; y comparar las medidas europeas en esta crisis sanitaria con las de la financiera de 2008, "cuando la austeridad colocó a Europa en debilidad".
Y así, con ese hábil juego dialéctico y dejándose todos los minutos de su intervención para el final, a Iglesias le dio tiempo para cerrar el silogismo: "Como bloque de gobernabilidad, España no se parece a ustedes, España es diversa y plurinacional, nos debemos entender todos. Así que la conclusión es la que le digo siempre: no volverán a formar parte del Consejo de Ministros de este país".