La ausencia del Rey en Barcelona en el acto de entrega de los despachos a la nueva promoción de jueces y su posterior llamada al presidente del Consejo General del Poder Judicial, Carlos Lesmes, para dejar claro que le "hubiera gustado estar" allí han provocado un giro de guion en las agendas de PP y Ciudadanos. Ambas formaciones intentarán poner sobre las cuerdas al Gobierno de coalición a raíz de la ofensiva que desde Unidas Podemos han desplegado sobre el Monarca.
El viernes, Pablo Iglesias y Alberto Garzón acusaron al Jefe del Estado de falta de "neutralidad política" y de "maniobrar contra el Gobierno democráticamente elegido", unas palabras que han creado un terremoto político capaz de aparcar la pandemia del debate en el Congreso de los Diputados.
El líder del PP, Pablo Casado, ya ha anunciado que llevará a la Cámara Baja la reprobación del vicepresidente Pablo Iglesias y ha pedido la comparecencia de Pedro Sánchez y el cese inmediato del ministro de Consumo, Alberto Garzón.
El discurso ha sido amplificado por su portavoz nacional, José Luis Martínez-Almeida, quien reclamó a Sánchez que "reprenda públicamente" a Alberto Garzón y haga una defensa, no sólo formal sino material, del rey, la monarquía y el marco constitucional.
Incluso desde el ámbito autonómico ha habido pronunciamientos en la misma línea. El presidente de la Xunta de Galicia, el popular Alberto Núñez Feijóo, mostró su apoyo a Felipe VI, a la democracia y a la Constitución mientras que el presidente andaluz, Juanma Moreno, PP, acusó al presidente del Gobierno de introducir al país en una "grave crisis institucional".
Ciudadanos también ha dado un paso para que el tema llegué al Congreso de los Diputados. La formación de Inés Arrimadas preguntará al Ejecutivo si le parece "oportuno" que dos ministros critiquen "de manera abierta" instituciones como el Poder Judicial o la Jefatura del Estado.
Este domingo, el líder de la formación naranja en Cataluña, Carlos Carrizosa, ha reclamado a Pedro Sánchez "que desautorice las voces que han atacado al Rey". Y ha asegurado que Cs "va a defender siempre la estabilidad de las instituciones y al símbolo que representa la unión entre todos los españoles, que es el Rey de España".
El partido ha advertido de la "gravedad institucional" de que las críticas procedan de ministros y ha pedido una "reparación a la mayor brevedad posible, y con carácter disuasorio para el futuro".
La alineación de los dos partidos ha provocado que Vox salte a la palestra también para intentar promover su moción de censura. El líder de la formación de ultraderecha, Santiago Abascal, ha pedido a diputados de todos los partidos que "colaboren" para "sacar a esta mafia del poder antes de que haga más daño".
El PSOE pide tranquilidad
El PSOE, por su parte, parece tener claro su discurso: no respaldan las declaraciones de sus socios de gobierno y evaden la polémica defendiendo el orden constitucional. La vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo, llamó este sábado "a todos" a "empezar a tranquilizarse" y ceñirse a su "posición constitucional". "Y cuando digo a todos, digo a todos", apostilló Calvo.
También se ha pronunciado la vicesecretaria general de los socialistas, Adriana Lastra, criticando el "delirante" discurso de Casado, que "en 20 minutos" no ha hecho una sola referencia a la Comunidad de Madrid, "ni a lo que están pasando los madrileños".
Desde IU, ha sido el secretario de Organización Federal, Ismael González, quien se ha manifestado para normalizar las declaraciones de Garzón. "Más allá de los aspavientos de cierta gente y la exageración que se está viviendo, nos parece una opinión de lo más normal del mundo", señaló.