Leopoldo López ya es libre de las garras de Nicolás Maduro. El opositor venezolano se encuentra en España desde el pasado domingo, tras haberse visto abocado al exilio.

El líder de la oposición democrática venezolana, preso desde 2014 por sus ideales políticos contrarios al régimen, ha dejado atrás un infierno para reencontrarse con su familia en Madrid: tres años y medio en la cárcel militar de Ramo Verde, casi dos años de arresto domiciliario en Caracas y 18 meses refugiado en la residencia del embajador español en Caracas.

La llegada a la capital española del preso político más reconocido del chavismo ha generado distintas reacciones políticas: júbilo en la oposición, cautela en Moncloa y silencio sepulcral en Unidas Podemos. 

El cese a su largo calvario no ha merecido comentario alguno por parte de los socios de Gobierno de Pedro Sánchez. Ni una declaración pública, ni un mensaje en redes sociales. Silencio absoluto. Un silencio que refleja que Podemos no considera a Leopoldo López un represaliado del régimen de Nicolás Maduro.

El hoy vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, siempre utilizó ambages para no pedir la excarcelación del político venezolano, al que llamó "extremista" en una entrevista concedida a La Cope. El actual ministro de Consumo, Alberto Garzón, fue más allá y le calificó directamente de "golpista".

Amnistía Internacional, sin embargo, siempre le otorgó la condición de "prisionero de conciencia". La organización defensora de los derechos humanos cree que detrás de su encierro por el régimen de Maduro siempre hubo una "clara motivación política" y por ello exigieron reiteradamente su liberación "inmediata e incondicional"

PSOE

La reacción del PSOE, en consonancia con la de sus socios de Gobierno, ha sido fría, parca en palabras -más allás de las estrictamente protocolarias-. El Ministerio de Exteriores -que dirige la socialista Arancha González Laya- anunció la llegada del líder de Voluntad Popular con un escueto tuit en el que aclaraba que "la decisión de salir de la Embajada es personal y voluntaria".

Este mensaje vino acompañado de un comunicando en el que Exteriores manifestaba su convencimiento de que "la crisis multidimensional que atraviesa Venezuela requiere de una salida negociada, dirigida por los propios venezolanos que permita la celebración de elecciones presidenciales y parlamentarias con plenas garantías democráticas".

Un comunicado neutro y deliberadamente falto de posicionamiento. Y es que el Gobierno de España ha cambiado su política exterior con Venezuela. Concretamente, desde que Unidas Podemos entró en la Moncloa.

Esta frialdad con el líder opositor venezolano hubiera sido impensable hace no tanto, cuando el PSOE pedía abiertamente y con vehemencia la liberación de Leopoldo López y del resto de presos políticos. Ahora, sin embargo, es perfectamente concebible.

Recientemente, el eurodiputado socialista Josep Borrell fue abroncado en la Eurocámara por "blanquear al régimen de Madurocon la misión "semiclandestina" que envió a Caracas en septiembre

Josep Borrell, durante el debate en la Eurocámara sobre Venezuela. Parlamento Europeo

La ONG Foro Penal Venezolano -nominada al Premio Nobel de la Paz en 2015 y 2016- cifra en 367 -cifra actualizada a 19 de octubre de 2020- los presos políticos que hay en Venezuela. Entre ellos, siempre estuvo considerado Leopoldo López. 

Oposición

La oposición ha recibido a Leopoldo López con mayor entusiasmo. El presidente del Partido Popular, Pablo Casado, expresó su "alegría" por el hecho de que "esté libre de la dictadura de Maduro" tras años de "prisión y torturas". "Todo mi apoyo y admiración", zanjó Casado. 

Pablo Casado aseguraba en su cuenta de Twitter que habló con la esposa, Lilian Tintori, y con el padre, Leopoldo López Gil, diputado del Parlamento Europeo por el PP. 

La líder de Ciudadanos, Inés Arrimadas, también quiso solidarizarse con Leopoldo López: "La causa de los demócratas venezolanos es la de la libertad frente a la tiranía y siempre tendrán un aliado en Ciudadanos". "Ojalá muy pronto podamos ver una Venezuela libre", añadió.

La llegada de Leopoldo López a Madrid viene precedida de una largo calvario. Pasó tres años y medio en la cárcel militar de Ramo Verde. Luego, otros dos de arresto domiciliario. Posteriormente, se refugió en la legación española hasta este pasado domingo, cuando ha podido reencontrarse con su mujer y sus tres hijos.

En total, el reencuentro del opositor con su familia se ha demorado casi siete años. Su hija Federica, que nació en enero de 2018, nunca antes había visto a su padre en libertad. La pequeña de dos años nació cuando Leopoldo López se encontraba en prisión domiciliaria. Ni siquiera pudo asistir al parto. 

Constitución "neoliberal"

El silencio de los dirigentes de Unidas Podemos con respecto a la liberación de Leopoldo López de las garras de Maduro contrasta con la atención mostrada hacia las noticias que llegaban de Chile a lo largo de la jornada del lunes.

Pablo Iglesias, Irene Montero, Pablo Echenique... Todos han querido celebrar públicamente el resultado del plebiscito que lleva a modificar la Constitución, redactada durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).

La reforma ha sido celebrada con júbilo por los dirigentes de la extrema izquierda, que aplauden que el pueblo chileno haya iniciado un "proceso constituyente" para dejar atrás una Constitución "neoliberal".

El entusiasmo de Podemos puede explicarse por su interés en cambiar la Constitución española a través de un "proceso constituyente" que dirija al país hacia una "república plurinacional". Desde ese punto de vista, la consulta celebrada en Chile sería un espejo en el que mirarse. 

Además, este lunes el vicepresidente Iglesias mantuvo una reunión con los candidatos a la presidencia de Perú y Chile. De este modo, el líder de Unidas Podemos cerraba una jornada con muchas alusiones de su formación a América Latina. Ni una palabra, sin embargo, dedicada a la liberación de Leopoldo López.

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