No es ningún secreto que el vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, prefiere pactar los Presupuestos Generales del Estado con Bildu antes que con Ciudadanos. Por ello no sorprende que, cuando los barones socialistas han advertido a Sánchez de su preferencia por Ciudadanos, el líder de Unidas Podemos salga a presionar en la dirección opuesta.
Si ayer el presidente de Aragón, Javier Lambán, advertía a Sánchez de que ERC es un "aliado muy inquietante" y Ciudadanos "un socio tranquilizador", Iglesias ha salido a marcar territorio a través de su cuenta de Twitter. Es decir, a defender a sus socios predilectos: Esquerra Republicana y Bildu.
"La disponibilidad de EH Bildu para votar sí a los PGE es una buena noticia", ha aseverado este miércoles el vicepresidente segundo, que ha interpretado el movimiento de acuerdo con su voluntad: "El bloque de la investidura se refuerza y será de legislatura y de dirección de Estado".
Iglesias no da puntada sin hilo. Lo que el líder de extrema izquierda expresa en el mensaje no es otra cosa que su deseo de construir un bloque de izquierdas -falazmente llamado "bloque de investidura", pues Bildu su abstuvo- junto a nacionalistas y abertzales para lograr mayorías parlamentarias sin necesidad de contar con Ciudadanos u otras fuerzas constitucionalistas. Así, el ficticio bloque de investidura pasaría a ser un "bloque de legislatura y de dirección de Estado" efectivo.
En este sentido, el vicepresidente segundo lleva trabajando con esmero y paciencia desde la vuelta de verano, cuando ofreció a ERC y Bildu acometer "la transición política más importante de los últimos 40 años" para "redefinir el Estado". Para ello, Iglesias se ha ofrecido a ser el hilo directo entre Moncloa y las formaciones separatistas radicales, de modo que éstas puedan proponer iniciativas a los Ministerios y sean informadas de las líneas maestras de legislación.
Una estrategia que choca con la del núcleo duro socialista, que prefiere la compañía de los liberales de cara a la elaboración de unas Cuentas Públicas que satisfagan a Bruselas.
Presos por Presupuestos
Aunque esta sea la fórmula que desde Moncloa niegan taxativamente, lo cierto es que Bildu siempre ha tenido claras sus exigencias: su apoyo a los PGE está sujeto a que el Gobierno de España se comprometa a cambiar su política penitenciaria. Es decir, que se comprometa a sacar de la cárcel a los etarras presos.
Así lo ha admitido este miércoles el coordinador general de EH Bildu, Arnaldo Otegi: "Nosotros no queremos mártires, queremos sacar a la gente de la cárcel". El dirigente batasuno ha adelantado que su partido votará sí a los Presupuestos "salvo sorpresa" y si "las cosas no se tuercen".
El acuerdo aún no está cerrado, pero desde Bildu destacan que las negociaciones están avanzadas y por ello ya manifiestan su "disposición a votar favorablemente". "Soy optimista", ha zanjado Otegi en Radio Euskadi, alejando en el proceso aún más a Ciudadanos.
Iglesias toma la delantera
En la pugna entre PSOE -partidario de pactar con Ciudadanos- y Unidas Podemos -que prefiere acordar los Presupuestos con formaciones separatistas y abertzales-, el ganador momentáneo es Pablo Iglesias, que ha tomado la delantera en las últimas semanas.
Este miércoles en el Congreso comienza el debate sobre las enmiendas a la totalidad de las Cuentas Públicas, que han sido criticadas por el propio gobernador del Banco de España. Pedro Sánchez llega al primer trámite parlamentario de los Presupuestos más cerca del lugar al que le quiere llevar Iglesias, y que no es otro que el de la compañía del "bloque de la investidura".
Inés Arrimadas ha amenazado por primera vez con votar "no" si el Ejecutivo no corrige el rumbo de eliminar el castellano como lengua vehicular en la Ley Celaá de Educación. El texto transaccional, acordado entre Iglesias y Rufián, daría carta de naturaleza al blindaje del modelo de inmersión lingüística exclusivamente en catalán, devaluando la presencia del español en las aulas.
La medida promovida por los separatistas catalanes para devaluar el español en la enseñanza ha sido, no obstante, amparada por el Grupo Socialista, que transaccionó con Podemos y ERC la enmienda que pretendía "blindar" la exclusión del castellano en las aulas catalanas.
Así las cosas, los barones socialistas ya han empezado a manifestar su descontento con la deriva extremista del PSOE, auspiciada por su socio de Gobierno, Unidas Podemos. No sólo Lambán ha pedido mirar a los liberales de cara a los PGE. El excandidato socialista a la alcaldía de Madrid, Antonio Miguel Carmona, se ha desligado de la postura oficialista del PSOE y ha lanzado un manifiesto y una recogida de firmas para pedir que el castellano sea lengua vehicular en toda España.
Si finalmente el Gobierno de España pacta los Presupuestos Generales del Estado con ERC y Bildu, en detrimento de Cs, los deseos políticos de Iglesias estarán más cerca de cumplirse: habrá erigido un "bloque de legislatura" y de "dirección de Estado" camino a la ruptura con el sistema del 78.