Inés Arrimadas empuja a Pedro Sánchez a la "hora de la verdad". Con la mano tendida -un gesto que ahora repite en casi todas sus intervenciones a modo de presión-, la líder de Ciudadanos ha pedido al presidente del Gobierno que elija un pacto con la "moderación" o uno con la "sedición" -ERC- y el "secuestro" -EH Bildu-.
Unas palabras con las que ha hecho referencia a las condenas de los dirigentes separatistas catalanes y al rapto de Luis Abaitua, por el que fue encarcelado Arnaldo Otegi.
"Claro que los Presupuestos son muy importantes. Pero no vale aprobarlos a cualquier precio. Le ofrecemos un acuerdo sensato, transversal y moderado", ha clamado Arrimadas en contraposición a la "radicalidad de ERC y Bildu". En ese instante, la ha mirado irónico Gabriel Rufián, cuyo escaño está a apenas un metro del de la jerezana.
Sánchez, como viene sucediendo esta semana, no ha querido responder acerca de sus negociaciones con el nacionalismo. Se ha limitado a defender sus cuentas públicas. Y lo ha hecho mencionando los 17.000 millones de Europa, los "10 millones para los pensionistas", los "3.000 millones para el Ingreso Mínimo Vital" y la "actualización al IPC del sueldo de los funcionarios".
"Estamos en un tiempo de no exclusión. Esta coalición, que es progresista, tiende la mano a todos los partidos. Sin vetos cruzados", ha concluido Sánchez su primer turno de palabra.
El discurso del presidente no ha convencido a Arrimadas, que ha continuado: "Hemos demostrado ser serios, responsables y con sentido de Estado. Hemos arrimado el hombro cuando era difícil. Pero estos Presupuestos aún necesitan muchas mejores".
De ahí que los liberales hayan registrado trescientas enmiendas parciales al proyecto original del Gobierno, entre ellas la prórroga de los ERTE hasta junio o las ayudas directas para mascarillas a familias vulnerables.
Pero, una vez entregadas esas reformas, Arrimadas ha centrado su discurso en el "quién", y no tanto en el "qué": "Los Presupuestos no pueden ser moneda de cambio con los separatistas. Tiene usted dos vías, tanto en lo económico como en lo político. Ha llegado la hora de la verdad. Si pacta con Bildu y ERC, será a costa de la igualdad de los españoles y de la humillación del castellano".
Arrimadas ha agotado su tiempo con esta disyuntiva: "Veremos si en el Gobierno se impone Iglesias o el sentido común". Sánchez ha evitado de nuevo contestar a sus preguntas. Ha repetido la necesidad de "no establecer vetos cruzados" y a hablar de "sanidad, dependencia y educación".
No obstante, minutos después, ya en conversación con Aitor Esteban, el presidente ha otorgado al PNV una condición que no concede a Ciudadanos: la de "socio preferente y estratégico".