ERC, PNV y Bildu, los socios del Gobierno para sacar adelante los Presupuestos Generales del Estado, han anunciado que no asistirán a la recepción oficial con motivo del Día de la Constitución que el Congreso celebra cada 6 de diciembre.
Y no es ninguna novedad. En los últimos años, las formaciones separatistas -más Junts- se han ausentado del acto institucional alegando que no tienen "nada que celebrar". En 2019, se sumaron al plante de la CUP y del BNG hacia el acto que celebra el aniversario de la redacción de la Carta Magna.
Pero lo cierto es que su ausencia este año retrata al Gobierno, que intenta presentar a sus socios presupuestarios como "demócratas" y como formaciones que han demostrado "responsabilidad".
Ayer, sin ir más lejos, el presidente del Gobierno anunciaba su proyecto para el país en los próximos cinco años bajo el eslogan "La España que nos merecemos". En su alocución, Sánchez reiteró en varias ocasiones su compromiso con la "cohesión territorial y social" y defendió la actuación del Partido Socialista durante la Transición.
Pero cada día que pasa ERC, PNV y Bildu demuestran no creer en el proyecto de convivencia que emana de la Carta Magna, ni en las instituciones que en ella están consagradas.
Quienes no faltarán previsiblemente a esta cita serán representantes de los grupos del PSOE, PP, Vox, Ciudadanos y Unidas Podemos, así como de varios representantes del Grupo Mixto.
El acto de este año tendrá lugar días después de que el Congreso apruebe los Presupuestos Generales del Estado para 2021, con el apoyo precisamente de quienes mantienen un año más su boicot a esta ceremonia institucional con motivo del cuadragésimo aniversario de la Constitución de 1978.
Acto en el exterior
Precisamente este año, la segunda ola del coronavirus ha obligado a la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, a trasladarla al exterior de la Cámara Baja, previsiblemente a la conocida como Puerta de los Leones.
Habitualmente esta efeméride tiene lugar en el Salón de Pasos Perdidos del Palacio del Congreso, donde cada año suelen darse cita en torno a 700 invitados entre miembros del Gobierno, las más altas autoridades del Estado, así como diputados y senadores.
Sin embargo, las restricciones del aforo que ha traído consigo la pandemia han obligado a la Cámara a pensar un 'plan b' y buscar un espacio que garantice la asistencia de parte de esa representación habitual y la correspondiente distancia de seguridad interpersonal.
Por ello, Batet decidió 'sacar a la calle' el acto, en concreto a la Carrera de San Jerónimo, desde donde se prevé que pronuncie su tradicional discurso con motivo del aniversario de la Constitución ante las entre 200 y 250 personalidades que el Congreso prevé invitar este año.
Año tras año, tras ese discurso de la Presidencia, tenían lugar los habituales corrillos, conversaciones informales entre periodistas y políticos, pero este año el Congreso también ha decidido suprimir esta práctica con el fin de evitar las aglomeraciones y, con ellos, los riesgos de contagio del Covid.
Puertas abiertas
La evolución de la pandemia también ha provocado que el Congreso haya tenido que descartar este año las Jornadas de Puertas Abiertas que se celebran cada año en torno al 6 de diciembre. Estas jornadas, puestas en marcha cuando Federico Trillo ocupó la Presidencia de la Cámara, se vienen realizando desde 1997, por lo que, de celebrarse, la de este año habría sido la edición vigésimo cuarta.
Se trata de la segunda ocasión en 23 años que el Congreso se ve obligado a suspender este tradicional evento. La primera vez fue en 2012, cuando el entonces presidente, el 'popular' Jesús Posada, decidió no celebrarlas como consecuencia de las obras que se realizaban en el Palacio de la Carrera de San Jerónimo.