La crítica a Juan Carlos I es una pieza clave del plan de Unidas Podemos para "construir la República". Durante el Día de la Constitución, sus dirigentes cargaron contra él al compás de la filtración que mencionaba la regularización de sus cuentas. El emérito, al contrario de lo que se publicó, todavía no ha tomado la decisión, pero se plantea poner al día con Hacienda las donaciones recibidas del empresario mexicano-británico Allen Sanginés-Krause.
La inexistente regularización fue utilizada por los de Iglesias para convertir el 6-D en una jornada propagandística contra la Monarquía. "Lo hace porque le han pillado; es una confesión", sostuvo Pablo Echenique en el acto celebrado en el Congreso.
Y eso que la regularización fiscal que sopesa el emérito es, mutatis mutandis, muy similar a la que realizó Juan Carlos Monedero en 2015. Esta última, sin embargo, fue defendida con uñas y dientes por parte de la cúpula de Podemos. Los 425.000 euros declarados por el profesor universitario fueron ensalzados como paradigma de la buena conducta.
"Es un ejemplo de honestidad", dijo entonces Pablo Iglesias protegiendo a Monedero. El líder de Podemos, de hecho, llegó a enfadarse en una entrevista concedida a RNE cuando se le preguntó por la declaración complementaria de Monedero para regularizar sus impuestos por los 425.000 euros que recibió a cambio de asesorar a gobiernos latinoamericanos (Venezuela, Ecuador, Bolivia y Nicaragua).
Pablo Echenique, por otro lado, defendió que el exdirigente del partido era "libre de elegir los tiempos" en los que dar explicaciones sobre su patrimonio. Una máxima que ahora no aplica al emérito:"Menudo día ha elegido para confesar que ha defraudado a Hacienda".
Por último, el propio implicado se justificó diciendo que Cristóbal Montoro, ministro de Hacienda, quería "meterle miedo", aunque finalmente realizó la declaración complementaria para evitar una inspección de la Agencia Tributaria.
El 'caso Monedero'
2015 fue un año convulso para Podemos, que empezó a pagar el peaje del excesivo foco mediático del que gozó durante sus primeros meses de vida. Monedero, que había desempeñado un papel esencial en el partido desde su concepción, ejemplificó ese desgaste con una caída en desgracia a cuenta de sus polémicas con Hacienda.
El fundador e ideólogo de la formación de extrema izquierda entregó a la Agencia Tributaria una declaración complementaria para regularizar sus impuestos por los ingresos que percibió a cambio de asesorías a gobiernos latinoamericanos.
Esta incluía los 425.150 euros que facturó de su empresa Caja de Resistencia Motiva 2 por asesorar en 2010 a los ejecutivos de Bolivia, Nicaragua, Venezuela y Ecuador sobre la creación de una divisa única para América Latina.
Este importe lo facturó como sociedad y no como persona física. De este modo, el exdirigente de Podemos abonó en impuesto de sociedades menos de la mitad (70.000 euros) de lo que correspondería por IRPF (176.000).
Tras la regularización, Monedero quedó exonerado de un delito fiscal por el importe defraudado -puesto que no hubo inicio formal de actuaciones judiciales o requerimiento-. Está por ver si han existido en el caso de Juan Carlos I. Monedero no recibió sanción, sino un recargo por presentar la segunda declaración fuera del plazo establecido.
Sin embargo, el caso Monedero pasó factura a la formación, que siempre se aferró al argumento de que su número 3 podría haber tributado en el extranjero por sus trabajos, pero lo hizo en España -aunque fuera de manera irregular-.
También supuso un purgatorio personal para el profesor de Ciencia Política, que terminó por dimitir y abandonar la política en abril de 2015. Monedero se fue denunciando una "deriva" del partido por haber abandonado los principios del 15-M. Pese a ello, continúa siendo un estrecho colaborador de Pablo Iglesias.