La Ley de eutanasia entra en la recta final. La Comisión de Justicia del Congreso le dio el jueves su visto bueno y ahora queda pendiente su aprobación en el pleno, algo que puede ocurrir la semana que viene.
La norma, impulsada por el PSOE, sólo ha tenido la oposición frontal de PP y Vox entre los principales partidos. Sin embargo, al ser una cuestión de principios éticos más que ideológicos, no faltan voces en la izquierda que se desmarcan de esta ley. Una de ellas es la del incombustible Paco Vázquez (La Coruña, 1946).
Al histórico alcalde de La Coruña, exembajador de España en el Vaticano y dos décadas diputado socialista, no sólo le disgusta el contenido, sino las formas. "Obedece a un intento del Gobierno de provocar la división en la sociedad y desviar la atención de otra serie de problemas", arguye.
Vázquez defiende que es perfectamente conciliable el hecho de ser de izquierdas con estar en contra de la eutanasia:"Mi compromiso de izquierdas supone una serie de valores morales y éticos que defienden la vida". Sobre esta premisa transcurre la conversación con EL ESPAÑOL.
-¿Cómo argumenta una persona de izquierdas su oposición a la eutanasia?
-Siempre se debe amparar y proteger el derecho a la vida, sobre todo cuando se tiene una concepción social del Estado. La eutanasia produce una paradoja absurda: que a quienes como juramento hipocrático tienen como obligación proteger la vida [los médicos] se les encomienda acabar con ella.
-El rechazo a la Ley de la eutanasia se suele vincular a sectores católicos.
-Yo soy católico, pero me remito a lo que decía el expresidente uruguayo Tabaré Vázquez. Él era socialista y agnóstico; vetó la ley del aborto por cuanto consideró que no se podía legislar contra el derecho a vivir, y argumentó que los avances científicos, clínicos y médicos demuestran que hay vida desde el primer momento de la concepción, y que esa vida tiene ya un entramado genético que marca la personalidad.
Cuidados paliativos
Paco Vázquez es un confeso católico practicante. Sin embargo, prefiere aparcar su fe y encarar el debate desde argumentos meramente racionales, como los "problemas jurídicos que han existido en países que han aplicado esta ley como Holanda y Bélgica".
-¿Qué tipo de problemas?
-Pueden producirse situaciones en las que provocar la muerte responda a motivos económicos por parte del Estado. El sostenimiento y mantenimiento de enfermos terminales es costoso, y esto se puede dar.
Por ello, Vázquez aboga por la defensa de los cuidados paliativos. Y teme que esta ley de eutanasia los ponga en jaque: "Ante una situación en la que un enfermo quiere la muerte para evitarse el sufrimiento, se ha de desarrollar una red intensa de cuidados paliativos que impliquen la lucha contra el dolor". Esto ayudaría, según argumenta, a "permitir una vida digna": "Además de asistencia y mantenimiento al enfermo".
Vázquez se muestra partidario de la muerte digna recogida en el testamento vital -y admitida por la Conferencia Episcopal Española-: "Es una fórmula que no incorpora la eutanasia pero mediante la cual no se prolonga la vida por medios artificiales. Además, permite que se apliquen los cuidados y las sedaciones necesarias para evitar el dolor".
Deriva socialista
-Hace años la eutanasia no era una reivindicación de la izquierda, ¿qué ha cambiado para que ahora la impulsen firmemente?
-Hace años ni se planteaba esta cuestión. Es un reflejo del abandono de los valores y principios socialdemócratas, que son reformistas, por parte del PSOE. Desde Zapatero, pero más vehementemente desde hace dos o tres años, el Partido Socialista ha abandonado la socialdemocracia asumiendo posiciones radicales.
-¿En qué se manifiestan esas posiciones radicales?
-Digo radicales en el sentido del Partido Radical Italiano. Tratan de imponer criterios minoritarios a las mayorías. El programa fundamental en España ideológicamente es que se intenta no el reconocimiento y tolerancia a las minorías, sino la imposición a las mayorías de los criterios y principios de estas minorías. Y la obligación de acatarlo y hacerlo propio por medio de leyes incluso sancionadoras o de adoctrinamiento en la educación. Eso es radicalismo.
Paco Vázquez considera que ese radicalismo político también impregna la Ley de eutanasia. Una ley que, según explica, "obedece a un intento del Gobierno de provocar la división en la sociedad y desviar la atención de otra serie de problemas".
"Yo soy contrario a la oportunidad de sacar en estos momentos la Ley de eutanasia, soy contrario a los procedimientos que se han seguido para el debate, la aprobación y promulgación de la ley", sentencia Vázquez.