La guerra total por la reforma de las pensiones, en este inicio de curso lleva camino de convertirse en la prueba del algodón de la coalición de gobierno. José Luis Escrivá cree haber encontrado el modo de ahorrar un 6%, hacer el sistema más sostenible y contentar a Bruselas, que condiciona las ayudas para la reconstrucción a una reforma creíble.
El año 2021 es el primero que empieza con unos Presupuestos aprobados desde 2016 en España. Con el Gobierno teóricamente más débil desde entonces, Pedro Sánchez parece ser haber hallado la fórmula de la estabilidad en su manual de resistencia y de respuesta a los desafíos. Y si Pablo Iglesias dará por roto el Gobierno en el caso de que el líder socialista lleve adelante sus planes, el jefe del Ejecutivo le acepta el envite.
Según ha podido saber este periódico, Moncloa ya contempla como plausible que Unidas Podemos reviente el acuerdo cuando haya que aprobar el cambio de modelo del sistema de prestaciones de la Seguridad Social.
A pesar de que esta misma semana el equipo económico de Nadia Calviño ya prevé mandar a Bruselas la reforma de las pensiones, según fuentes del Gobeirno, los morados se siguen negando a aceptar la ampliación del periodo de cotización para el cálculo de la pensión de 25 a 35 años, tal como adelantó EL ESPAÑOL el pasado 3 de enero. Y advierten de que es un tema "implanteable". Es decir, que si Sánchez acaba pactando esa reforma con el PP de Pablo Casado, "será él quien haya roto el Gobierno".
En el entorno más cercano al presidente han detectado un gravísimo desgaste en Iglesias y los suyos desde que, hace un año, se estrenaron en las labores de Gobierno. No es sólo cuestión de números, como indican las encuestas, en las que los morados no dejan de perder intención de voto y su líder es el segundo ministro peor valorado, sólo por delante de Irene Montero, la titular de Igualdad, número dos del partido y a la sazón su pareja.
La excusa
También se trata de cuestiones de trabajo diario. En las oficinas de Moncloa advierten el nerviosismo de Podemos, cercado por los problemas judiciales de la formación y los de algunos de sus dirigentes; acosado por sus contradicciones en asuntos clave como la subida del recibo de la luz; y beligerante con las iniciativas del equipo económico de Nadia Calviño como si fuese un partido de oposición.
Y, de hecho, se trabaja ya con la hipótesis de que Iglesias se plantee salir del Ejecutivo para intentar ganar cuota de pantalla con el conflicto social. La crisis económica no termina de remontar, los morados no quitan el pie del acelerador del gasto social y las recetas del PSOE, que tratan de conjugar el escudo social con la estabilidad fiscal, le pasan factura entre sus bases de izquierda radical.
La excusa de la reforma de las pensiones no cuela en el lado socialista del Gobierno. Fuentes oficiales del Ministerio de Seguridad Social no sólo creen que Unidas Podemos se equivoca diciendo que la reforma que propone Escrivá no está amparada por el Pacto de Toledo -"sin duda, eso dice la recomendación número 5"-. Sino que creen que engañan a sabiendas, "porque se llevaron un palo muy duro ante su militancia con el aplazamiento de la subida del Salario Mínimo" y ahora "sobrerreaccionan para hacerse los duros".
Cercado y atrapado
Moncloa, en realidad, cree que tiene cercado a Iglesias. Y que si decide salir del Gobierno, con la excusa de las pensiones se verá atrapado en su discurso: "Nadie entendería a un líder progresista criticando una reforma cuyo núcleo principal es derogar de una vez la subida del 0,25% y garantizar por ley el poder adquisitivo de las pensiones". En el Ministerio de Escrivá añaden: "Sería inimaginable, ellos verán".
Además, el equipo que trabaja día a día con Sánchez le aplicaría la misma receta que le cae a Pablo Casado cada vez que el Partido Popular trata de hacer oposición. A saber, que un partido de Estado debe "arrimar el hombro" en tiempos de pandemia y con "una crisis nacional de esta envergadura".
Ése es el secreto del presidente. El que lo está manteniendo con un índice de aprobación y unas expectativas electorales sorprendentes después de más de 70.000 muertes por la Covid, 3,6 millones de parados, 750.000 trabajadores en ERTE -de los que miles no cobran-, un Ingreso Mínimo Vital que no termina de arrancar y al que se le acusa día sí y día también de "querer acabar con las libertades, romper España y atacar a la Monarquía".
Para las fuentes consultadas, "el desgaste de Iglesias sería mucho mayor fuera del Ejecutivo que tragando con esa reforma de las pensiones que ahora agita como motivo de ruptura". Fuentes moradas consultadas por este diario lo admiten, y saben que Unidas Podemos fuera del Gobierno, ahora mismo, dejaría de tener peso y languidecería.
Apostando por Arrimadas
Lo cierto es que en Moncloa no se desea la guerra con los morados. Pero tampoco el acuerdo con Unidas Podemos se adaptará a las circunstancias. Y no se cederá en lo que consideran que es la misión del Gobierno Sánchez, modernizar el país aprovechando la inyección de fondos europeos, reformar las instituciones que lo precisan -como la 'perestroika' en la Jefatura del Estado- y dotar a España de un nuevo modelo productivo que garantice décadas de prosperidad y estabilidad.
Si Iglesias saca a los suyos del empeño, Sánchez ni se echaría en brazos del PP ni cuenta con que podría hacerlo si quisiera. La misma reforma de las pensiones es un quebradero de cabeza. Porque, aunque la ampliación del periodo de cotización a 35 años es una propuesta que ya hizo en su momento la exministra de Empleo popular Fátima Báñez y los de Casado estarían conceptualmente dispuestos a apoyarla, darle sus votos significaría apuntalar al líder socialista en Moncloa.
Así que las miras del líder del PSOE giran hacia Inés Arrimadas. Ciudadanos ha vuelto a la posición inicial de cuando dio el salto desde Cataluña a partido nacional, la de partido de diálogo y acuerdo, basado en los contenidos y no en la dialéctica de poder y alternativa radical. Como cuando Albert Rivera firmó el pacto del abrazo con Pedro Sánchez en 2016. Y el partido liberal, aunque sólo tiene hoy 10 diputados, sabe sacarles jugo en busca de protagonismo y medidas eficaces, como ya ha demostrado.
Moncloa está dispuesta a seguir alimentando a Arrimadas con ofertas de acuerdo y protagonismo que la hagan resistir a la OPA lanzada por el PP, que ya se ha sustanciado en el robo de su líder catalana, Lorena Roldán. Y que fuentes populares confirman que no será el último movimiento en forma de fichaje.
Y es que si la actitud beligerante de Iglesias sirve para que Sánchez pueda presentarse como el bueno de la película, también supone un desgaste para el presidente. De modo que un acercamiento del PSOE con Cs, en ese sentido, conviene a los dos partidos. Y Unidas Podemos también lo sabe.