El ministro de Consumo, Alberto Garzón, ha criticado la detención del rapero Pablo Hasél, "condenado por unos tuits", lo que a su juicio denota un "síntoma de déficits democráticos graves". "Y quienes lo niegan hacen un flaco favor a lo que sí funciona bien de la democracia española, que es mucho también", ha añadido en un tuit este martes.
Hasél se encerró este lunes en el rectorado de la Universidad de Lleida una vez cumplido el plazo para ingresar en prisión por enaltecimiento del terrorismo e injurias a la Corona. "Tendrán que reventarlo para detenerme", aseguró. No ha tenido que ser así: a primera hora de este martes, los Mossos han irrumpido en la universidad y tras unos minutos de tenso diálogo e insultos del propio Hasél y el resto de personas atrincheradas, ha facilitado el arresto.
Podemos ha reaccionado en el mismo sentido a la detención, también en Twitter: "El rapero Pablo Hasel está siendo detenido. Todos aquellos que presumen de esta "plena normalidad democrática" y se consideran progresistas, deberían sentir vergüenza. ¿Se taparán los ojos? No hay progreso si nos negamos a reconocer los déficits democráticos actuales".
Con esto, el alma 'morada' del Gobierno alimenta de nuevo el debate sobre la "normalidad democrática" en España, esta vez a cuenta de Hasél. Fue el vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, quien lo abrió, siendo reprendido posteriormente por compañeros en el Consejo de Ministros como Margarita Robles o Nadia Calviño.
Hace apenas una semana, Moncloa anunció que el Ministerio de Justicia va a revisar la regulación en el Código Penal de los llamados delitos de opinión para que sólo se sancionen los supuestos en los que haya una "clara" incitación a la violencia y para que no se impongan penas de cárcel, al hilo precisamente del en ese momento inminente ingreso en prisión de Hasél.