El Gobierno le para los pies a Esquerra Republicana, cuyo líder y candidato a la presidencia de la Generalitat, Pere Aragonès, cerró la noche electoral del 14-F proclamándose "vencedor" de los comicios e instando a Pedro Sánchez a escuchar que "es la hora del referéndum". Según la vicepresidenta primera, "eso no está en la Constitución, no está en la ley, no ha lugar".
Así de contundente se ha expresado Carmen Calvo en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. "Da igual qué porcentaje saque un partido u otro en unas elecciones en relación a lo que no cabe en la constitucionalidad ni en la legalidad", ha contestado ante la primera pregunta sobre la resaca electoral catalana. Además, Calvo quiso dejar claro, en más de una ocasión, que "es el PSC el que ha ganado las elecciones".
En todo caso, la número dos del Gobierno hizo un guiño a ERC, formación separatista cuyo discurso ha virado desde el golpe del 1-O de 2017 a la actualidad. De la unilateralidad, Esquerra ha pasado a sostener que "hace falta ampliar la base social independentista". Según Calvo, "el debate sobre qué mayoría haría falta para impulsar la independencia es un debate que está incluso entre los partidos independentistas".
Lo cierto es que Aragonès pronunció esta frase, junto a su líder, el condenado Oriol Junqueras, en su comparecencia para celebrar sus resultados del 14-F. Por primera vez, ERC había superado a su competidor directo en el campo separatista, la formación del fugado Carles Puigdemont, si bien fue por un solo escaño (33 a 32). La candidata de Junts per Catalunya, Laura Borràs, acababa de instar a ERC a comprometerse con la Declaración Unilateral de Independencia (DUI), para poder llegar a un acuerdo de gobierno autonómico.
La presión de unos a otros en el sector separatista, sugiriendo bloqueos, es lo que ha llevado a Moncloa a creer que JxCat pueda forzar una repetición electoral. Con el doble objetivo de evitar que se sustancie en el Govern el sorpaso de Esquerra y de hacerse con la bolsa de apoyos del PDeCAT. Los 70.000 votos de la formación heredera de la vieja Convergència no le han dado representación parlamentaria, pero sí permitirían a los de Puigdemont competir por la primera plaza en una nueva visita a las urnas.
Tal como han dejado claro la ministra portavoz, María Jesús Montero, y la vicepresidenta, el Ejecutivo no va a participar del debate postelectoral. "Ahora es el turno de los partidos en Cataluña, a ellos corresponde la formación de Gobierno", defendió Montero. "Asistiremos a la declaración de sus preferencias, entre unos y otros. El Gobierno respetará lo que decidan, pero queremos dejar claro que lo que buscaremos nosotros es abordar el reencuentro y pasar página del conflicto en el que vive Cataluña desde hace muchos años".
Indultos, a su ritmo
La vicepresidenta insistió en la victoria de "mis compañeros en Cataluña, el PSC", y que serán ellos los que "establecerán las líneas de trabajo con el segundo partido en las elecciones, ERC".
Y en ese marco, además de dejar claro que "no habrá referéndum porque no es legal", Calvo cerró la vía del debate político sobre los indultos: "Se están tramitando, claro, como todos". Según los datos que ofreció, el Ejecutivo de coalición de Pedro Sánchez, hasta ahora se lo ha concedido a cuatro personas y ha "denegado otros muchos".
Según la vicepresidenta, los de los políticos condenados por el 1-O "no tienen ninguna particularidad", y tras hacer acopio de los informes preceptivos, "cuando llegue el momento, estarán en la mesa del Consejo de Ministros, como ocurre todas las semanas".
El Gobierno, en todo caso, se centrará "en dos cuestiones". La primera, "trabajar continuamente por relaciones leales entre el Gobierno de España y el de Cataluña, hacerlo con responsabilidad en las metas para Cataluña, que es parte de nuestro territorio de competencias, como parte de España que es". Y la segunda, "tratar de que esa autonomía salga de la situación de desencuentro, ahora que ya han hablado las urnas".